Tras un tiempo de paz, la guerra acecha a todo Wylispood y amenaza por extenderse por todo Sol del Mediodía. Reyes y Sátrapas luchan contra el poder de la magia negra que amenaza con restablecer su poder y deponer a los Reyes y a sus correspondientes Sátrapas. Mientras esto ocurre, un nuevo poder se instaura en la galaxia: La República.
Rafael Massieu Petit
A ti a quien los muertos escuchan. A ti a quien cual Señora de la noche te sirven tus vasallos; para ti el poder y la gloria, la venganza y el castigo, para ti el destino. La sangre y el fuego consumen y como medio de pago, la vida, a quien solo tú puedes ponerle precio. La servidumbre del alma como forma de vida y el miedo como medio de respeto. Ya rindieron sus pendones toda clase de ser viviente, pero tu disputa con la conformidad aviva toda ansia de codiciar más, aún más. ¿Qué será lo que a ti te frena? ¿Acaso no hay precio que se pueda pagar para ver saciada tu avidez de posesión? Te llama la sangre. Como la carne del cordero al lobo a ti te sacia la sangre. Ya derramaron sangre en tu nombre miles de naciones por enterrar aquel legado glorioso que la siempre brillante estrella nos quiso legar y tú decidiste cambiarlo por tus ideales burdos y bárbaros. Derruiste a la grandiosa Korlmengar en miles de pedazos y depusiste a su Príncipe Electo por tus tropas pretorianas, aquellas que las malas lenguas les atribuían bañarse con la sangre de sus víctimas; enterraste a Terral- Hammut bajo lava incandescente y ceniza polvorienta; llenaste barcos con ratas de la peste y corrompiste a la Monarquía Invicta, ¿qué nos deparará el futuro venidero bajo tus designios? (Fragmento del Prólogo de Los Ritos de Urdrerhar.
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