Nuestra Señora de la Merced

... en manos de los musulmanes. El 1 de agosto de 1218 la Virgen le transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced, es decir, de la realización de una obra de misericordia sin esperar nada a cambio. Los mercedarios, además de los tradicionales votos de pobreza, castidad y obediencia, se comprometían a un cuarto voto que consistía en liberar a otros más débiles en la fe, aún cuando su vida peligrase por ello. De hecho, muchos de sus miembros canjearon sus vidas por las de los presos y esclavos.

La Orden de la Merced fue aprobada por la Santa Sede en 1265 y estaba compuesta por religiosos y caballeros que recibieron la institución canóniga del obispo de Barcelona y la investidura militar del rey Jaime I el Conquistador. Su yerno, el rey Alfonso X el Sabio, basado en la experiencia de los rescates, recogió en el Código de las Siete Partidas el modo en que debían producirse esos rescates. A mediados del siglo XIX tuvieron lugar las últimas redenciones de cautivos, una vez que desapareció de nuestras costas la amenaza de la piratería berberisca.

En la actualidad la Orden está extendida por 22 países y en sus Constituciones vigentes se señala el campo de misión allí donde hay una situación opresora y degradante con la persona humana que nace de principios opuestos al evangelio, pone en peligro la fe de los cristianos y ofrece la posibilidad de ayudar, visitar y redimir a las personas que se encuentran dentro de ella. En esto consiste el cuarto voto mercedario dentro del campo de la Misión.

No cabe duda de que los seguidores de San Pedro Nolasco tienen en el mundo actual una gran tarea que desempeñar, puesto que la gran cantidad de situaciones injustas que tienen lugar en nuestra época abarcan un campo de acción tal vez mayor que el que se dio en el pasado.

José Manuel Gutiérrez de la Cámara