Título: HISTORIA MILITAR DE GIBRALTAR
Autor: Agustín Alcázar Segura, General de Brigada
ISBN: 978-84-941033-1-5. Tamaño 17 x 24 cm; encuadernación rústica con solapas; 220 páginas
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AGUSTÍN ALCÁZAR SEGURA (1.943)
Escritor y militar español. General de Brigada de Infantería, diplomado de Estado Mayor y especializado en Cooperación Aero-terrestre, Derecho y Técnica Policial, Criptografía y Logística.
Colaborador del Memorial de Infantería, ha sido profesor de la Escuela de Estado Mayor del Ejército de Tierra y Subdirector de Doctrina del MADOC, entre otros cargos y funciones, estando en posesión de numerosas condecoraciones.
En la actualidad es co-director del Máster universitario en Seguridad, Defensa y Geoestrategia por la UDIMA.
Autor de numerosos artículos sobre Táctica y Estrategia para la Revista Ejército. Este es su tercer libro, tras La Anexión y guerra de Santo Domingo, Akrón, 2010, y Las Guerras de Independencia Hispanoamericanas, CISDE, 2013.
INTRODUCCIÓN GENERAL
«En un arrebato de locura Hércules mató a sus hijos. Recobrada la razón, el Oráculo de Delfos le indicó que para purificarse, debería estar al servicio del rey de Tirinto, Euristeo, durante doce años. Habiendo llegado al monarca la fama de los bueyes de Gerión, ser fabuloso que poseía tres cuerpos y que moraba en el Lejano Occidente, y aprovechándose que aún no habían expirado los doce años de servicios, encargó a Hércules que capturase dichos rebaños. El viaje de ida, antes de llegar a Eriteia (una de las antiguas islas sobre las que actualmente se asienta la ciudad de San Fernando) fue pródigo en aventuras y luchas de todo tipo, hasta el extremo que para conmemorar sus hazañas fueron elevadas las columnas que llevan su nombre, que separan Europa de África, es decir, la del Peñón de Gibraltar y la del Monte Hacho en Ceuta, respectivamente.» [1]
Asimismo,
«…se consideraba a Hércules como un ser vengativo y terrible, cuyas iras no convenía despertar hollando el sagrado hito que se alzaba sobre un mar profundo, puerta de lo desconocido.» [2]
Quizás por eso, la antigua Calpe[3], salvo esporádicas ocupaciones, permaneció deshabitada durante muchos siglos, contemplando desde su atalaya todos los acontecimientos que se iban a producir en su entorno.
Así, presenciará la fundación de Carteia[4] en el 940 a.C. por los fenicios; conocerá la llegada de los griegos en el 630 a.C; verá la arribada de los focenses en los años 606 y 557 a.C.; contemplará el desembarco cartaginés en el 230 a.C.; presenciará la victoria romana en el 190 a.C.; y allá por los años 409-411, observará asombrada cómo la ciudad de Carteia era arrasada por los bárbaros.
Hasta este momento, Calpe fue testigo pasivo de los acontecimientos tan brevemente narrados, pero con la llegada de los musulmanes al mando de Tarik el 29 de Abril de 711, termina el reinado de Hércules y se inicia la historia militar del Peñón. Como primera providencia cambia su nombre por el de Yebel Tarik (montaña de Tarik), que con el paso del tiempo se convertirá en Gibraltar.
Inmediatamente, Tarik se dio cuenta de la importancia militar del Peñón, por lo que no tardó en ordenar la construcción de un castillo, más tarde completado con una triple muralla que llegaba hasta el mar. Asimismo, a su sombra fue asentándose y desarrollándose un núcleo de población así como un puerto y un arsenal donde se construían galeras, origen de la actual ciudad de Gibraltar.
Durante siglos, la guerra (La Reconquista), se desarrolló demasiado lejos de sus murallas, aunque es muy probable que su discurrir no se viera libre de los frecuentes avatares de la vida de Al Ándalus. Pero destruido el imperio de los almohades en la Península como consecuencia de la toma de Córdoba por Fernando III el “Santo” en 1238, y fundado el reino de Granada, entre cuyos límites se integraba Gibraltar, la amenaza cristiana empezó a cernirse sobre la plaza.
Ya durante el reinado de Alfonso X, Gibraltar aparece como “objeto del deseo” para los reyes cristianos, al tiempo que se ofrece como moneda de cambio a los benimerines para pagar su ayuda frente a la amenaza castellana.
Pero es con la llegada del hijo de Alfonso X, Sancho IV el “Bravo”, cuando la inminencia del peligro se mostró a Gibraltar, al apoderarse éste de Tarifa en fecha imprecisa, entre Septiembre y Octubre de 1292. No obstante, aún hubieron de pasar 17 años para que su hijo, Fernando IV, conquistase la plaza en 1309, poniendo fin a 598 años de dominio musulmán. A partir de este momento, Gibraltar se convirtió en objeto permanente del deseo de posesión por parte de moros y cristianos, luchando por ella cristianos contra moros, moros contra moros e incluso cristianos contra cristianos, como tendremos ocasión de comprobar a lo largo de estas páginas.
El largo reinado de Alfonso XI (1312-1350) fue pródigo en cuanto a acciones militares con Gibraltar como objetivo, ya que se produjeron hasta cuatro sitios. En el primero (2º de nuestro ordenamiento general) Ismael I de Granada intentó recuperar la plaza en 1316, pero tuvo que levantarlo ante la inminencia de la llegada de fuerzas cristianas. En el segundo, Abd-al-Malik, hijo del sultán benimerín de Marruecos, reconquistó la plaza para los musulmanes el 17 de Junio de 1333. En dos ocasiones (1333 y 1349-1350), Alfonso XI trató de recuperarla, resultando fallidos ambos intentos, y nefasto el segundo al fallecer el monarca castellano ante sus muros, víctima de una epidemia de peste.
El sexto sitio (1411) fue producto del enfrentamiento entre musulmanes, ya que el alcaide nazarí de la plaza se rebeló contra el emir de Granada entregándola al rey de Fez, siendo recuperada por aquél a continuación.
Tras un intento fallido, el séptimo (1436), durante el reinado de Juan II, la conquista definitiva para las armas cristianas llegó con el octavo sitio (1462), cuando durante el reinado de Enrique IV, el Duque de Medina Sidonia se apoderó de la plaza, que pasó a ser propiedad de la Corona.
Los dos siguientes asedios, en 1467 y 1506, fueron producto de la situación de debilidad de la Corona en tiempos de Enrique IV y el Consejo de Regencia en Castilla a la muerte de Felipe I, en las que el Duque de Medina Sidonia trató de apoderarse de Gibraltar e incorporarla a sus dominios.
Anexionada definitivamente a la Corona, Gibraltar pasa por un período de relativa tranquilidad durante los siglos XVI y XVII, lo que provoca una situación de abandono en cuanto al estado de sus defensas y a la dotación de su guarnición, lo que provocó su fácil caída en manos de las fuerzas aliadas que, en nombre del Archiduque Carlos, la ocupó en 1704, durante la Guerra de Sucesión española.
La alevosa toma de posesión de la Roca por Gran Bretaña y el resultado del Tratado de Utrech no fue asumido nunca por España y, a partir de entonces, Gibraltar se convirtió en pieza fundamental de la política española durante el siglo XVIII y tanto el mismo Felipe V como su hijo Carlos III, se enfrentaron reiteradamente a Gran Bretaña con las miras puestas en su recuperación.
Con esta finalidad se establecieron el décimo primer sitio en 1704, el décimo segundo, en 1727, y el décimo tercero y último, que se prolongó entre 1779 y 1783. Pero en ninguna de las tres ocasiones logró España su propósito. Medios escasos e inadecuados, falta de unidad de mando y planes inapropiados chocaron con la voluntad británica de mantenerse en la plaza, para lo cual, las autoridades de la misma la mantuvieron en permanente estado de alerta, incluso en épocas de paz y, desde siempre, apoyada por la mejor fuerza naval de la época.
A partir de este momento, España renunció a recuperar la plaza por la vía de las armas, si bien en plena II Guerra Mundial, se produjo por parte de Alemania, un intento de ataque a Gibraltar, denominado “Operación Félix”, que no se llevó a cabo ante la oposición del gobierno español y los avatares que se sucedieron en el desarrollo del conflicto.
Cuanto de forma breve hemos expuesto hasta aquí constituye la base del trabajo que tiene en sus manos, desarrollándolo en detalle a través de los ocho primeros capítulos.
Hemos dedicado el noveno a relatar la usurpación del terreno fuera de sus murallas, lo que ha permitido a Gran Bretaña extender los límites de la plaza mucho más de lo que se le asignaba en el Tratado de Utrech y donde, ya en siglo XX se ha permitido construir una pista de aterrizaje que incluso se interna 800 metros en aguas decididamente españolas.
El último capítulo se dedica a analizar el batallar español, como consecuencia de las seis Resoluciones de las Naciones Unidas, para recuperar la soberanía de la plaza, sin que hasta el momento estos intentos hayan producido el resultado que la justicia internacional reconoce y el derecho exige.
El autor
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[1] Es.wikipedia.org/wiki/Columnas_de_Hércules
[2] AGUILAR OLIVENCIA, Mariano: Gibraltar. Episodios militares. Editor Mariano Aguilar Olivencia. Ma-drid, 1973. p 13.
[3] También ha recibido los nombres de “Monte de Saturno”, por Ustatio; Columna de Briceo de Hércules, al decir de Aristóteles; Calpe, entre los hebreos, fenicios, griegos y latinos. ÁLAMO, Juan del: Gibraltar ante la historia de España. Sucesores de J. Sánchez Ocaña y Compañía. Tutor 16. Madrid, 1952. p 17.
[4] Carteia es un yacimiento arqueológico situado en el término municipal de San Roque, concretamente en el polígono industrial de Guadarranque. De origen púnico, pasó a ser en época romana la Colonia Libertinorum Carteia, primera colonia latina establecida fuera de suelo itálico, constatándose su abandono en el año 412, momento en que se instalan en Carteia los visigodos y más tarde los musulmanes. Según relata Tito Livio en uno de sus escritos, el antiguo asentamiento púnico pasó a convertirse en Colonia Libertinorum Carteia en el año 171 a C., cuando allí se establecieron más de 4.000 hombres, hijos de soldados romanos y mujeres hispanas. La última ocupación corresponde a fines del siglo XVI, momento en el que se erige la Torre del Rocadillo, almenara de vigilancia costera.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN GENERAL, 13
CAPITULO I. EL PEÑÓN DE GIBRALTAR, 19
Situación, 19 – División de aguas, 20 – Cuevas, 21 – Vertientes, 23 – Primeros pobladores de Gibraltar, 23.
CAPITULO II. LA INVASIÓN MUSULMANA, 25
Don Rodrigo, último rey de la monarquía visigoda en España, 25 – La conjura de los vitizanos, 25 – El Conde Don Julián, 27 – Primeras acciones musulmanas sobre la Península Ibérica, 32 – Gibraltar, desde la batalla de Guadalete hasta finales del siglo XIII, 34.
CAPITULO III. LOS SITIOS DE GIBRALTAR DURANTE EL SIGLO XIV, 39
Introducción, 39 – Sancho IV (1.284-1.295). Toma de Tarifa,40 – Fernando IV (1.295-1.312), 44 – Primer Sitio de Gibraltar en 1.309, 46 – Alfonso XI (1.312-1.350), 48 – Segundo Sitio, en 1.316, 48 – Tercer Sitio, en 1.333, 49 – Cuarto Sitio, en 1.333, 52 – La situación entre el Cuarto y el Quinto Sitios: Batalla del Salado y conquista de Algeciras, 58 – Quinto Sitio, en 1.349-1.350, 61.
CAPITULO IV. LOS SITIOS DE GIBRALTAR DURANTE EL SIGLO XV, 65
Sexto Sitio de Gibraltar, en 1.411, 67 – Séptimo Sitio, en 1.436, 69 – Octavo Sitio, en 1.462, 71 – Noveno Sitio, en 1.467, 73.
CAPITULO V. ACCIONES CONTRA GIBRALTAR DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII, 77
Introducción, 77 – Décimo Sitio, en1.506, 80 – Saqueo por los turcos, 1.506, 82 – Bombardeo por los franceses en 1.693, 87.
CAPITULO VI. LA PÉRDIDA DE GIBRALTAR, 89
Introducción, 89 – Undécimo Sitio, en 1.704, 90 – Desembarco y sitio, 91 – Duodécimo Sitio, en 1.704, 94 – Tratado de Utrech, 98 – Décimo tercer Sitio, en 1.727, 101.
CAPITULO VII. EL GRAN ASEDIO ENTRE 1779-1783. LOS PACTOS DE FAMILIA, 109
Primer Pacto, 109 – Segundo Pacto, 110 – Tercer Pacto, 110 – Décimo cuarto Sitio, entre 1.779 y 1.793, 113.
CAPITULO VIII. LA OPERACIÓN FÉLIX, 133
Introducción, 133 – Proyecto del Décimo quinto Sitio: la Operación Félix, 136 – Epílogo, 145.
CAPITULO IX. LÍMITES DE LA PLAZA DE GIBRALTAR, 147
Introducción, 147 – Límites terrestres, 147 – Límites marítimos, 158 – El aeropuerto de Gibraltar, 161.
CAPITULO X. SITUACIÓN ACTUAL, 165
Introducción, 165 – Naciones Unidas, 166 – Unión Europea, 170 – Gibraltar en la OTAN, 172, Gibraltar en la CSCE, 173 – Negociaciones bilaterales, 173 – El Foro de Diálogo, 184.
CONSIDERACIONES FINALES, 189
CRONOLOGÍA, 195
BIBLIOGRAFIA, 201