... La fiesta del Santísimo Sacramento, hunde sus raíces en el fascinante dogma católico del misterio de la presencial, verdadera, real y substancial de Jesucristo bajo las especies de pan y vida. Algo inaudito y sublime, que la Iglesia Católica siempre ha defendido frente a las otras confesiones luteranas. Esta presencia misteriosa ha sido celebrada por todas las artes: pintura, literatura, orfebrería y muy especialmente la más elevada, la música: las misas de Mozart, Bach (…). Los grandes motetes eucarísticos de Palestrina, Vitoria, Gounod: los autos Sacramentales de Calderón o Tirso de Molina, los poemas de los grades líricos, como San Juan de la Cruz (aunque es de noche). El mismo Tomás de Aquino con sus célebres poemas (Tantum ergo Sacramento….).
La fiesta del Corpus celebrada desde la Edad Media, alcanzó con el Concilio de Trento su máximo esplendor cuando decretó que la festividad del Corpus se celebrase con especial solemnidad todos los años en cierto día señalado y festivo: el sublime Sacramento fuese conducido en procesión honorifica y reverente por calles y lugares públicos. Todas las ciudades españolas extremaban su celo para celebrar vistosas procesiones en las que participaban todos los estamentos sociales. En la procesión de Madrid la familia real presidía el cortejo eucarístico. Hoy la ciudad de Toledo es un claro exponente de la grandiosa procesión. Durante el siglo XVII las procesiones eucarísticas fueron introduciendo elementos profanos de mal gusto e irreverentes como los gigantones, gigantillos y tarascas, lo que motivó que algunos ilustrados, se esforzasen por reformar aquellos aspectos negativos y, en su lugar, predominase la fe sincera e ilustrada, resaltando lo esencial de la Fiesta.
Tal fue el caso de Jovellanos quien en su análisis de las fiestas populares defiende con verdadera emoción la fiesta del Corpus purificada y dignificada. En su paráfrasis al salmo Judicame, Deus, se nos presenta como católico fiel de la Eucaristía –comulgaba con frecuencia– y defendía con sólidos argumentos la fiesta popular del Corpus Christi.
Fidel García Martínez