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CONVIENE RECORDAR . . .

El Departamento complutense de Ciencia Política en la Transición española

Un grupo de alumnas en la Facultad de Ciencias Políticas de la UCM. (Foto: https://elpais.com/politica/ VICTOR SAINZ).
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Un grupo de alumnas en la Facultad de Ciencias Políticas de la UCM. (Foto: https://elpais.com/politica/ VICTOR SAINZ).

LA CRÍTICA, 1 MAYO 2022

Por Manuel Pastor Martínez
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Aunque en años recientes nuestro Departamento y en general toda la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense ha tenido una fama polémica –a mi juicio algo negativa– por ser la cuna de Podemos con sus fundadores P. Iglesias, J. C. Monedero, C. Bescansa, A. Jerez, R. Maestre, R. Espinar, etc. (casualmente todos ex alumnos míos), desde los años 1960s hasta entrados los 1990s tuvo un merecido prestigio por su nivel académico y por su oposición a la dictadura franquista, en favor de una “ruptura democrática” o Transición pacífica a un sistema liberal, pluralista, democrático y constitucional.

El objeto de este artículo es recordar y resaltar el papel político relevante en la Transición del franquismo a la democracia del Departamento originalmente denominado de Teoría del Estado y Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, cuyos directores fueron Carlos Ollero (hasta 1983) y el que escribe, Manuel Pastor (desde 1983). Posteriormente denominado Departamento de Ciencia Política y de la Administración, continuando como director Manuel Pastor (1983-1994). Durante una temporal división, conocido como Departamento de Ciencia Política y de la Administración-1 (DCPA-1), sería dirigido por Julián Santamaría (1994-2010), nuevamente por Manuel Pastor (2010-2014), y por otros (sucesivamente Víctor Abreu, Francisco Bobillo, y Secundino González Marrero, hasta la actual reunificación con el DCPA-2, bajo la dirección de Jaime Ferri y de Reyes Herrero).

Aparte del destacado papel político que tuvo en la Transición, nuestro Departamento había tenido una función esencial, pionera y fundacional, en el establecimiento de los estudios académicos y universitarios de la Ciencia Política en España.

La inauguración de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad Complutense en Febrero de 1944, siendo su primer decano Fernando María Castiella, fue la primera en España, a través de nuestro Departamento, en impartir conocimientos y titulaciones de Ciencia Política y Relaciones Internacionales al estilo académico de las universidades en los países democráticos de Occidente. Posteriormente se rebautizaría como Facultad de Ciencias Políticas y Sociología (en 1973), y el Departamento se denominará finalmente de Ciencia Política y de la Administración (en 1983), produciéndose una separación del profesorado de Derecho Constitucional, que sería reubicado en las Facultades de Derecho.

Como catedrático más veterano y director del primer Departamento complutense, único en España, una vez jubilado D. Carlos Ollero, a partir de 1983 tuve la responsabilidad de presidir tribunales o comisiones para la dotación de las cátedras y titularidades, aparte de Madrid, en las nuevas Facultades creadas en Cataluña, Galicia y Vascongadas.

Aunque en años recientes nuestro Departamento y en general toda la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense ha tenido una fama polémica –a mi juicio algo negativa– por ser la cuna de Podemos con sus fundadores P. Iglesias, J. C. Monedero, C. Bescansa, A. Jerez, R. Maestre, R. Espinar, etc. (casualmente todos ex alumnos míos), desde los años 1960s hasta entrados los 1990s tuvo un merecido prestigio por su nivel académico y por su oposición a la dictadura franquista, en favor de una “ruptura democrática” o Transición pacífica a un sistema liberal, pluralista, democrático y constitucional.

Entre los profesores intelectual o académicamente más prestigiosos en aquellos años (poniendo el límite cronológico de la Transición hacia 1981-1983) señalaré a Carlos Ollero, Manuel Fraga Iribarne, Jesús Fueyo, Antonio Carro, Antonio Lago Carballo, Enrique Tierno Galván, Raúl Morodo, Pedro de Vega, Miguel Martínez Cuadrado, Antonio López Pina, Julián Santamaría, Ramón Cotarelo, Andrés de Blas, Juan González Encinar, Javier Roiz, Mariano Baena, Blanca Olías, Rafael Bañón, Francisco Vanaclocha, Juan Luis Paniagua Soto, Manuel Mella, Carmen Ninou, Francisco Bobillo, Alberto Reig Tapia, Miguel Ángel Ruíz de Azúa, Manuel Alcántara, Lourdes López Nieto, etc.

Y en otros departamentos con materias politológicamente afines: Antonio Truyol Serra, Luis Díez del Corral, José Antonio Maravall, Fernando Garrido Falla, Luis García Valdeavellano, Manuel Medina Ortega, Roberto Mesa, Celestino Arenal, Francisco Aldecoa, Antonio Marquina, Mateo del Peral, Dalmacio Negro, Luis González Seara, Carlos Moya, Amando de Miguel, Luis Rodríguez Zúñiga, José María Maravall, Emilio Lamo de Espinosa, Alfonso Ortí, José Vidal Beneyto, Carlos de Cabo, Antonio Elorza, José Álvarez Junco, Carmen Iglesias, Juan Trías, Francisco Rubio Llorente, Fernando Prieto, Joaquín Abellán, Santiago Castillo, etc.

En nuestro Departamento D. Carlos Ollero, persona tolerante y campechana, monárquico juanista, siempre tuvo un afecto personal especial, casi paternal, hacia el entonces profesor adjunto Raúl Morodo, pero a veces no disimulaba su desprecio con lengua viperina hacia otros profesores adjuntos :“el paleto salmantino, el chulo extremeño y el carota ponferradino”, refiriéndose respectiva y despectivamente a Pedro de Vega, a Julián Santamaría, y a Juan González Encinar (aunque éste en realidad era de Monforte de Lemos). A Miguel Martínez Cuadrado lo minusvaloraba llamándole “Miguelito”, pero a Juan Luis Paniagua le llamaba afectuosamente “Pani”.

El profesor Ollero tuvo un papel todavía no suficientemente aclarado en el “agujero negro” del 23-F de 1981 (según informaciones de los periodistas Luis María Ansón y Abel Hernández) como presunto autor de un dictamen jurídico/constitucional –a petición del padre del Rey, el Conde de Barcelona– para justificar la “Operación De Gaulle” y el gobierno de concentración del general Armada.

Como miembro del Consejo de D. Juan de Borbón y Battemberg el profesor Ollero sin duda contribuyó al acercamiento de los profesores Tierno Galván y Morodo, líderes del PSI/PSP, a las posiciones de la Monarquía democrática y constitucional que representaba el Pretendiente a la Corona española, asumiendo este grupo socialista un papel de “bisagra” durante los últimos años del franquismo, entre las derechas monárquicas y las izquierdas republicanas (PSOE y PCE), especialmente participando en la Junta Democrática con los eurocomunistas y algunas personalidades independientes (conservadores como Rafael Calvo Serer o izquierdistas como José Vidal Beneyto).

Tras la muerte del dictador Francisco Franco, el PSP tendrá una pequeña representación parlamentaria en las Cortes constituyentes de 1977 (Tierno y Morodo fueron redactores del Preámbulo de la Constitución de 1978), y ese mismo año el partido se integrará en el PSOE, con el profesor Tierno Galván como Presidente de Honor y en 1979 elegido Alcalde socialista de Madrid. El profesor Morodo, por el contrario, se acercará al líder de la UCD, Adolfo Suárez, y con él fundará más tarde el CDS, aparte de obtener el nombramiento como embajador volante (para los países No Alineados) y cultural (de la UNESCO en Paris).

Un número importante de profesores del Departamento obtendrán escaños de diputados o senadores en las Cortes Generales a partir de 1977. Mencionaré por orden alfabético: Javier Arzalluz, Pedro Bofill, José Bono, Antonio Carro, Enrique Curiel, Manuel Fraga Iribarne, Antonio López Pina, Miguel Martínez Cuadrado, Raúl Morodo, Carlos Ollero, José Pedro Pérez Llorca, Ventura Pérez Mariño, Enrique Tierno Galván, y Jorge Verstrynge.

Otros ostentarán altos cargos diplomáticos o en la administración del Estado: Pablo Benavides (Embajador), Francisco Bobillo (Director General), José Bono (Presidente de Castilla-La Mancha y Ministro de Defensa), Luis Calvo (Embajador), Emilio Casinello (Embajador), Andrés de Blas (Asesor ministerial), Pedro de Vega (miembro de la Junta Electoral Central), Manuel Fraga Iribarne (Presidente de Galicia), Álvaro Gil Robles (Defensor del Pueblo), Enrique Guerrero Salom (Subsecretario de Educación y de Relaciones con las Cortes, y Eurodiputado), Miguel Herrero (Jefe de gabinete ministerial), Antonio Lago Carballo (Secretario General Técnico de Educación), Enrique Moral Sandoval (Director General), Fernando Morán (Embajador, Ministro de Asuntos Exteriores y Eurodiputado), Carlos Ollero (Magistrado del Tribunal de Cuentas), José Pedro Pérez Llorca (Ministro de Asuntos Exteriores), Ventura Pérez Mariño (Magistrado de la Audiencia Nacional), Julián Santamaría (Director General y Embajador), Francisco Vanaclocha (Asesor ministerial), Francisco Velázquez (Director General), etc.

Manuel Pastor Martínez

Posdata

En 2014, mi último año como director del Departamento (DCPA-1), presenté en el consejo académico y fue aprobada por unanimidad la propuesta de concesión del Doctorado Honoris Causa en Ciencias Políticas al nuevo Rey de España, D. Felipe de Borbón y de Grecia. Trataba de responder y compensar al reciente nombramiento político por la Junta de la Facultad como Profesor Honorífico al líder de Podemos, Pablo Iglesias, al que en varias comisiones, por motivos estrictamente académicos, yo había excluido en la selección del profesorado.

Hubiera sido el primer Doctorado concedido al joven Jefe del Estado, símbolo de una clara voluntad de consolidar la democracia en España, con el consiguiente prestigio para la propia Facultad. Pero por razones que se me escapan (¿no molestar a las izquierdas?) Jaime Alfonsín, Jefe de la Casa del Rey, me escribió una carta de agradecimiento en nombre de Don Felipe y sugirió que el acto se pospusiera, por discreción… ad calendas graecas.

Manuel Pastor Martínez

Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

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