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San Ordoño de Astorga

Iglesia de Santa Marta (Astorga, León)
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Iglesia de Santa Marta (Astorga, León)

La Crítica, 7 Abril 2017

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... fallecido entre 1065 y 1070, fue enterrado en Astorga, en la iglesia de Santa Marta. “Antes de la actual iglesia (del siglo XlX) hubo al menos otras dos, una prerrománica de los siglos VII al X ...

Salvo en un hecho concreto, aunque importante para la historia de León, poco se sabe de san Ordoño. Una de las razones de este desconocimiento es la de que, al menos, otros dos obispos de Astorga lo fueron con el mismo nombre y casi al mismo tiempo, esto es, hacia la mitad del siglo XVll. Incluso, se discute si fue monje benedictino en el Monasterio de Sahagún. Ni siquiera se conoce con exactitud el año de su nombramiento como obispo, que debió de ser hacia 1060 si hacemos caso de su epitafio, transcrito por Matías Rodríguez Díez en su entrañable y rigurosa obra, titulada, Historia de la muy noble, leal y benemérita ciudad de Astorga, y que constituye casi una síntesis de su biografía espiritual: Detén el llanto, lector, al ver la pira/ Que funestos despojos no en sí acoge/ Si de virtudes la abundante troje/Que al zafir trasladado las recoge./Un prelado a quien Astorga admira,/Y ausente le suspira todo el mundo,/ Porque no halla a Ordoño otro segundo/En cuantos doctos, virtuosos en sí mira:/ Porque un prelado docto y virtuoso,/ Tardo al castigo, al premio presuroso,/Prompto al desvalido, quanto a sí negado,/ De propios y extraños perpetuo consuelo,/ Tres años Astorga y después el Cielo/ Perpetuo le goza, pues lo había dado.

Ahora bien, desde el punto de vista histórico resulta indiscutible su protagonismo en la traslación del cuerpo desde Sevilla hasta León. Con motivo de que Fernando l, Rey de León y conde de Castilla, decidiera, en 1063, atacar a Al-Mutadid de Sevilla, éste siguió el ejemplo del Rey de Toledo que, cuando Fernando l inició una gran campaña contra él, le prestó sumisión y vasallaje. Fernando l, aceptó, pero añadió como condición que le entregara el cuerpo de Santa Justa. Sin embargo, la embajada que fue a Sevilla formada por Ordoño, los obispos Alvito de León y Diego de Astorga, Gonzalo Núñez de Lara y los condes Muño Muñoz, Fernando Ansúrez y Gonzalo Salvadorez, no encontró el cuerpo de Santa Justa.

Sin embargo, según una leyenda, Alvito o Albito, tuvo una revelación de dónde se encontraba el cuerpo de san Isidoro, así como que moriría en brevísimo plazo. En efecto, Alvito murió la semana siguiente, pero, encontraron el cuerpo de san Isidoro, exactamente en el mismo lugar que le había sido revelado al obispo Alvito, y con el consentimiento de Al-Mutadid, el futuro san Ordoño transportó el cuerpo de san Isidoro a León, que depositó en la iglesia de San Juan.

La razón de esta elección se debió a que Sancha, hija de Alfonso V, consiguió que su esposo, Fernando l, construyera en piedra esta Iglesia, con objeto de que ambos fueran enterrados allí (también lo fueron sus hijos Urraca, Elvira y García). Ahora bien, el prestigio de una iglesia, en aquél entonces, radicaba, casi únicamente, en las reliquias que tuviera. De ahí que el cuerpo de san Isidoro se guardase en la iglesia de San Juan, que se consagró, en 1063, a San Isidoro, y desde aquella fecha es el templo de San Isidoro.

Por su parte, san Ordoño, fallecido entre 1065 y 1070, fue enterrado en Astorga, en la iglesia de Santa Marta. “Antes de la actual iglesia (del siglo XlX) hubo al menos otras dos, una prerrománica de los siglos VII al X de pequeñas dimensiones, cuyos restos aparecieron en 1999 detrás del ábside actual, quedando señalado en el suelo parte de su perímetro siendo el hallazgo más importante los restos de una celosía. Esta iglesia es la más antigua documentada hasta el momento en Astorga. En época románica debió de existir otra iglesia con la cabecera en la parte de la actual entrada y a la que daba la celda de las Emparedadas. Al lado de la Iglesia de Santa Marta, subsiste en Astorga un raro testimonio de aquella costumbre medieval de emparedarse de por vida. La celda de las emparedadas es un espacio irregular, con una ventana abierta a la calle, por donde recibían limosna y alimento y por donde también se comunicaban. Estoy cierto que los peregrinos a su paso establecieron con ellas esa relación que se mantiene con todo lo que sorprende e interesa. Otra ventana comunicaba con la Capilla Mayor de la Iglesia de Santa Marta, para poder asistir a los sagrados oficios. La historicidad de esta extraña costumbre es incuestionable.” (]http://www.santamartaastorga. com/documents/45.html).

En la actualidad los restos de san Ordoño se encuentran en el Palacio Episcopal de Astorga.

Pilar Riestra
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