Desdichadamente eso es así. Por lo tanto ya lo saben: a esperar a que Rufián (el independentista de las humillaciones al PSOE) y compañía se den por queridos suficientemente por los socialistas españoles y permitan la investidura del señor Sánchez.
Es un decir, porque nunca se sabe con esta clase política, que está a la espera de repartirse el pastel de la gobernación de España y que son muchos miles de millones de euros para andarse con tonterías y palabras dadas.
Ahora bien, la partida, lo que es la partida de verdad, todavía ni ha empezado...