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Santa Hildegarda: la más antigua Doctora de la Iglesia, la primera gran teóloga (1)

Santa Hildegarda de Bingen (https://www.diocesisdecordoba.es/).
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Santa Hildegarda de Bingen (https://www.diocesisdecordoba.es/).

LA CRÍTICA, 12 NOVIEMBRE 2023

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Un hecho curioso me ha ocurrido, estos últimos días, cuando he preguntado, quién es el patrono o patrona de la cerveza. Lo digo, porque según el informe anual, presentado en junio de este año por Cerveceros de España y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, se consumieron en España, un total de 42,3 millones de hectolitros de esta bebida, casi un 6% más que en 2021. Por contraste, respecto del vino, tan importante incluso en nuestra cultura, los españoles consumimos un total de 10,3 millones de hectolitros de vino. (...)

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Más aún, la diferencia entre el consumo de cerveza y de vino se va agrandando cada año. Así, durante el año 2000 dicho consumo entre vino y cerveza era casi igual. Pues bien, como escribe Noelia Ruiz, el 11 de noviembre de 2022, en elespanol.com: “Una década más tarde, en 2011, el consumo de cerveza era de 17,11 litros por persona al año, frente a los 8,86 de vino. La brecha ha seguido agrandándose, hasta nuestros días, cuando el consumo de la cerveza se sitúa en 21,87 litros por persona y el del vino baja hasta los 8,37 litros”.


Mi sorpresa radica en que la patrona de la cerveza es Santa Hildegarda von Bingen, dado que las primeras cervezas carecían de conservador, por lo que la producción era casi exclusivamente local, y fue esta monja benedictina, Hildegard von Bingen, la que en el siglo XII, introdujo el uso de lúpulo para preservar el líquido y dar amargor, y transformó la elaboración de la bebida. “Al día de hoy von Bingen es considerada la santa patrona de la cerveza, que se extendió por toda Europa y el Nuevo Mundo, siempre controlada por mujeres, conocidas como alewives o brewsters. En casas, tabernas, fiestas, cualquier género, raza y edad tenía acceso a esta bebida. El control de calidad de la cerveza era muy estricto, y las mujeres acusadas de adulterar o producir mala cerveza eran sujetas a castigos…”. (“La historia de la cerveza: una bebida creada por mujeres” (generoymetodologias.org), que es mejor no detallar; pero, en todo caso, resulta evidente que la cerveza es una bebida creada y controlada por mujeres durante casi dos siglos.


Pero Hildegarda no fue solo la creadora de la cerveza, tal y como la bebemos en la actualidad, con pequeñas modificaciones, sino además, según he podido leer en la voz de Wikipedia: Hildegarda de Bingen fue una santa abadesa benedictina del siglo XII, que además fue una gran mística, teóloga, fundadora de dos conventos y abadesa de uno de ellos, compositora, escritora, filósofa, científica, naturalista, médica, líder monacal, que debido a sus visiones proféticas se la conoció también con el sobrenombre de “Sibila del Rin”, y la han calificado, con razón, como la primera polímata alemana, puesto que el término polímata deriva del griego polimathós, “el que sabe muchas cosas” y que corresponde a la mujer u hombre del Renacimiento, como Leonardo da Vinci, pero que se aplica, con acierto, a Hildegarda, aunque viviera durante el siglo XII.


Nació en 1098, en un pueblo al sur de Alemania, en Bermersheim von der Höhe, cuando regía el Sacro Imperio Germánico. Nuestra futura santa pasó su infancia y adolescencia sola, aislada, porque nadie contaba con ella para nada, debido a su delicada y débil salud. Ello favoreció que desarrollara una extraordinaria vida interior, acompañada de visiones, algunas relacionadas con el apasionante siglo que vivió.


En efecto, Hildegarda nació un año antes de que los cruzados conquistaran Jerusalén. Vivió en los tiempos de San Bernardo de Claraval, con el que en parte se dirigió espiritualmente, y presenció el final, parcial, del conflicto de las investiduras con el concordato de Worms (la investidura nació porque Otón I transformó a los obispos en señores territoriales, ya que ellos no podían transmitir por herencia el dominio señorial y cada vez que moría un obispo quedaba en manos del emperador el ofrecerlo a otro, que le rendiría homenaje feudal, y fue esta situación la que enfrentó al papa Gregorio VII con Enrique IV, movido el papa por la voluntad de recuperar la libertad eclesial en el nombramiento de los obispos y el segundo por la firme voluntad de no perder uno de los más importantes resortes del poder). Vivió, asimismo, los Concilios I y II de Letrán, ambos ecuménicos, y en su tiempo se publicaron las famosísimas e influyentes “Sentencias” de Pedro Lombardo. Su muerte, el 17 de septiembre de 1179, en Bingen, Alemania, le evitó la tristeza de enterarse de la pérdida de Jerusalén, que cayó de nuevo en poder del Islam, si bien, es posible, que conociera el principio del Concilio III de Letrán, también ecuménico, que inició su actividad precisamente el año de su fallecimiento.


Hildegarda escribió muchas obras literarias, científicas y musicales. Entre sus obras se encuentran, entre otras, “Scivias”, donde detalla sus visiones, “Vitae Meritorum”, sobre los santos y las virtudes principales que deben practicar los cristianos, “Causa et curae”, sobre las causas de las enfermedades y sus correspondientes remedios. Pero, sobre todos, Physica, una auténtica enciclopedia de medicina natural, vigente en nuestros días.


Sin embargo, dado el interés y actualidad de este libro y el respeto que, en mérito a la brevedad, impide seguir relatando la extensa biografía y obra escrita de esta santa, se remite al lector al siguiente artículo, por lo que únicamente cabe agregar que Hildegarda además de santa, es la Doctora de la Iglesia más antigua, puesto que, proclamada junto con santa Catalina de Siena, santa Teresa de Ávila y Santa Teresita de Lisieux, estas tres últimas nacieron después de Santa Hildegarda de Bingen, que además de una gran mística fue la primera gran teóloga… y Patrona de la cerveza.




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