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En su discurso Trump la noche del 15 de noviembre recordaba que si bien una veintena de candidatos avalados por él habían perdido la elección para el Congreso, más de un centenar con su aval la habían ganado. Entre ellos, el hispano Mike García, que ganó en el distrito 27 de California dando al GOP la mayoría con el escaño número 218 en la House (por cierto, han tenido que pasar casi otras veinticuatro horas para que los medios españoles informen de esta importantísima victoria republicana).
Otros candidatos trumpistas que en los próximos días pueden aumentar la mayoría republicana: mis admiradas Sarah Palin en Alaska y Lauren Boebert en Colorado, Kevin Kiley, John Duarte y David Valadao en California.
Dejémoslo claro, los grandes perdedores de las elecciones Midterm, que no resultaron –ya se verá por qué– como anunciaban las encuestas y esperaban los Republicanos, han sido los Demócratas: el presidente Joe Biden y la Speaker Nancy Pelosi. El primero ha quedado bloqueado y la segunda expulsada del cargo.
El nuevo Speaker Kevin McCarthy (que tiene que confirmar su posición en enero próximo con al menos 218 votos de la House) fue seleccionado por el semanario TIME (Mayo de 2022) como uno de los 23 líderes políticos más influyentes del mundo, junto a Xi Jinping, Vladimir Putin, Joe Biden, Volodimir Zelensky los alemanes representativos del Establishment europeo, Ursula von der Leyen y Olaf Scholz, y otros menos conocidos. Por supesto no podían faltar en la lista dos iconos anti-Trump favoritos de los progres: Ron DeSantis y Letitia James.
McCarthy es el último superviviente de los “Young Guns”, un trío aparecido en 2010 de jóvenes promesas del Partido Republicano (los otros dos se han frustrado con poca dignidad: Eric Cantor y Paul Ryan, incorporándose al club de los afectados por el síndrome de histeria anti-Trump).
McCarthy fue tentado y estuvo a punto de caer en el error, por las malas influencias de su vieja amiga la siniestra Liz Cheney, pero supo resistirse inteligentemente.
A propósito de histeria anti-Trump, es notable cómo ha contagiado a políticos y periodistas españoles: aparte de todos los izquierdistas, la gran mayoría de los políticos de Ciudadanos y del PP, periodistas tan diversos como Pedro Rodríguez (ABC), Pablo Pardo (El Mundo), José Javier Esparza (El Toro Televisión), etc. Como papagayos todos repiten la consigna de los medios progres anti-Trump en EE. UU.: que el mojigato y triste gobernador Ron “DeSanctimonious” DeSantis es un serio rival para Trump en 2024.
Ya se verá. De momento lo que sí vamos a ver es una interesante batalla política y cultural de McCarthy, inspirado por Trump, contra el nuevo “McCarthyism” establecido por el Partido Demócrata.
La nueva House tendrá poder para investigar la corrupción de la familia Biden, la innoble retirada de Afganistán, la permisividad para el torrente de ilegales en la frontera sur, etc. Y sobre todo tendrá poder para liquidar la inquisitorial y macartista Comisión del 6 de enero sobre la protesta en el Capitolio.
Es una vergüenza que todos los medios españoles se hayan negado a informar sobre hechos suficientemente comprobados: las palabras de Trump en tal infausta fecha en el sentido que la protesta debería ser “patriótica y pacífica”; la existencia de agentes provocadores –de la CIA y del FBI- entre los asaltantes; y la negativa por la Speaker Pelosi de aceptar la ayuda ofrecida por Trump para proteger el Capitolio con la Guardia Nacional de varios Estados.
Sobre el “McCarthyism” (término-monigote creado por el estalinista Owen Lattimore en 1950) y su complejo contexto histórico, tengo que remitir al lector a dos artículos míos en La Crítica: “Antifa” (3-X-2017) y “El Nuevo Macartismo” (12-XII-2020). Aquí solo subrayaré que el viejo “Macartismo” era derechista y anticomunista, mientras el nuevo es izquierdista y filocomunista, con nuevas adiciones procedentes de la Corrección Política, la Teoría Racial Crítica y la ideología Woke.
Manuel Pastor Martínez
Si (
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