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San Valentín: patrono del amor humano

Foto: El País (14.02.2019)
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Foto: El País (14.02.2019)

LA CRÍTICA, 24 FEBRERO 2019

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Resulta difícil saber de la vida de este popularísimo santo, porque existen otros tres santos con el mismo nombre. De hecho, la Iglesia suprimió su festividad en 1969, por considerar...

... que su existencia contenía muchos aspectos legendarios. No obstante, el papa Francisco, hace pocos años, celebró la festividad de este santo, por su estrecha relación con la cristianización de una festividad pagana, relacionada con la fundación de Roma, y devolverle su evidente vinculación con el enaltecimiento y altísimo valor del amor humano y del matrimonio. Además, un Valentín, sacerdote, fue martirizado el año 269 en la primitiva via Flaminia, en el extrarradio de la antigua Roma, que pasó a llamarse, durante mucho tiempo Porta de San Valentino (porque allí, en el siglo lV y en recuerdo de su martirio, el Papa Julio l, construyó en su honor una basílica) y actualmente, Porta di Popolo.

Más aún, san Valentín, cuyo lugar de nacimiento se ignora, es venerado como santo por los luteranos y la iglesia ortodoxa e incluso la anglicana. En efecto, un escritor francés protestante publicó en un libro de viajes a finales del siglo XVII o principios del XVlll, en el que afirma, “cómo la vigilia de San Valentín, en Inglaterra, siguiendo una antiquísima costumbre se celebra una fiesta en la que cada Valentín elige su Valentina precisamente al llegar la conmemoración de Santo. Y lo curioso es que no faltan sermonarios protestantes en los que se denunciaba ya esta efemérides como festividad de cuño “papista” y pagano al mismo tiempo.” (Alfonso Albalá, San Valentín, AÑO CRISTIANO, Biblioteca de Autores Cristianos, 1959, p.352).

Lo cierto es, que durante el siglo lll las persecuciones contra los cristianos adquirieron una especial, extensión y virulencia, por cuanto después del peligro de desunión del Imperio romano, debido a lo que pudiera llamarse una anarquía militar, se procedió a imponer, de manera estricta, el culto a emperador como manifestación de la unión con Roma y obediencia, sin fisuras, a su soberano. Es sabido que los cristianos no debían adorar al emperador, so pena de incurrir en clara apostasía. Naturalmente, las autoridades romanas no podían consentir semejante desobediencia, por lo que a los cristianos que no acataban esta disposición, se les consideraba enemigos de Roma y eran torturados con el fin de que apostataran y si no lo hacían, condenados a muerte.

El futuro san Valentín, no sólo ayudaba a los prisioneros que se negaban a quemar incienso y dar culto al emperador, sino que también casaba a los soldados cristianos que enamorados de las que querían que fueran sus esposas no podían hacerlo, porque el emperador, Claudio ll, había prohibido que los soldados se casaran, considerando que ello era incompatible con el ejercicio de las armas. Es interesante recordar la coincidencia de que inmediatamente después de la muerte de Claudio ll, el Senado lo deificó como Divus Caudius y Valentín murió mártir durante su mandato.

Sometido a juicio ante el prefecto Calpurnius, Valentín se confesó cristiano, que había ayudado a los cristianos encarcelados y casado a los soldados, igualmente cristianos, que amaban a las que deseaban fueran sus esposas. Asterius, lugarteniente de Calpurnius, que había asistido a la confesión, valiente y humilde, de Valentín, fue encargado de su custodia.

Alterius tenía una hija, cuya serena belleza llamaba la atención, pero que, en expresión de su padre, “sus ojos no podían ver”; y cuando movido por un inexplicable sentimiento se la llevó a Valentín para que la conociera, éste la encomendó a Dios y la niña miró hacia su padre, se le iluminó la mirada y recuperó la vista. Alterius y su familia se convirtieron y murieron como cristianos con el futuro San Valentín.

Ya en la Edad Media se celebraba, el 14 de Febrero, la fiesta de san Valentín como patrono del amor humano, al asociarlo, con razón, como defensor y enaltecedor de ese amor, por el que hombres y mujeres de todos los tiempos han dado sentido a su vida.

Pilar Riestra
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