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España y las nucleares: Una política difícil de entender

La central nuclear de Almaraz. (Fuente: Foro Nuclear, El Periódico de la Energía. Foro Nuclear.)
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La central nuclear de Almaraz. (Fuente: Foro Nuclear, El Periódico de la Energía. Foro Nuclear.)

LA CRÍTICA, 4 ABRIL 2025

Por Juan Ángel López Díaz
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A mediados de marzo de este año 2025, la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera, decidió no recibir a sus compatriotas representantes de la plataforma “Sí a Almaraz, Sí al Futuro” que se desplazaron a Bruselas para exponer la necesidad de la continuidad de la central nuclear a las instituciones de la Unión Europea.

Pese al desprecio de la exministra española, la delegación, mantuvo reuniones con distintos representantes públicos de las instituciones comunitarias, para transmitirles el quebranto que supondría para la dependencia energética de Europa el cierre de la central extremeña. Y eso sucedió, días después de que la exministra Ribera hubiera autorizado ayudas de más de 30.000 millones de euros para alargar 10 años la vida de dos centrales nucleares belgas. (,,,)

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El cierre de la Central de Almaraz

Los representantes de la plataforma expusieron a las autoridades europeas «la importancia de la central para el desarrollo industrial y de captación de proyectos empresariales de Extremadura, región que, con un PIB per cápita inferior al 75% de la media de la UE, es receptora de fondos FEDER y del Fondo Social Europeo Plus, cuyos objetivos son reducir las desigualdades regionales».

Dado que la Comisión Europea y el Parlamento tienen entre sus deberes asegurar la autonomía energética de la UE y fomentar la descarbonización con energías como la nuclear, la plataforma pidió a los representantes comunitarios la defensa de Almaraz, cuyo cierre fue fijado por el Gobierno español en 2020. Curiosamente la delegación de la plataforma estaba formada por los alcaldes de tres partidos políticos distintos, PSOE, PP y Levanta, lo que demuestra el carácter transversal de la defensa de la central en toda la zona.

La delegación advirtió que el riesgo de apagones en España y la desindustrialización son dos de las amenazas del cierre de las nucleares y advirtieron que suponía un problema para la competitividad de nuestras empresas ya que otros países como Francia e incluso Italia, después de 40 años de prohibición, hacen una firme apuesta por la nuclear.[1]

Almaraz es el principal generador de empleo de la comarca y hasta 153 empresas y 278 suministradores dependen de la actividad de la central, por lo que su cierre implicaría la pérdida de más de 1.800 empleos. Según la consultora Metyis, un cierre de la central supondría 829 millones de euros de pérdidas anuales y más de 15.000 empleos en todo el país. Además, Almaraz aporta 435 millones de euros anuales en tasas y tributos, de los que 82 van a la comunidad autónoma y 12 a los municipios que albergan la central. El cierre de Almaraz pondría en peligro otras inversiones que necesitan de energía limpia 24/7, como es el caso de Microsoft y Edged Energy, que han valorado la región para construir centros de datos por su acceso a energía limpia. Por supuesto, Almaraz evita la emisión de 3 millones de toneladas de CO2 anuales y la energía que deja de producirse en Almaraz (el 7% de la demanda eléctrica en España) deberá reemplazarse con fuentes emisoras de CO2 cuando las condiciones climáticas no sean favorables. Y supondría depender de terceros países, reduciendo la autonomía estratégica de España y deteriorando el saldo de la balanza de pagos a nivel nacional.[2]

Por otro lado, la Federación Española de Asociaciones Profesionales de Personal con Licencia de Operación de Centrales Nucleares (FELO) destaca que no hay ninguna justificación “razonable” para el cierre de Almaraz, que es «un referente mundial, ejemplo internacional de funcionamiento y buenas prácticas». La Federación informó que «las empresas propietarias invierten una media de 50 millones de euros anuales en la mejora, actualización y modernización de sus equipos», por lo que se encuentra «en las mejores condiciones técnicas y de seguridad para seguir operando incluso hasta los 80 años». Por el contrario, destacaron que la carga impositiva que sufren las Centrales, las están haciendo, “inviables”. Y así, «en 2025 abonarán 435 millones de euros en impuestos y tasas (más que todos sus costes de operación y mantenimiento), algunos de ellos redundantes, discriminatorios sobre otras tecnologías e inexistentes en el resto de los países con centrales nucleares». A esto se añade “la subida injustificada” de la tasa Enresa destinada a la custodia de los residuos que fue fijada en 7,98 euro/MWh y que en 2024 se incrementó un 30 por ciento, hasta los 10,4 euro/MWh, «sin que haya cambiado la cantidad de residuos que se van a generar».[3]

También, el sindicato independiente de la Energía señaló que «el futuro del sistema eléctrico en España debe ser una combinación de renovables con nuclear como generación base para garantizar el suministro y la estabilidad de la red, al ser ambas tecnologías garantía de precios asequibles y energías libres de emisiones». Además, explicaron, un tercio de los 1,8 billones de euros de inversiones del plan de recuperación Next Generation-EU y el presupuesto de siete años de la UE financiarán el Pacto Verde Europeo, lo cual viene a significar que la posición de la UE de considerar sostenible la energía nuclear, implica que las inversiones en ellas podrán optar a dichos fondos europeos y beneficiarse de incentivos fiscales. Y esa posición se “refuerza” con el hecho de que actualmente existan 62 centrales nucleares en construcción en todo el mundo, “muchas” de ellas en Europa, y que incluso Alemania plantea un frenazo al apagón nuclear, lo que deja aislado al Gobierno en su calendario de cierre. Y, finalmente, el sindicato considera “necesaria” la existencia de una energía “sin emisiones” e incide en que «esa no es otra que la energía nuclear».[4]

La Permanencia de las nucleares en Cataluña

Al parecer existe un pacto con las autoridades autonómicas de Cataluña por el que el Gobierno no cerraría las centrales nucleares catalanas cuando les llegue su momento, entre el 2027 y el 2035. Según el Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el cierre de Ascó I está previsto para 2030 (después de los dos grupos de Almaraz), el del Ascó II para 2032 y el de Vandellós II para 2035. Pero este programa previsto no se cumpliría y las tres centrales continuarían funcionando después de esas fechas. Las razones para esa decisión se deben a que más del 50% de la electricidad que consume Cataluña depende del suministro de esas tres centrales, por lo que su cierre provocaría el colapso del principal enclave industrial de aquel territorio, el polo petroquímico de Tarragona: introduciría un sobrecoste de 1.200 millones en la tarifa eléctrica; pondría en riesgo más de 10.000 puestos de trabajo y le daría un golpe al PIB regional de 900 millones de euros.


Número de reactores nucleares en Europa. Euronews.

Sin energía nuclear, el progreso en Cataluña, donde las energías renovables sufren una moratoria no declarada porque dicen que perturban la fisonomía del territorio, se convierte en algo difícil de conseguir. Los centros de datos para soportar la digitalización del tejido productivo o el advenimiento de la inteligencia artificial o cualquier proyecto industrial requerirán energía constante y segura las 24 horas del día, algo que las renovables no pueden suministrar. Y el gas es demasiado caro. El futuro industrial de Cataluña queda en cuestión sin una energía competitiva de respaldo como la nuclear. En realidad, es un compromiso que puede que nunca tenga coste porque hasta 2028 no habría que tomar decisiones en firme, y cabe la posibilidad, incluso, de que en ese momento el actual gobierno ya esté en la oposición.

¿Esta intención respecto a las nucleares catalanas supone que hay alguna esperanza de que el Gobierno reconsidere también su posición sobre Almaraz? Pues no. Almaraz, cuya clausura será la primera y tendrá que hacerse efectiva a partir de 2027, debería empezar a planificar ya su continuidad si quiere permanecer abierta, pero Moncloa no contempla en esta ocasión rectificar. En principio, en la central extremeña concurren los mismos intereses industriales, energéticos, sociales y estratégicos que en las nucleares catalanas para paralizar su cierre, pero, sin embargo, no concurre el interés político. Los informes apuntan a que el cierre nuclear subirá un 25% la factura de los hogares, un 35% la de las industrias y multiplicará las emisiones a la atmósfera en torno a un 73% ante la necesidad de quemar gas para sustituir una fuente que hoy suministra el 20% de la energía eléctrica. Almaraz es estratégica para España, pero no lo es para el gobierno de la nación.

La central extremeña da servicio no solo a Extremadura sino también a Andalucía y Madrid, y ninguna de esas comunidades es socialista. Hace poco la ministra de Energía, Sra. Aagesen, aseguraba que «hay que pensar medidas adicionales para que Europa sea más competitiva». Los números demuestran sin temor a equivocarse que en estos momentos no hay medida adicional que garantice la competitividad tanto como la continuidad de las plantas nucleares. De hecho, su predecesora en el cargo, Sra. Teresa Ribera, ha girado 180 grados su postura y apoya el uso nuclear porque «garantiza una sólida cadena de suministro», lo que le ha llevado a impulsar, como dijimos, las ayudas para que Bélgica pueda reabrir centrales. No se entiende que no defienda lo mismo para España. Hay otra razón estratégica de peso y de plena actualidad para detener el cierre de las nucleares. Si España sigue adelante con la clausura tendrá que incrementar un 30% el consumo de gas natural, lo que supondrá casi con toda seguridad aumentar las compras de este combustible a la Rusia de Putin.[5]

Creo que después de todo lo expuesto, la razón debería impulsar a una moratoria en el cierre de las nucleares, pero a veces la ideología, no querer ver la realidad y el ansia de permanencia en el poder hacen cometer errores de calado y de difícil reparación.

Juan Ángel López Díaz
Coronel de Infantería de Marina (Ret.)
Miembro de la AEME

[1] “Ribera planta a la plataforma para salvar Almaraz pero da más de 30.000 millones a dos centrales belgas”, H. Montero, La Razón, 17-03-2025.

[2] “El cierre de la central nuclear de Almaraz provocaría terribles consecuencias socioeconómicas en la región, Redacción, El Periódico de la Energía, 20-03-2025.

[3] “Operadores de centrales nucleares alertan del "riesgo" de apagones si se prescinde de Almaraz”. Redacción, El periódico de la Energía, 18-03-2025.

[4] “El Sindicato Independiente de la Energía pide que se detenga el cierre de la central de Almaraz”. Redacción, El periódico de la Energia, 01-04-2025.

[5] “¿Por qué el Gobierno cerrará Almaraz, pero nunca las nucleares catalanas? Iñaki Garay. Expansión, 25/03/2025.


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