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Jamás Hamás (Dos jornadas en WashU)

Protestas aisladas antisemitas durante la Fiesta de Graduación en WashU. (Foto: https://www.ksdk.com/article/news/).
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Protestas aisladas antisemitas durante la Fiesta de Graduación en WashU. (Foto: https://www.ksdk.com/article/news/).

LA CRÍTICA, 18 MAYO 2024

Por Manuel Pastor Martínez
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Acabo de regresar a Saint Cloud, Minnesota, después de asistir a las dos jornadas de la Graduación de mi hija Alice en el bonito “campus” de Washington University (WashU), en Saint Louis, Missouri.


Han sido dos días intensos de actos formales y “parties” de celebración, con el trasfondo –como es sabido– de las protestas anti-Israel de signo pro-Palestina/pro-Hamás y abierto antisemitismo/antisionismo en todo el país, con momentos muy tensos en New York City y Los Ángeles, donde fueron canceladas las ceremonias de Graduación respectivas de las universidades de Columbia y del Sur de California. Hubo también interrupciones en otras universidades como la de Michigan y la de Boston. (...)

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WashU ha tenido la inteligencia y habilidad de gestionar dichas protestas reduciéndolas al mínimo, y evitando los actos vandálicos y violentos que han tenido lugar en otros “campuses” (según informaciones más de 77 acampadas, con el balance provisional de más de 3.000 detenciones, la mayoría no estudiantes sino agitadores y terroristas pro-Hamás infiltrados).


De la protesta pro-Palestina en WashU fui testigo y observador durante la ceremonia del segundo día, desde una tribuna en la parte trasera del estadio donde se celebraba el acto. En la calle apenas había una veintena de personas con kufiyas y banderas palestinas, gritando un poco histéricas, sin aparente presencia de “palestinos” o árabes.


En un determinado momento vi aparecer en la escena a varios hombres con aspecto de rabinos judíos caminando y atravesando el grupo que protestaba, recibiendo algún insulto pero sin agresiones. Desde la tribuna les aplaudí por su valiente actitud y uno de ellos me correspondió con un gesto cariñoso, enviándome besos.


Unos días antes se había producido una protesta en WashU con cierta violencia contra la policía, resultando en la detención de un centenar de personas, entre ellas la líder actual del Partido Verde USA, Jill Stein (irónicamente, judía), fan castrista en el pasado y putinista en el presente, manifestándose anti-Israel y pro-Hamás, por tanto una típica “sandía”, verde por fuera y roja por dentro (Stein es candidata presidencial en 2024, y según encuesta reciente del CAPS de Harvard con apenas un 2 % de intención de voto, menos que los otros terceros candidatos: RFK Jr. con un 18%, y Cornel West con un 3%).


Aunque el antisemitismo es una enfermedad social, una especie de virus pandémico y –contra lo que muchos pensábamos– EEUU no está libre de contagio, es una señal positiva y esperanzadora que los judíos en este país, con el apoyo de una gran mayoría de gentiles, se hayan enfrentado con valentía a las primeras manifestaciones de la barbarie.


La Graduación en WashU fue correcta y emotiva para los graduados y sus familias. No me impresionaron ninguno de los que hablaron en las dos ceremonias, y me pareció notablemente ridículo el discurso de la invitada especial, una actriz americana muy secundaria e irrelevante (de cuyo nombre no quiero acordarme), solo justificada por ser activista de la secta LGTB. Aunque el año pasado no fue mejor con el siniestro invitado Anthony Fauci.


Mi hija me presentó al profesor Vincent Sherry, experto en literatura modernista y director del departamento de Lengua y Literatura inglesas, quien elogió el talento de Alice para la escritura creativa.


Anoto para el recuerdo las visitas rituales con mi familia al restaurante May Li y al Broadway Oyster Bar; asimismo el paseo por el parque del espectacular Gateway Arch, a orillas del Mississippi. Y la última noche, de despedida con los amigos de mi hija (Domim, Lauren, Nico, Lina, Etienne…) en el popular bar Bluberry Hill, donde también conocí al autor Stephen J. Dubner, cuya hija –amiga de la mía– celebraba asimismo su Graduación.


Dubner es coautor de los famosísimos bestsellers (Freakonomics, 2005, y SuperFreakonomics, 2009), y como judío y ex alumno de la universidad de Columbia se sentía realmente apenado por los recientes sucesos en su alma mater.


Lo he dicho y lo repito: no existe el Estado Palestino, idiotas (Sánchez, Albares, Borrell, etc.), ni es necesario crear uno. Los árabes de Palestina ya tienen –aparte de la siniestra entidad campamental de la ONU que pagamos todos (UNRWA)– varios Estados a elegir, con ciudadanos o súbditos árabes palestinos: Jordania, Israel, Cisjordania (Autoridad Nacional Palestina), y Gaza (Hamastán). Israel es la única democracia consolidada pro-occidental, y Gaza o Hamastán una dictadura totalitaria y terrorista anti-occidental, que debería desaparecer para que su sufrida población se integre pacíficamente en cualquiera de las otras entidades. Jamás Hamás.


Manuel Pastor Martínez


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Manuel Pastor Martínez

Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

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