Escribo con tristeza y pesar por la reciente visita del actual presidente de Colombia a España donde, en mi humilde opinión, fue inmerecidamente agasajado. Que el nuevo presidente colombiano estuviese especialmente desacertado al criticar, antes de la visita, y aun dentro de ella, y sin razón suficiente, la labor civilizadora de España en su país natal entra dentro de lo que podría considerarse como normal en las personas afectadas o influidas por una injusta leyenda negra. E injusta porque la labor civilizadora de España en la América que ella sola supo descubrir, y que llegó a formar parte de su propio ser, fue algo que nadie en el mundo entero supo hacer o ni siquiera se atrevió a imitar. Porque España, como Roma, fue y, aun es, cuna de su propia civilización. (...)
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Pero lo que no fue muy normal dentro de la visita de este político colombiano, hasta hace muy poco tiempo miembro del M19, fue, en primer lugar, su inexplicable invitación por parte del gobierno a visitar una España que el colombiano no se cansa de denostar y, en segundo lugar, fue la no menos inexplicable actitud del gobierno anfitrión, y de una gran mayoría del arco parlamentario, al aplaudir, condecorar y jalear a un político absolutamente injusto con España y con lo que ella representó en Colombia hace 486 años. Y dejo voluntariamente en el olvido su visita a nuestra icónica Escuela de Salamanca donde al parecer nuestro visitante estudió algo alguna vez pero que claramente, no le valió de mucho.
En honor al pueblo colombiano hay que destacar una admirable virtud: ser permeable a todo lo bueno que España hizo por él y ser la región de Hispanoamérica en donde se habla, se escribe y se piensa en el mejor español del mundo. Incluidas algunas regiones de España. Y, solo eso, vale más que todo el oro del mundo. Me parece a mí.
Popayán es una ciudad ubicada en el suroccidente de Colombia, en el departamento de Cauca. La región donde se encuentra Popayán estuvo habitada por diversas culturas indígenas correspondiendo a los caucanos su condición de ser uno de los pueblos más importantes de Colombia antes de la llegada de los españoles.
Popayán, oficialmente "Nuestra Señora de la Asunción de Popayán" es un municipio colombiano, capital del departamento del Cauca. Su extensión territorial es de 512 km², su altitud media es de 1760 m sobre el nivel del mar, a una distancia aproximada de 600 km a Bogotá, capital de Colombia.
La historia de Popayán es un reflejo de la historia de Colombia, en general. A pesar de las adversidades la ciudad ha sabido conservar su identidad y su patrimonio cultural a lo largo de los siglos. Popayán es una de las ciudades más antiguas y mejor conservadas de América, lo que puede comprobarse en su arquitectura y tradiciones religiosas. Su centro histórico, localizado en el centro de la ciudad, lo componen más de 236 manzanas que no son otra cosa que un reflejo del poder económico y social que tuvo Popayán en el pasado.
Torre del reloj. (Foto Carlos Felipe Lopez Cerón)
La historia de Popayán como ciudad española comienza el 15 de agosto 1537, cuando Sebastián de Belalcázar, uno de nuestros conquistadores, la fundó solemnemente como "nueva villa" en la región habitada por los caucanos. El nombre con el que Sebastián de Belalcázar bautizó a la nueva ciudad fue el resultado de un exquisito respeto a su pasado caucano y lealtad a su futuro español al conservar el nombre indígena de Popayán y anteponerle el nombre de Nuestra Señora de la Asunción en honor a la Asunción de María, festividad que se celebraba este día.
En 1736, Popayán sufrió un fuerte terremoto que devastó la ciudad y causó la muerte de miles de personas. Posteriormente, en 1822, Popayán fue escenario de la Batalla de Bomboná, un enfrentamiento militar entre las fuerzas independentistas y las tropas realistas españolas. La victoria de las fuerzas independentistas en esta batalla contribuyó a la independencia de Colombia.
Iglesia de Santo Domingo (Foto Wikimedia. Inyucho)
Y en la mañana del Jueves Santo 31 de marzo de 1983, la ciudad sufrió otro terremoto de magnitud 5,5 en la escala de Richter. La ciudadanía y las autoridades locales y regionales aunaron esfuerzos para la reconstrucción de la ciudad y, con el apoyo de la cooperación internacional, especialmente del gobierno de España, se logró, en solo una década, devolver al casco antiguo de Popayán su antiguo esplendor, de acuerdo con su tradición y su historia.
Durante el siglo XX, Popayán continuó siendo un importante centro cultural y educativo en Colombia. Sin embargo, también experimentó momentos difíciles debido a la violencia política y el conflicto armado que afectó a todo el país. En particular, en la década de 1980, la ciudad fue escenario de enfrentamientos entre grupos guerrilleros y paramilitares, lo que causó una gran cantidad de víctimas y desplazamientos forzosos.
En la actualidad, Popayán es reconocida como una de las ciudades más importantes del suroccidente colombiano. Es famosa por su Semana Santa, que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Iglesia de San Francisco. (Foto Wikimedia. De Sonilortiz)
Durante la administración española, Popayán se convirtió en un centro cultural y educativo muy importante en toda la región con la fundación en 1827 de la Universidad del Cauca, una de las más antiguas de Colombia. También se destacó por su arquitectura, con numerosas iglesias, conventos y casonas construidas en estilo español.
Por su riqueza minera y por su ubicación estratégica, la Corona española estableció en Popayán una Casa de la Moneda en 1748, por iniciativa del empresario y filántropo payanés Pedro Agustín de Valencia, quien fue su fundador y tesorero.
Moneda de oro de 8 escudos con la efigie del rey Carlos III acuñada por la Casa de la Moneda de Popayán en 1778.
En 1540, Sebastián de Belalcázar, el fundador de la ciudad fue nombrado Primer Gobernador de Popayán. Desde ese momento se instauró el sistema político español que incluía Regidores del Cabildo, Alcaldes y Alguaciles y una participación permanente de la Iglesia a través de un clérigo o cura párroco. Belalcázar también se preocupó por dejar una huella duradera en los territorios conquistados, para lo cual trajo de España semillas de cebada, trigo, caña de azúcar, así como numerosos animales domésticos, especialmente ganado vacuno, caballar y porcino, herramientas y muchos elementos más.
Centro histórico (Foto Wikimedia. De Sonilortiz)
En 1550 se fue estableciendo progresivamente en Popayán la instauración de una sociedad civil basada en la explotación del oro, cuya posesión trajo consigo un enorme poder económico y político para las familias allí establecidas. La riqueza que puede apreciarse en Popayán habla de un floreciente pasado y confirma que más del 80 % del oro y la plata obtenidos por España en aquella época se quedaba en tierras americanas.
Desde 2003, se celebra en Popayán un Congreso Nacional Gastronómico. En 2005, la UNESCO designó a Popayán Ciudad Gastronómica de la Humanidad por su variedad y significado para el patrimonio intangible de los colombianos. Los platos típicos de la ciudad son un legado de la interacción cultural española y caucana, integrando componentes propios de la región con componentes traídos de España.
En el año 2009, las Procesiones de Semana Santa de Popayán fueron declaradas por la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La Semana Santa de Popayán se caracteriza por sus procesiones que, desde el siglo XVI, se realizan entre las noches del Viernes de Dolores y el Sábado Santo.
Aunque el oro fue el metal más codiciado por todos, su obtención se limitó a poco más del 10% de la producción de plata. Y en este punto hay que destacar que toda la plata que España obtuvo en América en trescientos años se obtiene hoy en solo tres años. Esto demuestra que los actuales problemas económicos de muchos países no son el resultado de la presencia de España en el pasado del continente americano, sino que estos problemas son de la directa responsabilidad de los gobernantes que estos países han tenido desde su acceso a la independencia.
El auge minero y comercial, así como la posterior llegada de familias españolas de linaje hicieron de Popayán una ciudad importante en el Virreinato de la Nueva Granada.
La riqueza de las familias payanesas se reflejó en la erección de suntuosos templos y casas de hacienda. El arte religioso tuvo en Popayán uno de sus centros más importantes.
Todo lo anterior explica en buena parte el esplendor que esta ciudad vivió durante la época de la dominación española.
Según las cifras presentadas por el censo nacional de la población del año 2005, la composición etnográfica de la Popayán era:
- Blancos y mestizos (94,2 %)
- Afrocolombianos (2,9 %)
- Indígenas (2,9 %)
Cifras y datos que son un fiel reflejo de lo que fue la historia de Popayán el resultado de la presencia española en esta parte del mundo.
Como Conclusión podemos afirmar que Popayán ha trascendido a su propia Historia como un ejemplo de lo que fue labor civilizadora de España en toda América, la cual, a su vez, aunque pueda tener algún claroscuro, como toda obra humana que fue, es una simple y clara demostración de lo que España llevó a cabo en el continente americano, algo que ningún país del mundo pudo siquiera imitar. Y esto bien debiera percibirlo y agradecerlo Gustavo Petro, un colombiano al parecer casi doctor.
Aurelio Fernández Diz
Asociación Española de Militares Escritores (AEME)