(En respuesta a la V carta de mi amigo y compañero Jose Enrique Domínguez Martínez -Campos)
Querido Enrique: Aunque tenía pensado darme un descanso para reflexionar o esperar a cualquier novedad sobre el tema que tanto nos duele como a tantos españoles, mudos testigos de cómo sus gobiernos juegan y mercadean, con inusitada irresponsabilidad, con sus irrenunciables intereses, me veo en la obligación de tomar posición ante tu última carta de la que soy destinatario al lado del director de este periódico, lo que para mí es un inmerecido honor. (...)