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Pedro Mato en la catedral de Astorga.
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Pedro Mato en la catedral de Astorga.

6 JUNIO 2018

Por José Luis García Ferrero
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(...) Por azar, y en el ejercicio de mi apasionante actividad investigadora, he encontrado en el Archivo Diocesano de Astorga otros dos documentos...

Hace algunas fechas, escribí en este periódico un artículo en el cual trataba de fijar una hipótesis sobre el origen del enigmático Pedro Mato. En él relacionaba nuestra querida veleta con un prestigioso y hacendado clérigo zamorano asentado en Astorga, el Ldo. D. Juan López de Pero Mato, al cual llegué a través de una escritura de poder que él otorgó en el año 1.570 a sus sobrinos, para que en su nombre pudiesen tomar posesión de un vínculo fundado por su antecesor D. Pedro de Pero Mato, y que estaba constituido por un importante conjunto de bienes indivisibles e inajenables, y sujetos al dominio de esta familia. Asimismo, el poder autorizaba a los apoderados a tomar posesión de los bienes que heredó de su madre, y tomar cuentas a su hermana Isabel de los bienes que dejó en su posesión. En la argumentación del citado artículo, ligaba biunívocamente a Pedro Mato con la famosa veleta de la capital zamorana, llamada “Pero Mato”, y cuyo origen se atribuye a esta familia.

Por azar, y en el ejercicio de mi apasionante actividad investigadora, he encontrado en el Archivo Diocesano de Astorga otros dos documentos, que confirman la importancia de nuestro personaje en el ámbito religioso y social astorgano. En primer lugar, me referiré al legajo 33, expediente 3, del apartado de “beneficial”, un voluminoso dossier con autos fechados en los años 1.710 y 1.711, y en el cual se documenta la pretensión del provisor y vicario general del obispado, Ldo. D. Juan Antonio Merino, a que por el obispo se le dé título de la rectoría de Santa Marta, y del canonicato y dignidad mesera anexos a ella, cargo para el cual había sido presentado por el deán y cabildo catedralicio. Pues bien, para la consecución del citado título, el obispo exigió se demostrase que deán y cabildo eran los verdaderos patronos y presenteros de la rectoría; para ello el procurador de causas que se ocupaba de la gestión en nombre del pretendiente, hace una relación cronológica de los presbíteros que anteriormente fueron rectores desde mediados del siglo XVI, listado iniciado con D. Pedro de Rojas, que lo fue hasta el 6-11-1.558, e incluyendo las referencias correspondientes a sus presentaciones, y apareciendo entre ellos Juan López de Pero Mato, quien sucedió a Cristóbal de Quiñones, quien había sido titulado el 2-12-1.558; probablemente Juan López permaneció poco tiempo al frente de la parroquia de Santa Marta, pues el 2-5-1.569, renunció a la rectoría, canonicato y dignidad mesera. El hecho de renunciar a tan provechoso y prestigioso título, parece evidenciar una acomodada situación económica, acreditada profesionalidad, e influyente status social, dado que las resignaciones a los beneficios eclesiásticos sucedían casi en exclusividad, cuando el cesante pasaba a ocupar una situación más favorable, bien fuera económica o bien profesional.

El otro documento al que anteriormente me referí, es un poder notarial que Juan López de Pero Mato, otorga ante el escribano y notario Francisco de Bajo, datado el 24-5-1.569, y por el cual apodera a su criado Juan Fernández, para que en su nombre recaude los frutos, diezmos, rentas fueros y demás derechos del beneficio simple servidero, que posee en la iglesia parroquial de Santa María, en los Baños de Montemayor, diócesis de Coria, correspondientes a los años pasados de 1.567 y 1.568, y a su vez arriende y administre los de los siguientes tres años. Como curiosidad diré que la localidad de Montemayor es atravesada por su mitad, por la Vía de la Plata, la cual servía de línea divisoria entre dos diócesis, perteneciendo una mitad al obispado de Coria con su parroquia de Santa María, y la otra al de Plasencia, con su parroquia de Santa Catalina. La importancia de este documento, es que, en él, ya no se le asigna profesión eclesiástica, sino que se le sitúa con el oficio de médico, actividad que suponemos ejercería en esos momentos, y con toda probabilidad con éxito, habida cuenta de la retirada de su relevante posición clerical.

Pues bien, su fortuna personal, el reconocimiento social y profesional del que gozaba en Astorga, me siguen reafirmando en la creencia de que bien pudo haber sido Juan López de Pero Mato, el personaje que, con su influencia y peculio propio, consiguió situar en nuestra catedral esta querida y famosa veleta, uno de los paradigmas de nuestra ciudad.

J. L. G. Ferrero

José Luis García Ferrero

Ingeniero Naval. Investigador y escritor

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