... Ante esta terrible situación, la mayoría de los países se apresuraban a organizar la evacuación de sus expatriados y de aquellos ciudadanos afganos considerados vulnerables por haber colaborado con la Fuerza internacional de asistencia para la seguridad (ISAF), durante los casi 20 años que duró su despliegue[1].
Unos meses antes, británicos, norteamericanos e italianos habían organizado ya la evacuación de sus ciudadanos mediante diferentes operaciones —“Pitting”, “Allies Refuge” y “Aquila”— a pequeña escala. España, en mayo, había repatriado a los veinticuatro militares y dos intérpretes que aún permanecían en Afganistán integrados en la operación OTAN “Resolute Support”, sucesora de la operación ISAF desde 2014.
El rápido colapso afgano aceleró la necesidad de lanzar una gran operación “NEO” (operación de evacuación de no-combatientes), que convirtió al Aeropuerto Internacional “Hamid Karzai” de Kabul en la única ruta no controlada totalmente por los talibanes para abandonar el país.
La primera quincena de agosto, el gobierno español, tras analizar diferentes opciones de respuesta ante esta crisis, ya había tomado una decisión. El Mando de Operaciones del Estado Mayor de la Defensa trabajaba a todo gas para diseñar un Plan de Operaciones (OPLAN) que consiguiera en el menor tiempo posible y con las mayores garantías de seguridad evacuar al mayor número de personas posibles desde el aeropuerto de Kabul.
No había mucho tiempo que perder. El gobierno norteamericano anunciaba que el último soldado de la 82.ª División Aerotransportada —una división de infantería paracaidista del Ejército de Estados Unidos que protegía el aeropuerto de Kabul— regresaría a su base en Fort Bragg, Carolina del Norte, el 31 de agosto. Así, a primera hora del 16 de agosto los Ministerios de Defensa y de Asuntos Exteriores emitieron un comunicado conjunto: “Dos aviones A400M de las Fuerzas Armadas saldrán en las próximas horas desde España con destino Dubái para cubrir la primera fase de repatriación del personal de la Embajada de Kabul, de los españoles que quedan en Afganistán y de todos aquellos afganos que han colaborado con nuestro país”. El 18 de agosto, cerca del mediodía, despegaba desde Dubái el primer avión español hacia Kabul. Y otro salía aquella misma mañana desde Madrid con destino a Dubái. El puente aéreo Dubái-Kabul quedaba establecido.
El Mando de Operaciones había diseñado con mucho acierto una operación conjunta de evacuación de ciudadanos cuyo mayor peso recaía en el Ejército del Aire. En ella participaba personal de diversas unidades, en su mayoría del Ala 31, del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) y personal sanitario de la Unidad Médica de Aeroevacuación y la Unidad Médica de Apoyo al Despliegue Aéreo (UMAER y UMAAD). Además, completaban el despliegue efectivos del Batallón de Cooperación Cívico-Militar (CIMIC) del Regimiento de Operaciones de Información número 1 del Ejército de Tierra y un equipo de operaciones especiales que se sumó más tarde al dispositivo de evacuación.
Para la conducción de las operaciones, bajo la dependencia del Mando de Operaciones, se activó un Mando Componente Aéreo integrado por 36 personas del Mando Aéreo de Combate (MACOM). Así mismo, en la base aérea de Torrejón, en solo 24 horas, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el personal de la base instalaron un campamento para 800 personas que iba a constituir el primer punto de acogida de los evacuados.
Unidad de apoyo al despliegue aéreo con experiencia acreditada
No tuvo dudas el Mando de Operaciones cuando apostó, una vez más, por el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) para formar parte de esta difícil e impredecible operación en Afganistán. El personal del EADA no solo era un gran conocedor del Teatro de Operaciones afgano y, especialmente, del aeropuerto de Kabul, sino que también tenía experiencia real en la realización de operaciones “NEO”.
Por un lado, el EADA fue la primera unidad española en operar de forma permanente en Afganistán, siendo además la única de la OTAN que permaneció desplegada ininterrumpidamente durante más de trece años —Kabul, Bagram, Mazar i Sharif, Herat y Qala e Naw— desde el inicio de las operaciones en enero de 2002 hasta marzo de 2015. Además, desde 2002 hasta 2005, lideró la terminal de pasajeros y carga del aeropuerto de Kabul y, cuando el Ejército del Aire español asumió el mando del aeropuerto, entre el 1 de octubre de 2009 y el 1 de abril de 2010, formó parte del contingente español desplegado, realizando misiones de escolta y protección de autoridades, inteligencia, reconocimiento y desactivación de explosivos, y coordinación de la terminal aérea del aeropuerto.
Por otro lado, el EADA había llevado a cabo misiones de evacuación de ciudadanos españoles en diferentes zonas del mundo, como es el caso de Zaire (1996), Líbano (2005), Libia (2011), o más recientemente, en la isla de Saint Martin (2018), afectada por el huracán Irma.
El Mando de Operaciones sabía que la participación del Ala 31 junto al EADA —el binomio perfecto— garantizaba el éxito de una operación que debía iniciarse con rapidez y ejecutarse con seguridad y decisión en un ambiente de gran incertidumbre.
Unidad paracaidista a la vanguardia del Ejército del Aire
No podemos narrar el origen del EADA sin remontarnos a 1965 cuando, en una decisión poco comprendida en ese tiempo, se ordenaba la disolución del 1.er Escuadrón de Cazadores Paracaidistas del Aire y, poco más tarde, se creaba la Escuadrilla de Zapadores Paracaidistas del Aire, hoy Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC), unidad de elite del Ejército del Aire, con sede en la Base de Alcantarilla (Murcia).
Esta Escuadrilla de Zapadores se componía de una Plana Mayor, y varias secciones: Sección de Administración y Personal, Sección de Señaladores-Guía, Sección de Golpes de Mano y Destrucciones, Sección de Apoyo, y Sección de Apoyo al Transporte Aéreo de Combate (SAATAC). Esta sección fue creada a solicitud del antiguo Mando Aéreo de Transporte (MATRA). La función principal de la SAATAC era la de preparación, estiva y lanzamiento de cargas para la aviación de transporte.
El personal piloto de las unidades de transporte del Ejército del Aire debía realizar de forma regular instrucción para el lanzamiento de personal paracaidista y cargas desde aeronaves. Las unidades de transporte se desplazaban continuamente a la Academia General del Aire o a la Base Aérea de Alcantarilla para llevar a cabo dichos ejercicios con el consiguiente apoyo del personal del EZAPAC.
Criterios de eficacia y economía de medios decidieron desplegar permanentemente un destacamento de la SAATAC a la Base Aérea de Zaragoza en junio de 1983. Este destacamento más tarde formó el núcleo de constitución de lo que fue la Escuadrilla de Apoyo al Transporte Aéreo Militar (EATAM), cuya creación data del 6 de octubre de 1983.
Posteriormente, la evolución de los riesgos y amenazas y la plena integración de España en la “defensa colectiva”, obligaron a un Ejército del Aire con una fuerte vocación expedicionaria a adquirir nuevas capacidades que dieron origen, el 12 de enero de 1994, a la Escuadrilla de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), actualmente el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo desde junio de 2000.
La unidad más versátil del Ejército del Aire
El Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo es una de las unidades más operativas del Ejército del Aire, y posiblemente la más versátil. Su misión es apoyar en la defensa, despliegue y mantenimiento de las condiciones de operación de las unidades aéreas, allá dónde éstas sean proyectadas.
Sus capacidades principales son la protección de la fuerza y el apoyo al despliegue de las unidades aéreas. En ambas áreas es la unidad de referencia en el Ejército del Aire.
Desde su primer despliegue en la Base Aérea de Aviano (Italia) (1994-2002), formando parte del “Destacamento Ícaro”, en apoyo a los aviones españoles desplegados para las operaciones de los Balcanes/Yugoslavia, el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo ha participado en la mayoría de las operaciones que han requerido el despliegue fuera de nuestras fronteras de medios y personal del Ejército del Aire, tanto en un ámbito conjunto y/o multinacional como en el específico, incluyendo misiones puntuales de ayuda humanitaria, evacuaciones de residentes o misiones de escolta y protección en áreas de riesgo y/o ambientes no permisivos.
Como ejemplo de ello, destaca su participación en Kuwait (2003-2004) operación “Iraquí Freedom”; en Afganistán (2002-2015 y 2021) operaciones: “Libertad Duradera”, ISAF, Aeropuerto KAIA y “Resolute support”; en los Países Bálticos (2006 y 2014-2021) Policía Aérea del Báltico; en Chad (2008-2009) operación EUFOR Chad; en Congo (2006) en misiones de escolta de aeronaves de Naciones Unidas en MONUSCO; en Indonesia, (2005) dentro de la operación Abrazo Solidario de apoyo a los damnificados por el tsunami que afectó al sudeste asiático; en Gabón (2014-2020) en el destacamento Mamba en apoyo a operaciones EUTM RCA, MINUSCA y Francia, y en Senegal (2013 - …) en el Destacamento Marfil en las operaciones de apoyo a EUTM Mali y Francia. Además, participa anualmente dentro del marco de la Diplomacia de Defensa en actividades de Seguridad Cooperativa en Mauritania y ha formado parte de las “NATO Response Force” en 2019 y 2020.
Este mes de enero de 2022 se cumplen 28 años desde la creación del EADA y en este corto espacio de tiempo se ha convertido en una unidad de éxito en nuestras Fuerzas Armadas. Su personal, perfectamente adiestrado, cumple con exigentes planes de instrucción en una unidad en constante evolución para adaptarse a las nuevas necesidades que implican las nuevas amenazas. Uno de sus valores añadidos es el carácter singular de unidad paracaidista heredera de las virtudes de aquel 1.er Escuadrón de Cazadores Paracaidistas del Aire. Esto lo demuestra su personal día a día dando en todas sus actuaciones constantes muestras de disciplina, valor, abnegación y espíritu de sacrificio permanente, con un claro sentido de la competencia profesional. Por todo ello, a lo largo de los años, su personal ha sido distinguido con diversas condecoraciones con carácter extraordinario, incluyendo Cruces del Mérito Aeronáutico con distintivo rojo, azul y blanco, así como numerosas felicitaciones, tanto individuales como colectivas.
Quisiera que este artículo sirviera de reconocimiento a la labor realizada por todos los miembros de Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo en defensa de la seguridad y de la libertad de los ciudadanos, y como reconocimiento a los 13 componentes del EADA fallecidos en acto de servicio cumpliendo con su deber.
Pedro A. Díaz Herrero
Coronel del Ejército del Aire
Miembro de la Asociación Española de Militares Escritores
[1] La Resolución 1368, de 20 de diciembre de 2001, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ISAF autorizaba el despliegue de una Fuerza internacional para apoyar a la Autoridad Provisional afgana en el mantenimiento de la seguridad en Kabul y zonas circundantes. Posteriormente, la Resolución 1510, de 13 de octubre de 2003, amplió el ámbito de operación de ISAF, permitiendo su actuación fuera de Kabul.