... ¿Qué es afianzar de forma permanente y moderna una democracia? El Rey Juan Carlos I.
¿Qué es devolver España a Europa? El Rey Juan Carlos I.
¿Qué es devolver España al concierto mundial de las democracias occidentales y de las naciones libres? El Rey Juan Carlos I.
¿Qué es la concordia y la paz definitiva entre los españoles? El Rey Juan Carlos I.
¿Qué es enterrar para siempre el odio fraternal, los trágicos errores y miopes egoísmos políticos ancestrales generadores de una tragedia entre españoles? El Rey Juan Carlos I.
¿Qué es el verdadero progreso social paulatino, sin marcha atrás, para todos, y un caso de éxito único, admirado en el mundo? El Rey Juan Carlos I.
¿Qué es el salto a la modernidad, el ejemplo internacional, la competitividad, el ejemplo en tantos sectores, el reconocimiento global y admirado de España? El Rey Juan Carlos I.
¿Qué es el avance hacia la democracia de todos los países hispanoamericanos gracias al ejemplo dado por España? El Rey Juan Carlos I.
¿Qué es el legado y el tesoro tan valorado y admirado en Europa y en el mundo del que España es hoy depositario y heredero, y todos los españoles usamos día a día como cosa natural y que hemos de proteger y cuidar como mejor parte de la herencia que hemos de saber transmitir a las nuevas generaciones? Ese legado y tesoro es fruto del reinado y del permanente compromiso por España del Rey Juan Carlos I.
¿Quien ha sido el director, el motor, la persona clave e indispensable, el inductor y promotor constante, el coordinador, y el permanente sostén de tantas personas así mismo importantes, de la izquierda, el centro y la derecha, en toda la llegada de la democracia y su consolidación para el presente y futuro en España? El Rey Juan Carlos I.
¿Existe, ha existido, o existirá en la historia universal alguien infalible? Ni los personajes históricos más importantes, ni siquiera los Santos más conocidos lo han sido, lo son, o lo serán.
¿Existe alguien que en algún momento no cometa debilidades de cualquier orden? No conozco a nadie.
¿Tiene cualquier persona derecho a la presunción de inocencia? Que yo sepa SÍ con mayúsculas.
¿Tiene cualquier persona derecho a que sea protegida su intimidad y su fama? Que yo sepa SÍ, también con mayúsculas.
¿Tiene facultades un gobierno democrático de insultar, vejar y difamar gratuitamente al Rey Juan Carlos I, así como a la Monarquia parlamentaria, delante del Rey, como Jefe del Estado, a quien prometió lealtad, para ejercer su cargo, como acabamos de escuchar a una ministra del gobierno? Evidentemente no, pues es una ignominia, una falta de respeto inadmisible, es inconstitucional, y una intromisión delictiva intolerable en la vida de otra persona, ya habiendo dejado la jefatura del Estado, sabiendo además que quien es agredido y desde el mismísimo gobierno, no puede defenderse.
¿Es admisible que quien preside el gobierno no solo no desautorice y cese a su ministra, sino que con su silencio sea cómplice, azuzando una culpa televisiva de quien ni ha sido imputado y menos juzgado? No hay precedentes en democracia de tal perversión inmoral y antidemocrática.
¿Es admisible que tras la Audiencia con S. M. el Rey Felipe VI, al ser preguntado por S.M. el Rey Juan Carlos I, desvíe la pregunta por dos veces y que quien es el adalid de la inmoralidad y de la transgresión de la Constitución conteste diciendo que está a favor de la transparencia y actualización de la Casa Real? ¿Es admisible que se permita “conceder” a la Casa Real esa “buena acción” …quien es el paladín y ejemplo máximo de deslealtad y de la mentira, hasta consigo mismo?
¿Es admisible un presidente de Gobierno acusar de “inquietante” y “perturbador”, delante del primer ministro Conte de Italia a principios de Julio del año pasado o en febrero de este año de “actividades incívicas” al anterior Jefe del Estado el Rey Juan Carlos I, cuando la justicia no ha dado ni un solo paso de acusación y siempre hay que proteger la presunción de inocencia de cualquier persona, sea quien sea?
Como mínimo es un sarcasmo y una provocación delictiva, calumniosa, irresponsable e indigna de quien ostenta el máximo poder, sin margen para su defensa el Rey Juan Carlos I, que ya no es Jefe del Estado.
Un presidente de Gobierno jamás actúa con tanta indecencia y deslealtad a las instituciones, a las personas, y a sí mismo. Jamás se pretende con tanta ignominia atacar en la persona del anterior Jefe del Estado a una institución democrática que ejerce la cúspide del estado y es la piedra angular de la constitución. Las responsabilidades de las personas las asumen las personas, quienes sean, y con todas las garantías. Las instituciones se protegen y respetan intachablemente.
Y por supuesto nadie en su sano juicio osa dar lecciones a nadie cuando es quien incumple constantemente en pleno ejercicio de sus altas funciones, deshonrando su cargo, y todos los días transgrediendo su alta magistratura, con su mal ejemplo.
Quien no protege al Rey en Perú ante los ataques de otro Jefe de Estado al Rey y a España y por tanto a los españoles. Quien no destituye en su gobierno a quien ataca inconstitucionalmente a la Corona, y por tanto ser el cómplice e inductor de dicho ataque. Quien no destituye y además asume los ataques de su propio gobierno a la independencia judicial, y ser por tanto él quien la ataca. Quien permite a su gobierno atacar y por tanto él mismo hacerlo al Tribunal Constitucional. Quien hace lo mismo atacando al Tribunal de Cuentas, permitiendo delinquir a la Generalidad. Quien no destituye y él mismo ataca, cómplice, a la libertad de los medios. Quien permite el vil ataque y desprecio a las víctimas del terrorismo, es decir ser cómplice de ello, y hacerlo él mismo. Quien pacta, mintiendo en su promesa de jamás hacerlo, con quienes quieren la destrucción de España, es decir los comunistas populistas bolivarianos, los independentistas de derecha e izquierda xenófoba, manipuladora, y sediciosa, indultada sin un solo resquicio de interpretación legal, los chantajistas del país Vasco que se sientan solo a cambio de dinero y reclamando ser nación, y los filoterroristas, que tanta tragedia han traído a España sin estar aún resueltos centenares de crímenes de sus amigos.
Quien actúa así todos los días, no puede permitirse una coma de nada, es más, logra ser el ejemplo máximo de lo que jamás un presidente de Gobierno ha de ser, puesto que es el primero que deslegitima voluntariamente su cargo diariamente, y así está siendo considerado en las democracias de nuestro entorno que no dan crédito, –también hace escasos días, al otro lado del Atlántico–, a lo que están viendo, y que está siendo así mismo ya considerado por todos, independientemente de ideologías. Hay un mínimo en la vida que está por encima de cualquier idea y es ser mínimamente digno de tus dichos y tus acciones.
Por encima de cualquier circunstancia, el legado de S.M. el Rey Juan Carlos I, es y será un tesoro de valor incalculable, que ya nos pertenece a todos los españoles, tanto de las presentes como de las futuras generaciones y ese tesoro hemos de cuidarlo honrando el hercúleo esfuerzo realizado, que nos ha regalado por primera vez en la historia una convivencia auspiciada en un profundo perdón como marco de una democracia que ha traído los mejores cuarenta años de nuestra historia y que ha de perdurar por encima de cualquier circunstancia y de cualquier perverso egoísmo y manipulación, en bien de todos los españoles por igual. La sociedad civil de base vamos a luchar todos los días por ello.
Muchísimas gracias Majestad, ¡siempre!; ayer, hoy, y en el futuro, por haber traído la democracia y todos los valores incalculables que eso significa, para el permanente bien, que hemos de cuidar todos, anteponiendo cualquier cosa, y solo pensando en España.
Amalio de Marichalar
Conde de Ripalda
6 de Agosto de 2021