No sabemos lo que le espera a Jusapol de aquí al 19 de junio pero, visto lo visto en estos últimos días, un artículo en ABC y dos días del programa del señor del sofá en Cuatro han bastado para generar un ficticio conflicto en las comisarías y la idea de que los miembros de Jusapol son una partida de violentos cuyo fin es el enfrentamiento entre policías y la ruptura del colectivo en dos bloques.
La importancia de lo expuesto es mucha y las consecuencias, a su vez, muy graves. Jusapol ha sido, en más de treinta años, el único movimiento policial desde su base que ha denunciado y se ha enfrentado a la molicie de unos sindicatos que, lejos de defender los derechos de los agentes de Policía Nacional y de la Guardia Civil, concretados estos en la equiparación salarial con el resto de policías del Estado, han preferido acoplarse al Ministerio del Interior y consolidar una "clase sindical" que, durante décadas y de forma continua, ha ido perdiendo el respeto del colectivo policial.
Eso es Jusapol: la respuesta de los Policías Nacionales y Guardias Civiles a la molicie endémica de sus sindicatos oficiales y que resistirá sus ataques porque le asiste la razón y, en lugar de callar, la reclaman de forma tan práctica e inteligente que, habiendo nacido ayer de de la mano de media docena de policías palentinos, hoy es noticia de interés nacional.
Contestación de Jusapol a la campaña de desprestigio contra ellos puesta en marcha por los sindicatos policiales oficiales:
También llegan a nuestras manos, para hacer boca, algunas pruebas de la compra de votos con pago en especie, años atrás, por parte de los sindicatos policiales oficiales:
¡Menos mal que en su guerra abierta los sindicatos policiales oficiales niegan el haber comprado votos a cambio de suculentos regalos en especie!
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