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Ya se comprende que el gran proyecto europeo, iniciado hace unos setenta años, no acaba de cuajar completamente frente a circunstancias de amenaza continental, además de los diversos acontecimientos, como el Brexit inglés, que fueron modelando el proceso europeo iniciado en Bruselas en 1967. Desde entonces Europa, como institución continental aceptada internacionalmente, con leyes, Gobierno y moneda propia, ha sufrido acontecimientos fundamentales, el fin de la Guerra Fría, la unificación de las dos Alemanias y ahora la guerra de Ucrania.
Esta situación bélica supone un conflicto de gran trascendencia por los resultados imprevistos que sin duda van a afectar a la Unión Europea y al derecho de las naciones a vivir en paz y el desarrollo económico. Pero está en juego el Derecho Internacional en una situación geopolítica de gran envergadura que puede afectar a todo el continente europeo y se va a ver involucrado en una situación bélica con difícil solución para defender, no solo los territorios sino también los ideales colectivos, tal como está ocurriendo con pueblos europeos tan alejados del Norte continental, que están dispuestos a acudir a la defensa común, de la misma forma que los del Sur se han involucrado en la defensa europea por tierra, mar y aire. Todo ello sin saber cómo va a terminar la guerra de Ucrania.
Gonzalo Parente
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