En efecto, todo se andará pero al paso de la justicia española, que está demostrando ser el verdadero pilar de la Nación española y por ende del Estado español. Y eso a pesar del PSOE, verdadero muñidor de la situación actual y de la deriva del independentismo catalán, con la perplejidad, también, de una parte nada desdeñable de sus votantes.
No hay que olvidar, sino tener muy presente, que el festival mediático independentista solamente ha sido y es posible por la imposición del partido socialista al Gobierno de España de aplicar un 155 que mantenga intacto su aparato propagandístico y sus organizaciones sociales, así como permitir que se vuelva al punto de partida del conflicto con el retorno de los independentistas a las instituciones catalanas y a su gobierno.
Pero el asunto de Cataluña tiene solución. Basta que de una vez por todas los españoles con su voto hagan posible una mayoría en el Congreso que no haga depender sus decisiones de las minorías nacionalistas y, lo que es más importante, de las veleidades de un partido, el socialista, que tiene secuestrada la democracia en España desde el mismo comienzo de la Transición.
Mientras tanto habrá que seguir soportando los sobresaltos con que nos alteran cada día fiscales, jueces, abogados, políticos, medios de comunicación y, sobre todo, las huestes independentistas perfectamente alimentadas con vaya usted a saber qué dineros.