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"KIKA"

Wilhelm Canaris 'Kika', el almirante ejecutado por el nazismo. (Foto: https://www.abc.es/historia/wilhelm-canaris).
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Wilhelm Canaris "Kika", el almirante ejecutado por el nazismo. (Foto: https://www.abc.es/historia/wilhelm-canaris).

LA CRÍTICA, 12 MARZO 2024

Por Manuel Pastor Martínez
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En su reciente obra con información enciclopédica sobre el espionaje –lo que vengo llamando “factor I-C-I” (Inteligencia-Contra-Inteligencia) – durante la Guerra Fría, el historiador en la Universidad de Harvard, Calder Walton (Spies: The Epic Intelligence War between East and West, 2023), encabeza la introducción con una famosa cita de William Faulkner: “The past is never dead. It’s not even past” (“El pasado nunca está muerto. Incluso no es pasado”).


Al leerla inmediatamente recordé lo que Kim Philby declaró una vez en una entrevista: “Es totalmente absurdo decir que una información sobre espionaje pueda tornarse obsoleta” (Phillip Knightley: Philby, KGB Masterspy, 1988).


KIKA fue el sobrenombre que Wilhelm Canaris empleó en su primera estancia en España como joven oficial y agente de la inteligencia naval alemana durante la Primera Guerra Mundial, y por el que seguiría siendo secretamente conocido en la “comunidad I-C-I” española cuando llegó a ser almirante y director del servicio alemán de inteligencia militar (Abwehr) durante los trágicos años del Nazismo, de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial. (...)

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Existen varias biografías –algunas muy buenas en mi opinión, otras prescindibles– de Canaris (Abshagen, 1948; Covin, 1951; Brissaud, 1970; Hoehne, 1976; Papeleux, 1977; Bassett, 2005; Casado Rabanal, 2023), aunque no siempre valoradas o reconocidas por los historiadores, por ejemplo, mi admirado maestro Stanley G. Payne (en su obra Franco and Hitler. Spain, Germany, and World War II, 2008).


La razón quizás sea el escepticismo académico general dominante acerca de lo que Christopher Andrew llama “the missing dimension”, las actividades relativas al factor I-C-I, por la carencia lógica de documentos. Lo cual explicaría la cita mencionada al principio por Walton sobre el pasado nunca muerto, o la de Philby sobre la información nunca obsoleta.


Todos los biógrafos mencionados y un número inmenso de periodistas de investigación (señalaré por ejemplo solo dos, importantes en el asunto KIKA: el británico Anthony Cave Brown, y el español Ramón Garriga) coinciden en calificar “enigmático” al almirante Canaris, en cierto modo expresando la frustración por no poder documentar o certificar todo lo que nos cuentan sobre él.


Incluso es significativo que dos importantes agentes de inteligencia británicos del MI6, el superespía doble y traidor Kim Philby, y el historiador e intelectual Hugh Trevor-Roper, rivales entre sí y enfrentados a KIKA, intentaron despretigiarlo minusvalorizándole: Philby desinformando y boicoteando sus actuaciones (especialmente sus intentos de colaborar con los Aliados); Trevor-Roper, tratando de ridiculizarle llamándole “místico católico” (por su admiración hacia el Nacional-Catolicismo de Franco y los españoles).


Desde su primer viaje a España KIKA fue construyendo una sólida red de amistades, más o menos secretas, en el Establishment militar y empresarial español relacionadas con la comunidad I-C-I. En su documentada biografía Heinz Hoehne menciona una larga lista: el capitán Mateo García Reyes, el coronel Max Bauer (consejero del Rey Alfonso XIII), el almirante Antonio Magaz, el general Severiano Martínez Anido, el general Bazán (con quien firma el acuerdo secreto anti-Comintern el 17 de febrero de 1928), el comandante Manuel de Vierna, el teniente coronel Alfredo Kindelán, el general Gómez-Jordana, los entonces capitanes y futuros generales Juan Vigón y Carlos Martínez Campos, el coronel Juan Beigbeder, el general Orgaz, los banqueros Horacio Echevarrieta y Juan March… y sobre todo, el entonces joven coronel y pronto joven general Francisco Franco. Asimismo tuvo contactos, según este autor, con el general Sanjurjo en Lisboa y con el ministro Gil Robles en Madrid. Richard Bassett menciona también a dos agentes españoles en Inglaterra: Augusto Miranda y el legendario “Garbo”, Juan Pujol (siguen siendo un “enigma” los supuestos encuentros de KIKA con Winston Churchill antes de la Guerra, y con el director del MI6, Sir Stewart Menzies, durante la contienda).


Según A. Cave Brown su organización en España llegó a tener 717 agentes a tiempo completo y más de 600 colaboradores, empleados “part-time” (Bodyguard of Lies, 1975, p. 213).


KIKA fue decisivo para la ayuda alemana a Franco en la Guerra Civil española y en el asesoramiento confidencial de asuntos estratégicos al Caudillo durante la Guerra mundial (convirtiéndole en traidor para el Nazismo), en favor de una mayor neutralidad española, discretamente orientándola hacia los Aliados.


Quizás tengamos la oportunidad de analizar en otro momento con mayor detalle las operaciones de inteligencia de KIKA relativas a España. El enigmático almirante Canaris llegó a considerar a Franco “el hombre más grande de su generación” (Hoehner: Canaris, 1979, p. 236), y a reconocer su admiración por el modelo nacionalista autoritario franquista (síntesis de dictadura militar y “Nacional-Catolicismo”) como la alternativa más eficaz política y moralmente al “Nacional-Socialismo” hitleriano (Hoehne: Canaris, 1979, p. 598).


Enemigo absoluto de la ideología nazi y rabiosamente anticomunista, llegó a rechazar el Totalitarismo (tanto el bolchevique rojo como el “bolchevique pardo”) y conspirar contra Hitler desde el cerebro (los servicios I-C-I) del régimen, coordinando la secreta “Orquesta Negra” (Schwarze Kapelle) con el Vaticano de Pío XII y del cardenal Giovanni Battista Montini (responsable del servicio de inteligencia vaticano y futuro Pablo VI).


KIKA sería finalmente descubierto y denunciado por la Gestapo y el SD (servicio secreto de las SS). Acusado de alta traición y sometido a torturas, fue ejecutado en el campo/prisión de Flossenburg el 9 de abril de 1945.


Por orden de Franco diplomáticos españoles trajeron a España a su viuda y sus hijas, donde residirían discretamente con una pensión del gobierno español.


Manuel Pastor Martínez


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Manuel Pastor Martínez

Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

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