LA CRÍTICA, 17 JUNIO 2024
La crisis política que supuso la llegada a España del dirigente del Polisario, Brahin Ghali, provocó que el gobierno marroquí permitiera la entrada irregular de 12.000 inmigrantes en Ceuta. La alianza marroquí con Israel, tras los acuerdos de Abraham, propició una creciente cooperación en el ámbito militar entre ambos países, que ni siquiera la respuesta judía en Gaza ha podido alterar.
Pero la defensa tan altisonante como ineficaz del Gobierno español, a favor de los palestinos, pese al ataque infame sufrido por Israel por parte de Hamas, provocó el deterioro de relaciones de Israel con España.
Si unimos a esto el cambio de postura del gobierno español respecto al Sahara, todavía no explicado, vemos que esta errática política exterior no hace más que debilitar la defensa de España al ponerse en contra de dos de los países más peligrosos de la Tierra y que casualmente muestran su apoyo a Marruecos, lo que nos puede costar caro, conociendo las veleidades y ambiciones de nuestro vecino del Sur.