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La deriva del partido Demócrata probablemente tiene sus orígenes en el “Estado Administrativo” de W. Wilson y en el “Estado Profundo” de F.D. Roosevelt (sobre el caso es fundamental la obra de J.P. Duffy, Lindbergh vs. Roosevelt, MFJ, 2010), continuando con el fraude de las elecciones de 1960 (Kennedy vs. Nixon). Y culminando en la partitocracia durante las administraciones Obama-Biden con la ayuda del “Partido en la sombra” y el fraude de las elecciones de 2020, tras el vandalismo y las muertes en centenares de motines durante el infame “verano del amor” de Antifa, BLM et alii (véanse las diversas investigaciones, desde la de David Horowitz & Richard Poe, The Shadow Party, T. Nelson, 2006, hasta las de Jonah Goldberg, Liberal Fascism.The Secret History of the American Left, from Mussolini to the Politics of Change, Doubleday, 2009 –incluyendo mi ensayo: Manuel Pastor, “El fascismo progresista”, LIL 44, Madrid, 2010–, y las de Mark Levin, American Marxism, Threshold Eds., 2021, y The Democrat Party Hates America, Threshold Eds., 2023).
Mark Levin ha calificado a los jóvenes universitarios, manifestándose pro-Palestina/pro-Hamas y anti-Israel con eslóganes antisemitas/antisionistas, “the Hitler youth”. Y la partitocracia Demócrata –con la consolidada experiencia en su historia siniestra de aliados como el KKK, Antifa, BLM, Socialistas de Bernie Sanders, The Squad, y el “Estado Profundo” – se encuentra hoy contaminado por un “socialismo americano” obamita y paradójicamente antisionista (pese a una minoría importante de judíos en su seno: Blinken, Garland, Schumer, Sanders, etc.) en un proceso degenerativo irreversible hacia una especie de partitocracia con juventudes neofascistas/neonazis, y en el fondo antiamericanas. Por supuesto, la propuesta de Biden en favor de un Estado Palestino responde a un simple interés electoral por el voto árabe-americano del Estado de Michigan y algunos distritos urbanos como el de Ilhan Omar en Minneapolis. La idea de conceder asilo político a millares de refugiados de Gaza (léase Hamás, es decir Irán) es sencillamente delirante y peligrosísima para la seguridad nacional (Egipto y Jordania siempre se han negado a hacerlo).
El caso de degeneración del partido Demócrata en EEUU por desgracia tiene su equivalencia anticipada –gracias a la Internacional Socialista de la época de Willy Brandt– en las derivas y posiciones partitocráticas de muchos de los partidos Socialistas y Socialdemócratas europeos.
Posdata
La pasada noche del 30 abril finalmente intervino la policía de la ciudad de Nueva York para terminar la ocupación en las universidades de Columbia y City College, arrestando a más de 300 individuos, presuntamente estudiantes y agentes provocadores infiltrados, que abusando de la libertad de expresión habían iniciado acciones vandálicas con eslóganes de odio y amenazas contra los judíos.
El president Biden mientras tanto se ha retirado al “sótano” de su residencia en Delaware, sin comentar la grave situación.
En todas las partes cuecen habas. Después del indigno numerito y el discurso “orwelliano” del presidente Sánchez, típicos de caudillo neofascista (de un fascismo progre), mientras escribía este artículo leo en las noticias de España que la concejala izquierdista Rita Maestre en el Ayuntamiento de Madrid es expulsada del pleno por llamar “nazis” a los concejales de VOX.
Todo me recuerda a la famosa predicción de Huey Long antes mencionada. Por la misma época (años 1933-34) el decente socialista Julián Besteiro comentó también que los más probables fascistas en España no eran los miembros de la CEDA sino los seguidores “antifascistas” de Francisco Largo Caballero en el PSOE, protagonistas del intento de golpe e insurrección contra el gobierno de las derechas en la República.
Manuel Pastor Martínez
Si (
No(
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