... La reparación de una parte del daño causado referido a su aspecto económico, no subsana por ser imposible, el tiempo legislativo secuestrado y el control parlamentario requerido en cualquier democracia de Occidente. La significación de esta primera sentencia va más allá, y a la espera de la segunda que previsiblemente sea análoga, implica una serie de consideraciones que me lleva ante todos los españoles a pronunciarme sin tapujo alguno.
Yo denuncio, que si bien el actual gobierno socialcomunista llegó al poder con el beneplácito de las urnas, el ejercicio de dicho poder ha entrado en una fase de deslegitimación por desviación de poder al atentar contra aspectos tan básicos como los derechos fundamentales de las personas como la libre circulación, y por otro lado, el “secuestro” de nuestras Cortes en tanto el Gobierno seguía promulgando decretos legislativos.
Yo denuncio, ante todos los españoles que puedan entender el marco jurídico de convivencia garantizado por el orden legislativo, que el actual Gobierno socialcomunista incumple continuamente las reglas de juego y pone en grave riesgo la pacífica convivencia ciudadana que tanto sudor, sangre y lágrimas ha costado a los españoles alcanzar.
Yo denuncio, las normas y leyes que actualmente y contando con la mayoría de la izquierda radical y partidos independentistas, vienen saliendo o entrando en la Cámara de Diputados en asuntos tan alejados de los problemas reales que nos afectan, y que solo pretenden configurar el discurso político y sectario de esa izquierda, sin tomar en cuenta el abordar los problemas económicos, de orden público, conflictos institucionales, emigración, movimientos okupas, etcétera…
Yo denuncio, las esperpénticas normas del Ministerio de Igualdad que si no fuera por lo que con ello se pretende, serían propias de una comedia de carácter surrealista, rayando en lo patético, ridículo e impropio de cualquier persona racional con un mínimo de formación. El lenguaje inclusivo ya rechazado por otros países de nuestra órbita, pone de manifiesto una vez más hasta qué punto, esta izquierda analfabeta procura ocultar su manifiesta ignorancia, produciendo discursos inocuos y legislando en vacío al punto que, hasta el feminismo más arraigado de la calle pide la dimisión de la titular de ese Ministerio.
Yo denuncio, el despilfarro del gasto público que nos ha llevado a un endeudamiento sobre nuestro PIB más que preocupante y que algún día, no muy lejano empezaremos a pagar, todo ello para convertir el tan manoseado Estado del Bienestar en el bienestar del estado.
Yo denuncio, las políticas sectarias del Ministerio del Interior cuyo resultado está siendo el profundo descontento de nuestras fuerzas de Seguridad del Estado, tanto las nacionales como autonómicas, injusta y sectariamente tratadas en lo económico, desbordadas por los acontecimientos, y desprotegidas de sus autoridades políticas frente a emigración, partidos anarquistas y separatistas, Kale Borroka, y delincuencia en general, como también y en definitiva en su régimen interior respecto a sus expectativas o derechos de ascenso, como lo demuestra el hecho de las sucesivas manifestaciones de estos cuerpos tan queridos para los españoles. Denuncio igualmente las políticas de emigración no controlada que cualquier ciudadano puede constatar, así como la falta de transparencia en las políticas que se están llevando a cabo y que solo puede ser debido a espurios intereses ideológicos o de partido. Denuncio el trato sucio y cobarde a las víctimas del terrorismo al tiempo que se consiente cuando no se exalta a sus verdugos. Un mercadeo insoportable de asumir salvo que se carezca de decencia y moral patria.
Yo denuncio, a la Presidencia de Gobierno por inducir, consentir o facilitar actos vetados en la Unión Europea como entrar en las fronteras del espacio Schengen a la vicepresidenta de la república chavista de Venezuela, cargada de maletas muy probablemente con exceso de equipaje que supone los fajos de billetes de dólares americanos. Denuncio igualmente las sucesivas mentiras vertidas y constatadas anunciadas por el Ministerio del Transportes sobre este sórdido asunto que dejó a Europa asombrada y en entredicho al Ministerio de Justicia, Exteriores, y como no, una vez más al Ministerio del Interior.
Yo denuncio, al Ministerio de Educación la baja protección que da a nuestro universal idioma, el español, frente al ataque sin tapujos de las comunidades separatistas, sin tomar las medidas necesarias y poniendo en grave riesgo la convivencia entre la ciudadanía de esas comunidades
Yo denuncio al Ministerio de Sanidad que tras casi dos años de pandemia de la Covid 19, tiempo tan solo oficialmente reconocido, no ha hecho otra cosa que politizar la tragedia, mentir en reiteradas ocasiones sobre la verdadera situación pandémica como el número de fallecidos, e incluso inventándose un supuesto “Comité de Expertos” que han aireado impúdicamente ante la opinión pública asombrada de que se pudiera llegar a tal punto, cuando ante las pertinentes preguntas sobre el particular se respondía con el silencio, bajo el burdo y patético pretexto de que la Ley de Protección de datos lo impedía. Denuncio el mercadeo llevado a cabo en un principio, del material sanitario que la nación española requería, para luego a medida que la pandemia adquiría trágicas dimensiones, desembarazarse de su responsabilidad de gobierno descargándola sobre las Comunidades, algunas de las cuales supieron con inteligencia y finura política lograr salir adelante tanto en el aspecto sanitario como económico.
Como ciudadano español, pediría al Poder Judicial que la justicia impartida fuera en tiempo y forma más eficaz y al Gobierno que la dotara de mayores recursos usando como fuentes de financiación los destinados a los múltiples chiringuitos y estudios ridículos e intranscendentes que sólo sus autores conocen, pues la opacidad reina muchas veces cuando se subvenciona empleos públicos o se gratifica un favor con el dinero de todos, que no del viento…
Igualmente pediría al primer partido de la oposición que tomara iniciativas como la llevada a cabo por VOX al iniciar en su día el recurso al Constitucional sobre el Estado de Alarma. Estas iniciativas sirven para dejar meridianamente claro en qué bandos, ideologías o estrategias se mueven los distintos partidos, aunque a los ciudadanos en su conjunto y con indiferencia de nuestras respectivas afinidades políticas, nos mueve el trabajar, poder vivir dignamente, educar como queramos a nuestros hijos y encontrarnos en un marco de convivencia pacífico. Aún algo tan sencillo, parece que no en todos los partidos se asume y es por algo que desconozco pero aventuro siniestro y fuera de nuestro alcance…
Iñigo Castellano Barón