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La OTAN se hace más americana

Foto de familia de los líderes de la OTAN.
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Foto de familia de los líderes de la OTAN.

LA CRÍTICA, 15 DICIEMBRE 2019

Por Jesús Argumosa Pila
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No hay duda de que las grandes diferencias de criterio entre los aliados que han caracterizado la Reunión de la OTAN, celebrada en Londres los días 3 y 4 de este mes, para conmemorar el 70 aniversario de la fundación de la Alianza Atlántica, indican la necesidad de buscar una redefinición para una estructura política y militar que debe adaptarse a los nuevos tiempos impuestos por el drástico cambio geopolítico aparecido en este primer cuarto del siglo XXI. (...)

... En la Alianza existe, en líneas generales, dos posiciones enfrentadas respecto a su identidad. Cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, declaró que la Alianza estaba en muerte cerebral tomaba como referencia, fundamentalmente, lo ocurrido en tres hechos recientes, a saber, la intervención militar de Turquía en Siria en su lucha contra los kurdos y la salida de tropas estadounidenses de dicho país, ambas decisiones tomadas de forma unilateral sin contar con ningún otro miembro de la OTAN junto con la adquisición, por parte de Turquía, del sistema ruso de defensa antiaérea S-400. Es decir, reclamaba una redefinición de la OTAN. A los pocos días, la canciller alemana, Ángela Merkel, indicaba que ella tenía otra visión de la cooperación y la situación en el seno de la Alianza.

Por otra parte, Macron ha cuestionado no solo las grandes líneas de la estrategia reciente de la OTAN - con Rusia como principal adversario - sino también la gestión de las últimas reuniones. El presidente francés aboga por entenderse con Moscú y con Pekín así como por concentrar los recursos en la lucha contra el terrorismo - síndrome de los últimos sucesos en el Sahel donde han muerto 13 militares franceses a finales del pasado mes de noviembre-. Los aliados del Este, especialmente, están en contra de esta postura francesa.

En el otro lado, siendo verdad que el presidente estadounidense, Donald Trump, siempre ha considerado a la OTAN más en términos económicos y de influencia estadounidense que estratégicos en cuanto a la defensa de Europa - de ahí su interés en que los aliados gasten en defensa el 2% de su PIB - también es cierto que, a pesar de haber dicho varias veces que la OTAN estaba obsoleta, en Londres, el presidente estadounidense consideró las palabras de Macron como un insulto a los aliados al mismo tiempo que prestó poca atención al porcentaje del PIB que gastaban en defensa los aliados. Esta nueva posición de Trump parece del agrado de gran parte de los aliados.

Hoy son ya nueve los países de la Alianza que alcanzan el 2% del PIB en gastos en defensa - Estados Unidos, Grecia, Estonia, Reino Unido, Rumanía, Polonia, Letonia y Lituania - mientras que tres no llegan al 1% de su PIB - Luxemburgo, España y Bélgica -, o lo que es lo mismo, son los tres países aliados que menos gastan en defensa.

De los tres grandes dilemas que existían en la Alianza antes de la Reunión: el reparto de cargas; el considerar como adversario a Rusia sola o también a China; o el de cómo hacer frente a la desaparición del Tratado INF que deja en unas condiciones de peligrosa vulnerabilidad a Europa, se han resuelto dos pero el tercero sigue sin haberse encontrado una solución.

En efecto, es preciso reconocer que, por un lado, los gastos de defensa de la OTAN, sin tener en cuenta a Estados Unidos, han crecido 130.000 millones de dólares desde 2104 - última actualización - y, de acuerdo con el anuncio del Secretario General de la Alianza, Jens Stoltenberg, expresando que los presupuestos de defensa aumentarán 360.000 millones de dólares hasta el año 2014, ha dejado más que satisfecho a EEUU. en relación con el reparto de cargas.

En cuanto a considerar o no China como actor mundial importante, por parte de la OTAN, se ha resuelto con lo expresado en la última frase del punto 7 de la Declaración de Londres cuando se dice reconocemos que la creciente influencia y la política internacional de China presentan oportunidades y desafíos que necesitamos tratar juntos como Alianza. En concreto, se materializa la visión global de la Alianza en línea con los intereses estratégicos de Estados Unidos.

Referente al tercer gran dilema, la posición de la OTAN es bastante ambigua. Aunque reconoce que la inexistencia del Tratado INF supone un riesgo significativo para la seguridad euroatlántica solamente indica que está reforzando sus capacidades convencionales y nucleares para hacer frente a Rusia. Si por un lado declara que mientras existan armas nucleares, la OTAN permanecerá como una alianza nuclear, por otro, no dice nada de un posible refuerzo o apoyo nuclear estadounidense para defenderse contra los nuevos misiles rusos del sistema SSC-8/9M729

Otro factor de gran peso geopolítico lo constituye la seguridad de las infraestructuras y las comunicaciones, incluida la 5G. Este campo constituye uno de los más complicados frentes en los que compite Occidente con China y Rusia. La OTAN se ha comprometido a garantizar su seguridad para confiar en sistemas seguros y resilientes tratando la dimensión y la escala de las nuevas tecnologías para mantener su ventaja tecnológica mientras preserva los principios y valores aliados.

Otros temas de la Reunión como el plan de defensa de Polonia y los países bálticos, la preparación ante los ciberataques, la carrera de armas en el espacio o el diálogo con Rusia - teniendo en cuenta su agresivo comportamiento - fueron asumidos por todos los aliados por lo que, después de afirmar que la OTAN protege a 1.000 millones de ciudadanos, conforma un claro síntoma de reafirmación del permanente vínculo transatlántico entre Europa y América del Norte.

La Declaración de Londres confirma, como ya he dicho en otras ocasiones, que el cambio de época que estamos viviendo se caracteriza por la geopolítica de la bipolaridad dual en la que aparecen dos grandes polos enfrentados, cada uno de ellos compuesto por dos centros de poder. El polo transatlántico integrado por Estados Unidos y la Unión Europea, que descansa en el vínculo transatlántico actualmente debilitado; y el polo euroasiático integrado por China y Rusia, apoyado en la asociación euroasiática, cuya influencia está creciendo cada vez con más fuerza.

Este modelo geopolítico tiene muchas similitudes, salvando las distancias, con la teoría geopolítica señalada por el británico Halford Mackinder en 1904. Hablaba de la región pivote - tierra corazón - de la política mundial que era una extensa zona de Eurasia - poder terrestre - que podía hacerse dueña del mundo frente al dominio talasocrático - poder marítimo -. El tiempo nos dirá cómo evoluciona.

La Reunión de Londres ha terminado bastante mejor de lo que se esperaba. El haber incluido la potencial amenaza de China, la consolidación del proceso de reparto de cargas y la influencia del 5G, responde claramente a intereses estratégicos estadounidenses. En suma, una Alianza más americana.

En definitiva, este cambio de época donde impera la bipolaridad dual impone a la OTAN un proceso de reflexión para fortalecer y redefinir la dimensión política de la Alianza, incluida la consulta y la doctrina estratégica, lo que significa, entre otras cosas, la necesidad de elaborar un nuevo Concepto Estratégico ya que el vigente del año 2010 ha quedado en gran parte obsoleto.

Madrid, 14 de diciembre de 2019
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