... El lunes, 11 de octubre, comenzaron las negociaciones entre la UE y GB sobre Gibraltar en Bruselas. Fecha histórica para nosotros, los españoles. Porque el gobierno social comunista que padecemos ha puesto en manos de los burócratas de la Unión el futuro de nuestra integridad territorial, el de una ciudad española convertida en colonia militar desde hace más de 300 años, cuyo futuro va a quedar definido por mucho tiempo en Bruselas. Si hay acuerdo, claro.
Según el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Safcovic, la UE pretende "alcanzar un amplio y equilibrado acuerdo que refleje la circunstancia especial del Peñón... sin prejuzgar los derechos de soberanía y jurisdicción". Es decir, en este aspecto mollar, la UE se lava las manos.
Así pues, veremos qué ventajas o desventajas son las que puedan corresponder a España en esa negociación. De momento, por parte de Gibraltar, acompañará a la delegación británica el llamado Fiscal General del Peñón, Michael Llamas y el representante del Peñón en Bruselas, Daniel D´Amato. También tienen representante en la UE. ¿Y en el infierno también? Insisto que, en mi opinión, nuestro país no debiera haber dejado en manos de la UE este asunto, cuyo principal interés para España no le interesa a la Unión. Y después del Brexit tuvimos una gran oportunidad de haberlo intentado bilateralmente con GB. Ojalá me equivoque y, a través de la UE se pueda presionar a GB y nuestros intereses mejoren respecto del tema de la soberanía. Muy pronto tendremos ocasión de comprobarlo.
Y es que las dudas surgen por doquier. ¿Colaboración española con la colonia militar de Gibraltar? A espuertas. Ya lo hemos reflejado en varias cartas anteriores. No falta el apoyo de nuestro país a la potencia colonizadora. Lo último a este respecto es que al estar los depósitos de combustible en los túneles del Peñón inutilizados, el Ministerio de Defensa británico ha concertado con un buque petrolero con bandera de GB, acudir cuantas veces sea necesario a la refinería de Cepsa en la costa española (que actualmente es propiedad del emirato de Abu Dabi y unos fondos de inversión de EEUU), para repostar y llevar en un viaje cortito a Gibraltar todo el combustible que la colonia precisa. ¿Lo entiende usted, amigo lector? Los gobiernos de España dando toda clase de facilidades a la única colonia militar que queda en Europa.
Por contra, ese mismo ministerio británico es el que ordena el hostigamiento y, si hace falta el abordaje a los buques o lanchas españolas en aguas españolas: de la Armada, Guardia Civil, Aduanas, etc. Porque según dicen, esas aguas son suyas. Y se acabó. Lógica reciprocidad en la mutua colaboración, ¿verdad? ¡Qué desastre en la defensa de nuestra integridad territorial, terrestre y marítima!
Pues bien, según informaron diferentes medios, las conversaciones iniciales ese día 11 de octubre, parece que empezaron en un ambiente tenso debido a la complicada situación en Irlanda del Norte y a las pegas que ponen los británicos a los pescadores franceses para la pesca en el Canal de la Mancha. Por tanto, de momento Gibraltar sigue en una especie de limbo jurídico desde el 1 de enero pasado, aunque la Verja sigue siendo un relativo filtro del espacio de la UE como frontera exterior de la misma. Así que los controles en la Verja desde el Peñón hacia Europa deben continuar. Guste o no a Londres.
En Gibraltar o de Gibraltar se puede esperar todo lo inesperado. Tres representantes de la llamada Juventud Musulmana de Gibraltar exhibieron en Bruselas, en una reunión del Foro de la Juventud Musulmana Europea -ya no sólo han sobrepasado Poitiers y las Navas de Tolosa, sino que están en el corazón de Europa- celebrada en el Parlamento Europeo, la bandera de Gibraltar, aquella que concedió la reina Isabel la Católica al Peñón.
Estos jóvenes dijeron allí que estaban orgullosos de haber podido acudir a Bruselas en nombre de sus compatriotas gibraltareños, ya que "nuestro pueblo (Gibraltar) y nuestra nación (Gibraltar) tiene su propia identidad y bajo ninguna circunstancia renunciará a ella". Y toda esta repugnante publicidad a favor de la colonia militar en pleno Parlamento Europeo. ¿Sabe Europa qué hace y hacia dónde va?
Pero si dudo que Europa sepa hacia dónde se encamina, ¿hacia dónde vamos en España? Resulta que un policía local de un pueblo de Valencia, Burjasot, llamado Óscar Vico Cuesta, ha permanecido tres días en Gibraltar para visitar y estudiar las oficinas, medios y procedimientos de la Real Policía de Gibraltar (RGP). Al parecer, la experiencia obtenida por él con esta visita ha sido estupenda para poder mejorar "mi fuerza de la policía local" en su pueblo, además de haber tenido una gran oportunidad "para aprender".
Gran experiencia para este empleado público y enormes beneficios que obtendrá la policía local de Burjasot. ¿Es en estas estupideces en las que algunos municipios españoles se gastan el dinero de los contribuyentes? Los españoles, en general, no tenemos remedio. Que un guardia se vaya a Gibraltar para perfeccionar su oficio... de parte de su alcalde (y del partido o coalición política que lo apoya)... ya me dirán. Nadie en España podía enseñarle más. ¡De imbéciles!
Ya comenté en alguna carta anterior los frecuentes apagones de luz que sufre Gibraltar. El día 15, durante casi dos horas se cortó la electricidad; la práctica totalidad del Peñón se quedó a oscuras. Picardo se enfadó muchísimo. Porque a pesar de la nueva central eléctrica, que "ha costado millones de libras del dinero de los contribuyentes", la luz se fue y los técnicos de la central eléctrica tenían que dar explicaciones.
Malo, malo, malo. Que "el faro del mundo", la ciudad con la tercera renta per cápita más alta del planeta se quedara de nuevo a oscuras, no tiene perdón. Por eso, quizás, reclaman y aplauden la famosa "prosperidad compartida". Para que España, que nunca ha proporcionado luz a la ciudad, lo haga también a partir de ahora.
Lo cierto es que británicos y gibraltareños están tan seguros de la inoperancia, ineptitud y poco peso que representa la España actual en el concierto internacional, así como que su presencia en Gibraltar será eterna, que el gobernador representante de la Reina en el Peñón ha firmado un contrato preliminar multimillonario con la TNG Global Fundation para el desarrollo de la costa este de Gibraltar.
El proyecto incluye la construcción de un superpuerto deportivo, apartamentos de lujo, servicios y aparcamientos. El valor total estimado de las inversiones a realizar es de unos 330 millones de libras. Y los colaboracionistas españoles es de suponer que estarán encantados con semejante obra faraónica en tan poco espacio de terreno y, sobre todo, batido por el oleaje y los fuertes vientos de Levante. Pero todo eso no es problema. Primero, porque así habrá más mano de obra barata española para limpieza de los apartamentos propiedad de "los señores", aumentando el número de "trabajadores transfronterizos" para compartir la riqueza... ¿de quiénes? Y, por otra parte, esta será una gran oportunidad para algunos empresarios españoles de la zona que podrán enriquecerse para ampliar el territorio gibraltareño con miles de camiones de áridos procedentes de "Corea del Norte", así como otros cuántos miles con materiales de construcción para que la obra "quede bonita".
¿Y qué dice de momento sobre este proyecto el gobierno de España? Ver, oír y callar. Como los monos de Gibraltar.
Un abrazo a todos.