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España y el Servicio Militar Voluntario

(Foto: https://theobjective/ Zuma Press).
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(Foto: https://theobjective/ Zuma Press).

LA CRÍTICA, 13 DICIEMBRE 2025

Por Jesús Argumosa Pila
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Los países de la UE han decidido rearmarse toda vez que gane quien gane la guerra entre Rusia y Ucrania, los informes de inteligencia del continente están afirmando que Rusia está preparada para invadir la Unión Europa en un tiempo no muy lejos de unos cinco años. A mayor abundamiento, la reciente publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense está poniendo en cuestión el vínculo transatlántico. Por todo ello, el actual incremento en armamento y material de la UE, mucha parte de ello altamente moderno y sofisticado, junto a las nuevas amenazas en el campo de tecnologías disruptivas, exige un incremento sustancial de personal. (...)

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En los últimos meses y con más intensidad en el momento actual, la mayor parte de los medios están celebrando continuas y frecuentes tertulias y escribiendo artículos acerca del servicio militar obligatorio o del servicio militar voluntario, éste último ya remunerado adecuadamente durante el tiempo que esté prestando el servicio militar o que esté activado de forma periódica, realizando actividades propias de efectivos militares.

Esta corriente de pensamiento, y algunas veces de ejecución, sobre la vuelta del servicio militar con diferentes perspectivas que recorre toda Europa ya sea en los países bálticos, en los países nórdicos, en aquellos del Este de Europa cercanos a la frontera rusa o ya sea en los países de Europa meridional y occidental, es preciso, en primer lugar, definir el marco conceptual en el que se plantea.

Dicho marco conceptual se sustenta en la necesidad de tener unas fuerzas militares activas preparadas y dotadas, junto a una reserva movilizable, suficientemente capaces de hacer frente a una guerra de tipo convencional donde se producen en los primeros momentos bajas inevitables de las fuerzas militares profesionales, que es preciso suplirlas con un contingente de reserva que ya tiene una adecuada preparación y puede complementar las operaciones ejecutadas por el ejército profesional.

En el momento actual hay 10 países de la Unión Europea que tienen servicio militar obligatorio: Austria, Chipre, Croacia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Grecia, Letonia, Lituania y Suecia. Existen otros 10 países con ejercito profesional voluntario: Alemania, Francia, Polonia, Rumanía, Bulgaria, Países Bajos, Bélgica, España, Portugal e Italia. Los otros 7 disponen de fuerzas armadas híbridas, en diferentes formatos, mezclando servicio militar obligatorio con servicio militar voluntario.

El pasado día 5 de diciembre, el Bundestag alemán aprobó el plan del servicio militar voluntario con el objetivo de aumentar el número de soldados temporales y profesionales de las Fuerzas Armadas de Alemania pasando de 179.850 actuales a 260.000 en 2035. También pretende ampliar el número de reservistas llegando a 200.000 en el mismo año. Para animar a que haya suficientes voluntarios, el salario inicial de los nuevos reclutas será de 2.600 euros brutos. En román paladino, Alemania pretende incrementar la dimensión de sus FAS,s y del número de reservistas. Quiere empezar en 2026 reclutando 20.000 jóvenes el primer año, con una prestación mínima de 10 meses.

Francia, que ya empezó en 2018 con el Servicio Nacional Universal (SNU), acaba de aprobar un servicio militar voluntario y remunerado con 800 € mensuales, con una duración mínima de 10 meses, dirigido a jóvenes entre 18 y 19 años. Busca reforzar a las Fuerzas Armadas francesas dado el incremento de las amenazas rusas y potenciar una reserva movilizable para actuar en caso de guerra. El primer mes es de formación y luego se incorporan a una unidad militar. La dimensión actual de las Fuerzas Armadas francesas es de 202.200 efectivos y pretende pasar a 210.000 en el año 2030. Asimismo, también en dicha fecha espera disponer de 80.000 reservistas algo más del doble de los 38.500 actuales.

Bélgica establecerá un servicio militar voluntario de una duración de un año y con un salario de 2.000 euros mensuales. Comenzará en septiembre de 2026 con la formación militar de 500 hombres y mujeres durante este primer año para incrementarlo a lo largo de los próximos años. El Ministerio de Defensa belga ha decidido crear en 2026, 4.800 nuevas plazas, 2.800 para militares en activo, 960 para personal civil y 1.050 para reservistas.

Llegados hasta aquí, veamos ahora las condiciones en que se encuentra España. De acuerdo con el Observatorio de Vida Militar, el 1 de enero de 2025 se disponía de 116.739 militares en activo. Y la Secretaría General Técnica del Ministerio de Defensa, indicaba que al final de 2024, había 2969 reservistas voluntarios y 9.520 reservistas voluntarios de especial disponibilidad, lo que supone un total de 12.520 reservistas voluntarios. También el Observatorio de Vida Militar ha señalado que, desde el año 2010, las Fuerzas Armadas acumulan una pérdida de 13.300 militares profesionales.

El actual gobierno se ha comprometido con la OTAN en un incremento de la dimensión de personal de sus Fuerzas Armadas en 14.000 efectivos antes del año 2035. Este compromiso fue dado a conocer por el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Congreso de los Diputados, el 9 de julio de este año. El artículo 16 de la Ley 39/2007, de la carrera militar, fija el número máximo de militares profesionales entre 130.000 y 140.000 efectivos.

Así pues, a semejanza de lo que está sucediendo en gran parte de los países europeos, y para cumplir con nuestros compromisos internacionales es preciso, por un lado, incrementar en 14.000 efectivos nuestras Fuerzas Armadas y, por otro lado, disponer de un mayor número de reservistas para hacer frente con eficiencia a un posible conflicto bélico convencional.

La pregunta inmediata es si España puede asumir ambos incrementos estratégica y operativamente necesarios. Se puede partir de la hipótesis de trabajo –ya que este tema corresponde a expertos militares de planeamiento–, en una primera fase, de una dimensión de 130.000 efectivos, en el umbral inferior de la horquilla expresada en la Ley de la carrera militar, de nuestras Fuerzas Armadas para 2035. El número de fuerzas de reserva estaría cercano a unos 40.000 hombres y mujeres que pueden satisfacer las bajas inevitables producidas en los primeros meses del conflicto.

Para ello, solo sería necesario aumentar el número de plazas para el modelo profesional voluntario y para los reservistas voluntarios. Teniendo en cuenta el período de 10 años hasta 2035 y que habitualmente causan baja en las Fuerzas Armadas unas 5.000 personas, sería necesario convocar 6.400 plazas anuales para los profesionales voluntarios. En relación con la reserva, se estima que podían ser convocadas unas 1500 plazas anuales para reservistas voluntarios tomando como apoyatura que el resto sería cubierto por los reservistas de especial disponibilidad.

Para todo ello, es preceptivo considerar una serie de factores que acompañan a un posible Plan Nacional de incremento de la dimensión de las Fuerzas Armadas y de los reservistas, desde los propios salarios del personal hasta su infraestructura de alojamiento, pasando por el encuadramiento orgánico, tiempo de instrucción y adiestramiento, disposiciones legales y jurídicas imprescindibles o los condicionantes de nuestro compromiso con la OTAN.

Entre los objetivos de capacidades militares de la OTAN se encuentran la mejora de su defensa aérea, sistemas antimisiles, el desarrollo de sistemas antidrones, servicios satelitales, el fortalecimiento de capacidades de guerra electrónica y el refuerzo de componentes clave del Ejército de Tierra como artillería, ingenieros, transmisiones y apoyo logístico.

En definitiva, en mi opinión, España tiene capacidad suficiente y está en condiciones de llevar a cabo el incremento de personal apuntado –queda claro que solo se ha expuesto como hipótesis– empleando su modelo de profesional voluntario y su sistema de reservistas voluntarios, con las actualizaciones correspondientes. De esta forma, se integra plenamente en la actual tendencia europea y atlántica de prepararse para un posible conflicto convencional.

GD (R) Jesús Argumosa Pila


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Jesús Argumosa Pila

General de División (R) Vice Presidente del Instituto Europeo de Estudios Internacionales (IEEI)

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