... De modo que este hombre agradeció “en nombre propio, en el de todos los municipios de la comarca y en el de los ciudadanos campogibraltareños (¿?)” la fantástica labor de Pedro Sánchez en la ONU. Y yo, que soy un español de a pie, pero leo y procuro enterarme de las cosas, me pregunto con permiso del señor Lozano, ¿qué ha hecho este presidente del gobierno socialcomunista por defender nuestra integridad territorial y nuestra soberanía sobre lo que nos fue robado por GB? Parece inaudito, pero es verdad.
Eso sí. Se tragan sin pestañear que los buques británicos no dejen de hacer sus ejercicios y maniobras con fuego real en las proximidades del Peñón, esto es, en aguas españolas que ellos dicen son suyas. Y España, ¿no tiene nada que decir? Porque ahí está, por ejemplo, la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Pero la política que sigue don Pedro es la de no irritar a los británicos, según sus propias palabras.
Incluso el periodista Robert Vasquez lo reconoce: “Aparentemente España y Gibraltar, por primera vez en la historia, están luchando en el mismo lado sobre el GIBEXIT”. No me extrañaría en absoluto dado el carácter internacionalista, globalista y multiculturalista del actual gobierno de España: socialistas más comunistas (caso único en Europa), apoyado por todo tipo de grupos políticos que lo que quieren es la desaparición de España, literalmente, como entidad física, jurídica, independiente, unida y libre.
Mientras, la oposición en el Peñón ha acusado a Picardo y a su gobierno de mentir sobre la gestión sanitaria de la peste china, cuando no hubo ninguna prevención frente a la pandemia. Esta declaración la hizo el doctor Burke, y han señalado a Picardo como un irresponsable. Se da la circunstancia de que el doctor Burke está en la lista de indeseables para Picardo. ¿Por qué? Porque en su día declaró que Gibraltar estaría mejor formando parte de España como una Comunidad Autónoma más. Y eso no se lo perdona Picardo al doctor, ni sus palmeros, ni los colaboracionistas españoles.
Por sorpresa, la compañía Eastern Airways ha suspendido sus vuelos entre Gibraltar y Southampton y Birminghan. Dicen que lo han hecho por la falta de demanda para esos vuelos. Para ellos ha sido una difícil decisión. Pero entre los efectos de la peste china y las dificultades para llenar los aviones, la suspensión era inevitable. No obstante, esperan reanudarlos en primavera. Si hay acuerdo entre UE y GB, claro. De momento, menos viajeros, menos negocios y seguramente menos “prosperidad compartida”.
Sobre lo de la “prosperidad compartida”, Alberto Pérez de Vargas escribió en Europa Sur un artículo en el que decía que resulta prácticamente inviable el que los territorios, cuyos desequilibrios económicos y sociales son tan grandes, puedan compartir ninguna prosperidad en común. Sobre todo, cuando de una parte se pone mano de obra barata de la que la colonia militar depende para sobrevivir.
Para Pérez de Vargas esa idea es pura filfa, porque ambas partes –España y GB– pretenden eludir un conflicto “de proporciones y alcance en los que no se quiere ni pensar”. Pero la potencia invasora (GB) “ha diseñado un escenario de parafernalia autonómica falsa y consentida… porque todos saben… que el rollo de la autodeterminación, acuñado por nacionalistas excluyentes y separatistas, no es un derecho…”.
Estoy de acuerdo. Es, como he dicho en varias ocasiones, la excusa de GB, esos 30.000 llanitos dentro de una base militar británica, que es el INTERÉS esencial de ese país. Y llegan los gobiernos de esta peculiar democracia española y se dedican a dar facilidades al imperialismo británico de un modo o de otro. ¿No es de vergüenza?
Desde el pasado 20 de julio, todos los Estados miembros de la UE, incluida España, han podido hacer sugerencias sobre el mandato presentado por la Comisión Europea. De forma que ese mandato va a quedar modificado con seguridad. Nuestro país, a través del Secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba, solicitó que Frontex estuviera presente en Gibraltar durante los primeros cuatro años tras el posible acuerdo para controlar el espacio Schengen, y evitar así no molestar a GB poniendo allí agentes españoles. Por tanto, una vez revisado el mandato, se devolverá a la Comisión para que el documento sea la base negociadora entre GB y UE. Se nombrarán los equipos negociadores de ambas partes y comenzarán las negociaciones. Será difícil que acaben antes de fin de año, en caso de haber acuerdo.
Entre tanto, el lobby gibraltareño no descansa. El Congreso de EE.UU ha facilitado la relación de congresistas de aquel país que dicen apoyar la autodeterminación de Gibraltar. Son 24, posiblemente incluidos en alguna nómina del Peñón. Creo que lo importante aquí, es que la embajada española en Washington tome buena nota de ellos para, si llega el caso, condecorarlos u homenajearlos. No me extrañaría que ocurriera. Somos tan listos en política exterior, que hacemos el ridículo –ahora más que nunca–, aplaudiendo a veces a quien más daño nos hace.
Los 24 de la fama (de 435) presentaron una resolución de apoyo a Gibraltar, que remiten a la Comisión de Exteriores del Congreso. Todos los años el texto es prácticamente el mismo, para solicitar la autodeterminación de Gibraltar como “territorio británico de ultramar”. Se basan en el apoyo del Peñón para la seguridad de los EE.UU y “la necesidad de que los EE.UU mantengan un acceso seguro a las instalaciones militares de Gibraltar”. Este año, debido a las previsibles negociaciones entre GB y la UE, el comunicado habitual de este grupo no ha sido divulgado victoriosamente en el Peñón, como de costumbre.
Ya sabemos que GB exige, a partir del pasado 1 de octubre, presentar el pasaporte para entrar en ese país, después del periodo de transición desde el 1 de enero pasado. Pero Gibraltar quedó exenta de ese requisito en virtud del acuerdo entre España y GB para facilitar la movilidad a través de la Verja y evitar así una “frontera dura”. Fluidez de paso por la Verja, de momento. Sobre todo, para que puedan cubrir con los “trabajadores transfronterizos” los intereses de la colonia militar, y que los llanitos puedan salir de la ratonera siempre que lo deseen.
Respecto de las conversaciones en San Roque y Gibraltar de las delegaciones hispanobritánicas, Europa Sur se hacía eco de que el tabaco de contrabando que entra en España sigue siendo la gran asignatura pendiente (debo decir que hay otras mucho más grandes). Ello se debe a que Gibraltar sigue sin cumplir los acuerdos firmados con España en 2018 sobre la trazabilidad de las cajetillas de tabaco que entran en nuestro país de forma ilícita y masiva. Pero, ¿a alguien le puede extrañar que Gibraltar no cumpla sus compromisos? Además, es mucho el dinero que reporta ese contrabando, como ya hemos explicado, a uno y otro lado de la Verja.
Mientras, Gibraltar daba a conocer la cifra de “trabajadores transfronterizos” que entran y salen a diario del Peñón. Esa cifra se refiere a los correspondientes del pasado mes de agosto, dada a conocer en este mes de octubre.
En primer lugar, llama la atención el número de trabajadores de una gran variedad de nacionalidades diferentes. Son, si no me equivoco, de 62 países distintos. Es decir, en la comarca próxima a Gibraltar –sobre todo en La Línea–, viven nacionales de tantos países como casi la tercera parte de naciones que componen la ONU. El grupo más numeroso es el de españoles, que era de 9.818 (de un total de 14.832).
En segundo lugar, esta estadística proporcionada por el departamento de empleo de Gibraltar, la recibe la Junta de Andalucía. No lo entiendo bien. Debiera ser al revés. Ser la Junta la que controlara ese flujo para tener información propia y no prestada.
Pero ese es el interés de los políticos españoles sobre el tema de Gibraltar. De casi todos ellos. ¿Sorprende a alguien que vayamos a remolque de lo que digan y hagan británicos, gibraltareños, estadounidenses, colaboracionistas y, ahora, los 26 de la UE (excluida España)? ¿Algún día se producirá un milagro que pueda sorprendernos gratamente?
Un abrazo a todos