... Para el Papa Francisco San José puede ser consuelo, apoyo y guía. El nombre de José aparece en el Antiguo Testamento: José el hijo de Jacob que vendido por envidia de sus hermanos llegó a ser el más poderoso de Egipto después del faraón. Significa que Dios aumenta con su Providencia todo lo relacionado con la fecundidad y crecimiento de los hijos.
Ese fue el nombre del padre legal de Jesús y esposo de su Madre Virginal. El fiel custodio de la familia de Nazaret. San José acepta los planes de la Divina Providencia en la Historia de la Salvación en la oscuridad de la Fe cierta.
Con la vida de San José están unidos los topónimos Belén (casa del pan) y Nazaret; dos lugares humildes que desempeñan un importante papel en la vida de Jesús, como Hijo del carpintero durante la mayor parte de su vida. La ciudad de Belén se menciona varias veces en el Antiguo Testamento como ciudad del rey David, del que desciende San José. De Belén de Judea proviene el Mesías, según la profecía de Malaquías, así lo recoge en su Evangelio San Mateo. Jesús, Hijo de Dios, no eligió Jerusalén como lugar para encarnarse, sino Belén y Nazaret, dos pueblos, según el Papa de las periferias; alejado del poder político y religioso, que residían en Jerusalén, la ciudad elegida por Dios, como morada, en el Templo grandioso de Salomón donde se encontraba el poder de los sabios escribas y fariseos y el poder político y religioso de los sacerdotes (Sumo Sacerdote) y ancianos.
Jesús nace en las periferias geográficas y existenciales. Como dice el Papa, Jesús busca a los pecadores, entra en sus casas, come con ellos y los llama a la conversión, busca a los pobres y a los enfermos. Acaricia a los niños y sana y perdona a las mujeres. San José también se mueve en las periferias existenciales y geográficas y tiene que exiliarse con su Jesús y María para huir del odio asesino de los poderosos. Es un carpintero en Nazaret que debe cumplir su misión en la oscuridad de la fe y el silencio, el Plan de Dios sobre su legal Hijo y su joven y virginal Esposa, María.
San José como Patrono de la Iglesia Universal es un referente para todos. Enseña, como dice el Papa, a fijar la mirada en lo que el mundo ignora deliberadamente y a atender a los más descartados y olvidados.
San José, según el Papa es un maestro de lo esencial, en descubrir lo que vale, porque siempre confió en la providencia Divina y tomó todas sus decisiones confiando en los mandatos divinos: nos enseña a no contar tanto con nuestros proyectos, sino en un diseño de amor.
San José prefirió lo que el mundo descartaba en relación con su hijo legal Jesús y con su esposa real la Madre Virginal. Ese es el mensaje que nos transmite San José: trabajar en silencio e insistencia para defender la vida y la dignidad humanas.
Fidel Garcia Martínez
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