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Nacido en Macharaviaya, Málaga, el 23 de julio de 1746, Bernardo de Gálvez cursó estudios militares en la Academia de Ávila; estudios que puso en práctica en distintas guerras: contra Portugal (1762), contra los Apaches del norte de Méjico (1769-70), incluso en una expedición a Argelia (1775).
En 1776 fue nombrado coronel, y asignado al regimiento de la Luisiana, justamente cuando se iniciaba la rebelión independentista de las colonias americanas contra Gran Bretaña. Es entonces que empieza a forjarse su relevancia histórica. Morirá en la Ciudad de Méjico el 30 de noviembre de 1786.
En 1776, su tío José de Gálvez, ministro de las Indias en el gobierno de la Monarquía de Carlos III, ante la indecisión del Consejo en lo relacionado con intervenir o no contra Inglaterra, ordenó al gobernador de La Habana que enviara agentes secretos a Pensacola, Jamaica y otras áreas de control británico, y con seguridad influyó o decidió que, a partir del 1 de enero 1777, Bernardo de Gálvez asumiera el cargo de gobernador en funciones de la Luisiana. Como ha escrito Tregle Jr.,
«Gálvez llega a ser Gobernador en funciones e Intendente de la Luisiana el primero de enero de 1777, iniciando lo que va a ser el período más brillante y exitoso de la administración de la colonia bajo el Imperio español».
En noviembre de 1777 nuestro hombre contrae matrimonio con Felicité Destréhen, una joven viuda de la influyente familia criolla St. Mexent. Gálvez impulsará el crecimiento de la Luisiana incrementando las exportaciones de la colonia, bajando los impuestos y propiciando la inmigración de españoles –especialmente de las islas Canarias (los isleños)–, alemanes de Maryland y Europa, americanos leales a la Corona británica y católicos de la Acadia.
Dupuy y Hammerman sostienen que entre 1777 y 1779 Bernardo de Gálvez trabajó con éxito y en secreto para debilitar las posiciones británicas en el Sur. Cuando, finalmente, en el verano de ese último año, y en virtud de los pactos de familia con Francia, España entra en la alianza contra Gran Bretaña, Gálvez toma puestos militares británicos en lugares como la ribera del Mississippi, Manchac, Baton Rouge o Natchez, asedia Mobile (marzo de 1780) y consigue la rendición de los británicos en Pensacola, el 9 de Mayo de 1781, poniendo fin al control británico de West Florida y sentando las bases para la recuperación para España de toda la Florida y la desembocadura del río Mississippi (v. Tratado de Paz de 1783).
En 1781 Carlos III nombra a nuestro hombre capitán general de Cuba y gobernador de la Luisiana y la Florida Occidental. Durante su mandato se fundaron dos colonias españolas en el primero de esos territorios: Gálvez Town (no confundir con Galveston, nombre que dará José de Hevia a la isla-bahía-población tejana en 1785) y New Iberia. La Corona española le honrará con los títulos de Vizconde de Galveston y Conde de Gálvez.
En 1785 Bernardo sucederá a su padre, Matías de Gálvez, como virrey de Nueva España, con autoridad sobre Cuba, la Luisiana y las Floridas. Pero, como ya vimos, sólo un año después, a los 40, entregará la vida en Ciudad de Méjico.
Durante su breve etapa de virrey, Bernardo de Gálvez contribuyó a la colonización y administración de las provincias interiores del virreinato, inmensos territorios que hoy día forman parte de los Estados Unidos (California, Arizona, Nuevo México, Utah, Colorado, etc.), y dio a la imprenta dos importantes documentos históricos: Instrucción para el gobierno de las Provincias Interiores de Nueva España y Notas y reflexiones sobre la guerra con los indios Apache en las Provincias de Nueva España.
Manuel Pastor
NOTA:Este artículo se publicó originalmente en la revista digital estadounidense Semanario Atlántico, Enero 2010.
Véanse también:
- Manuel Pastor, “Carlos III y la independencia de los Estados Unidos”, Floridablanca, 2016.
- Ann M. Brown, “Stanley G. Payne, Galvez 2019”, La Crítica, 2019.