El malestar causado por el veto del Gobierno, justificado de forma estrafalaria, no augura nada bueno en el próximo futuro para su relación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En medios sindicales policiales aún se tiene la esperanza de que esta decisión pueda ser revocada con la aplicación estricta de la Ley. Todo dependerá, al fin y al cabo, de la voluntad política no solo de los grupos hoy en el poder sino también del resto de fuerzas políticas en el Congreso.