... Leiba Lazarevich Feldbin (nacido en Bobruysk, Bielorrusia, 1895; fallecido de Cleveland, Ohio, USA, 1973). Pero Orlov era simplemente un alias más, aunque el más famoso, de los ocho (según el FBI) o doce (según el KGB) que utilizó este extraordinario oficial de la inteligencia soviética, máximo responsable ante Stalin de los servicios secretos soviéticos destinado a nuestro país durante la Guerra Civil entre 1936 y 1938, fecha ésta en la que desaparece de España y deserta, vía Francia y Canadá, a su secreto destino final en los Estados Unidos.
Asimismo coadyuva a la confusión sobre su persona que existieran coetáneamente otros Orlovs en el NKVD-KGB durante sus años en activo y en el exilio, tales como un Dimitri Orlov (según el historiador D. Rayfield), o un Iuri Olov (según testimonios de Víctor Alba y Luis Mercader), que pudieran ser la misma persona, ambos presuntamente también en la escena española durante la Guerra Civil, y otro Igor Orlov (según el historiador J. J. Trento) infiltrado en la CIA durante la Guerra Fría, en los años en que nuestro Orlov trabajaba como asesor del FBI.
Durante los años 1998-2000 en que fui director del Real Colegio Complutense en la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachussetts), residí con mi familia en una modesta townhouse orillas de Fresh Pond, muy cerca del cementerio de Mount Auburn que visité con frecuencia ya que es también uno de los jardines botánicos más bellos del mundo. Para Orlov, que lo visitó en su juventud como “ilegal” en 1932, era también un excelente lugar para efectuar “dead drops” (“buzón” de comunicaciones secretas, en el argot del espionaje). Me pregunto qué contactos realizó entonces en el campus de Harvard y en el área de Boston.
Sospecho –todavía faltan pruebas fehacientes- que estuvo involucrado, con su ayudante Lev Mironov, en operaciones de inteligencia de la Cheka-NKVD desde los años 1920s tan importantes como los casos “Trust”, “Armand Hammer”, y “Alger Hiss”. En los años 1930s lo encontramos en Gran Bretaña –caso “Cambridge Ring”- y en España –casos del saqueo del oro del Banco de España, de la represión del POUM y posiblemente en el propio asesinato de Andreu Nin- hasta su deserción en Julio de 1938.
A partir de esta fecha, ya exiliado en Estados Unidos y al servicio del FBI, posiblemente informó y asesoró a la contra-inteligencia estadounidense, entre muchos otros, en los casos del asesinato de Trotsky en Coyoacán (Méjico DF), el de “Alger Hiss” de nuevo, desde el otro lado, el del matrimonio “Rosenberg” y el de la denuncia por Joseph McCarthy del agente pro-soviético español, alto cargo infiltrado en el Departamento de Estado y en la ONU, Gustavo Durán.
Orlov, teórico y practicante del factor I-C-I (Inteligencia y Contra-Inteligencia) merece varios artículos analizando los citados casos y otros muchos con la información hoy disponible, para una mejor comprensión de la historia y política contemporáneas.
Desde la publicación del libro de John Costello y Oleg Tsarev, Deadly Illusions. The KGB Orlov Dossier Reveals Stalin´s Master Spy (Crown, New York, 1993), basado en los archivos del KGB, y la réplica –a mi juicio con gran fundamento- de Edward Gazur, Alexander Orlov. The FBI´s KGB General (Carroll & Graf, New York, 2002), basado en los archivos del FBI, me he sentido fascinado por el personaje y en algún momento tuve el proyecto de escribir algo sobre él. Conocía también los datos que mi maestro el gran historiador e hispanista Stanley G. Payne –posiblemente el único académico que lo entrevistó- había publicado en 1970 y en 1982 sobre Orlov y su importante papel durante la Guerra Civil española (en su libro The Spanish Revolution, W. W. Norton, New York, 1970; y en su ensayo “Orlov, Alexander”, en James W. Cortada, Ed., Historical Dictionary of the Spanish Civil War, 1936-1939, Greenwood Press, London-Westport, CT, 1982).
La entrevista mencionada, un documento inédito durante más de tres décadas (Alexander Orlov: Answers to the Questionnaire of Professor Stanley G. Payne, April 1st, 1968), finalmente sería publicada con una introducción de Frank Schauff en una revista alemana en el año 2000, y traducida al español como apéndice a la obra de J. M. Zavala, En busca de Andreu Nin (Plaza & Janés, Barcelona, 2005, páginas 438-452), obra que tiene un “Prólogo” del propio Stanley G. Payne.
Cuando desde principios de 1998 me establecí en Cambridge y comencé a visitar el cementerio/botánico de Mount Auburn, incluyendo la Bigelow Chapel construida a su entrada, nunca pude imaginar que en dicha capilla, en el nicho número B-10, Columbarium número 3, se encontraban depositadas las cenizas de Alexander Orlov, de su esposa y de su única hija. Tal información la obtuve años más tarde en el libro de Edward Gazur. Según este autor, Orlov pagó el 24 de Octubre de 1940 la suma de 150 dólares por el derecho de depositar en el nicho del cementerio, a perpetuidad, las cenizas de su hija Vera, fallecida muy joven en los Estados Unidos. Durante más de tres décadas el matrimonio Orlov visitó con frecuencia el bello cementerio de Cambridge. En Enero de 1972 el viejo general llevó también al mismo nicho las cenizas de su esposa María, y a finales de Septiembre del mismo 1972 visitó de nuevo el cementerio de Mount Auburn.
Según relata Edward Gazur, Orlov tenía planeada otra visita en la primavera de 1973, pero esta vez no la hizo por sí mismo. Tras una repentina y extraña enfermedad, fallecía el 7 de Abril de 1973 en un hospital de Cleveland, Ohio. De acuerdo con su última voluntad sus cenizas fueron trasladadas al nicho familiar.
Las cenizas en Mount Auburn de Vera y María, las dos mayores pasiones en la vida de Orlov, quizás expliquen muchas cosas de los sentimientos personales profundos –el “factor humano”- en la enigmática historia de este general del KGB que, hasta la fecha, sigue siendo el oficial de más alto rango en la inteligencia soviética que desertó y se refugió en el mundo libre.
Los principales escritos que ha dejado Orlov son: Tácticas y Estrategias de Inteligencia y Contra-Inteligencia (en ruso, Moscú, 1935); The Secret History of Stalin´s Crimes (New York, 1953; auténtico best-seller, traducido por Destino, Barcelona, 1955), obra que según algunos expertos inspiró el famoso discurso secreto de Kruschov en 1956; Handbook of Intelligence and Guerrilla Warfare (Ann Arbor, MI, 1965); y The March of Time: Reminiscences (London, 2003), memorias anticipadas en gran parte por el libro de Edward Gazur, agente especial del FBI encargado y confidente de Orlov en sus últimos años.
El enigmático Orlov me plantea un serio dilema, incluso diría personal. Si, como afirma el historiador e hispanista, mi maestro Stanley G. Payne, Orlov era un gran mentiroso, el FBI también miente o se ha dejado engañar por Orlov. Pero si el FBI cree que Orlov no mentía, es decir, que era un desertor
bona fides, quien involuntariamente confunde al lector o se ha dejado engañar es el profesor Payne. Lamentándolo mucho ignoro la respuesta a este dilema.