Que se merece la multa, que la pagará su empresa y que aquí paz y después gloria.
Pues no señor. Si se refiere al papeleo de licencias municipales es posible que tenga razón. No es un procedimiento nuevo adelantarse en las obras ante la convicción de que los papeles vendrán después. Pero no es el caso.
El caso es que el concejal de Comercio y Fiestas del Ayuntamiento de León, dos meses escasos después de conseguir su acta de concejal por los pelos (el número 10 de la lista y 10 concejales consiguió el PP), practicamente el tiempo justito necesario para constituir una nueva sociedad, con el acta en la mano constituye la suya ante notario el 21 de julio, Chicken Systems Ibérica SL, con 100.000 euros de capital, y en una carrera que cualquier empresario puede comprender como maratoniana, comienza un proyecto de altura perfectamente definido, como es la construcción de un gran restaurante que daría empleo a medio centenar de trabajadores, y llega a nuestros días con las obras paradas por orden del Ayuntamiento. Y todo siendo ya concejal del Ayuntamiento de León.
Este sí es el caso. Porque si el día 12 de junio firmó su declaración de bienes y relaciones societarias como le era debido, ¿por qué no declaró en la misma su nueva sociedad, ya en trámite y constituida menos de un mes después? Eso es lo que tiene que explicar. Aunque nadie se lo pida, ni sus compañeros del consistorio ni los medios de comunicación. Al rellenar su declaración las manos le tenían que quemar con su gran proyecto y se le olvidó rellenar una línea del formulario.
Y lo tiene que explicar porque, si no lo hace, todos vamos a sacar la conclusión de que todo es una porquería y no solamente desconfiaremos de él sino que también lo haremos de todos sus compañeros. Y nos preguntaremos por quién haya por detrás, aunque no haya nadie, y por las coincidencias de los apellidos, aunque sea lo más normal del mundo, y por tantas otras cosas que la callada por respuesta no hace sino acrecentar.