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El gran secreto del almirante Canaris

Martin Borman (1900-1945). (Foto: https://www.laphamsquarterly.org/).
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Martin Borman (1900-1945). (Foto: https://www.laphamsquarterly.org/).

LA CRÍTICA, 4 OCTUBRE 2024

Por Manuel Pastor Martínez
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El ideólogo marxista judío más importante después del propio Marx fue sin duda Trotsky, quien en su obra clásica La revolución traicionada (1936) tuvo la honestidad intelectual de atreverse a comparar al degenerado marxista y judeófobo Stalin con el fascismo y con Hitler. Estas fueron sus palabras en su cándida percepción: «A pesar de la profunda diferencia de sus bases sociales, el estalinismo y el fascismo son fenómenos simétricos; en muchos de sus rasgos tienen una semejanza asombrosa».


Tal simetría y afinidad hicieron fatalmente posible el pacto totalitario Hitler-Stalin (Ribbentrop-Molotov) en agosto de 1939, pacto que condicionaría y facilitaría el inicio de la Segunda Guerra Mundial con la invasión y reparto de Polonia. (...)

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El almirante Wilhelm Canaris, jefe de la Inteligencia Militar alemana (Abwehr) pero secretamente antinazi y anticomunista, desolado por el pacto Hitler-Stalin sufrió una severa depresión y no pudo evitar las lágrimas cuando se produjo la agresión a Polonia. En privado vaticinó que la guerra tendría como resultado «el fin de Alemania».


El enigmático Canaris, convencido de que el “Nacional-Catolicismo” era el mejor antídoto contra el “Nacional-Socialismo”, en consecuencia amigo de la católica España y del nacionalista Francisco Franco, guardaba muchos secretos, personales y peligrosos, contra el Fuehrer. Entre otros, por ejemplo, aconsejando al caudillo español que no se aliara con Hitler en la Segunda Guerra Mundial (para una aproximación a las relaciones de Canaris con España, véase mi artículo “KIKA”, La Crítica, 12 de marzo de 2024).


Sin embargo, Canaris guardaría un secreto aún más grande y peligroso, de consecuencias históricas extraordinarias. Entre las múltiples conspiraciones antinazis desencadenadas a partir de la Operación Barbarroja (invasión alemana de Rusia iniciada en el verano de 1941), nuestro almirante se vería directamente involucrado –con otros miembros de la Abwehr– en las investigaciones y actuaciones de la “Orquesta Roja” (de espionaje pro soviético coordinada por el judío polaco Leopold Trepper/Jean Gilbert), y de la “Orquesta Negra” (de conspiración pro occidental con la proactiva colaboración del misterioso almirante alemán).


Curiosamente el propio Canaris había sugerido para su uso en la Abwehr la terminología musical y el nombre Rote (Roja) Kapelle, mientras su rival jefe del SD (Servicio Secreto y de Seguridad de las SS), el siniestro Reinhard Heydrich, parece que propuso el nombre Schwarze (Negra) Kapelle, por las conexiones católicas y vaticanas de la organización creada durante el pontificado del papa Pío XII con su jefe de inteligencia, el cardenal Giovanni Battista Montini (futuro papa Pablo VI).


Las sospechas acerca de la existencia de un traidor pro soviético en la esfera político-militar más alta del régimen nazi ya las habían expresado algunos dirigentes del mismo, como el general jefe del Estado Mayor Franz Halder, el ministro Albert Speer, o los generales de las SS Schellenberg, Berger y Ohlendorf, pero será un ayudante de Canaris en la Abwehr, Paul Leverkuehn, quien revelará al final de la guerra que el almirante tenía pruebas convincentes sobre la identidad del traidor: el poderoso secretario de Hitler, Martin Bormann.


El reputado y riguroso experto en asuntos soviéticos y en el factor I-C-I (Inteligencia y Contra-Inteligencia), general Reinhard Gehlen, que entre 1956 y 1968 llegaría a ser jefe de la BND (servicio secreto de Alemania Occidental durante la era Adenauer-Erhard), en 1971 publicó en Die Welt un breve adelanto de sus memorias en donde revelaba que Bormann era el gran traidor a Hitler, que había transmitido secretos militares a Stalin hasta finales de 1944.


Tal revelación en la era de la Ostpolitik de Willy Brandt fue censurada por el gobierno socialdemócrata, que silenció al general, pero no pudo impedir que en la edición americana de la obra (The Service. The Memoirs of General Reinhard Gehlen, WPC, New York, 1972) el autor admitiera que Canaris había compartido con él la secretísima y delicada información: que Martin Bormann, el más íntimo y poderoso colaborador de Hitler desde 1943, era un espía al servicio de Stalin y de la Unión Soviética. Información que, según aseguraba Gehlen, le había sido confirmada con “pruebas contundentes” de dos informes independientes procedentes del otro lado del Telón de Acero en los años de la posguerra.


Tendrían que pasar casi treinta años desde las memorias de Gehlen para que el gran secreto del almirante Canaris con sus múltiples ramificaciones fuera objeto de una investigación historiográfica y documental rigurosa que lo validaba: la obra de Louis Kilzer, Hitler’s Traitor. Martin Bormann and the Defeat of the Reich (Presidio Press Inc., Novato, California, 2000).


Manuel Pastor Martínez




Manuel Pastor Martínez

Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

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