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Teresa de Lisieux: los brazos de ascensor

Santa Teresa de Lisieux. (www.omp.es)
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Santa Teresa de Lisieux. (www.omp.es)

LA CRÍTICA, 18 SEPTIEMBRE 2019

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María Francisca Teresa Martín y Guérin, la futura santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, conocida, impropiamente, como santa Teresita de Lisieux, se abrazó a los pies del Papa León Xlll, pidiéndole el favor, el permiso para entrar en el Carmelo, a pesar de que sólo tenía quince años ...

..., pero donde ya estaban tres de sus hermanas. Cuando consiguieron separarla, el Papa le dirigió un cariñosa sonrisa y le contestó con una respuesta imprecisa, poco concreta. Pero el Obispo Hugonin, después de constatar que el padre de Teresa consentía, tras los muchos ruegos de su hija, en que ingresara en el Carmelo, dio su permiso y Teresa entró en el convento. Corría el mes de abril de 1888.

Teresa nació en Alencon el 2 de enero de 1873. Sus padres tuvieron nueve hijos, de los que sobrevivieron sólo cuatro y Teresa era la menor. Apenas había cumplido Teresa los cuatro años, cuando su madre falleció de cáncer y se trasladaron a Lisieux, donde transcurrió el resto de su infancia y la adolescencia.

El único cargo que desempeñó en el convento fue el de ayudante de la maestra de novicias y por mandato de su priora la madre Inés de Jesús -que era su hermana Paulina-, escribió unos cuadernos titulados Historia de un alma, que ha sido una de las autobiografías más leídas del siglo pasado y que ha ayudado a la conversión de muchos de sus lectores, cumpliendo así, lo que escribió: "Después de mi muerte, haré caer una lluvia de rosas."

La lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios, le hace superar su propósito de imitar los diferentes carismas de los santos, para comprender que lo único que importa es amar, el Amor. Ésa fue su vida. ser amor, amar, encarnar el amor. Ello le lleva a descubrir su caminito, el de Infancia espiritual, siguiendo lo que dijo Jesús: “Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de los Cielos” (de aquí su nombre de Teresa del Niño Jesús). Teresa escribe: "Mi caminito es el camino de una infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta”. Y al verse tan poca cosa, "quisiera yo también encontrar un ascensor para elevarme hasta Jesús, porque soy demasiado pequeña para subir la dura escalera de la perfección"; de manera que incapaz de escalar la perfección, la santidad, descubre y confía en que Jesús la tome en sus brazos y la suba como en un ascensor.

La futura santa Teresa, falleció, tras 18 meses de sufrimientos casi insoportables, pero llevándolos siempre con una constante sonrisa, el 30 de septiembre de 1897, si bien su Misa se trasladó al 1 de Octubre por coincidir con la también memoria obligatoria de San Jerónimo. Fue declarada santa en 1925 y proclamada Doctora de la Iglesia en 1997 por san Juan Pablo II.


Su hagiógrafo, Francisco Pérez González, resume su vida y espiritualidad, como sigue: “Ha sido un regalo de Dios a la sociedad actual tan perdida en la ampulosidad de la verborrea político-social, ufana por adelantos técnicos y con el racionalismo metido en los tuétanos. Su vida ignorada impactó de modo fulminante a los sencillos y a los que se metían entre los “listillos”, a pesar de que, con la mejor de las intenciones, la hayan transmitido con tintes de cursilería, comenzando por llamarla por el diminutivo
Teresita o La florecilla de Jesús. Lo suyo fue una vida silenciosa, ignorada, falta de salud, no demasiado bien vista por sus compañeras de hábito, en un ramplón convento de provincia, pero con una confianza ilimitada en Dios. Sólo 24 años bastaron para que Dios hiciera de ella una flor. La Iglesia reconoció lo sublime de su sencilla vida y la hizo Patrona universal de las misiones en 1927.” (Francisco Pérez González, Dos Mil Años de Santos, Ediciones Palabra, 2001, p. 1205).

En efecto, esta monja de la que a su muerte no se sabía qué se podía escribir, tan inadvertida había pasado en el convento, eso sí, siempre apacible, sonriente, amable, sin quejarse jamás, ha sido proclamada Patrona secundaria de Francia con santa Juana de Arco y, como se ha dicho, Patrona universal de las misiones y Doctora de la Iglesia.

Pilar Riestra
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