... Con sus 84 años el Papa Francisco se enfrentó a una situación extraordinariamente peligrosa y complicada, pero la asumió con determinación esperanzada, con el apoyo divino.
Contemplando la escena del recibimiento político en el aeropuerto y la reunión primera rodeado de musulmanes y cristianos, cantando y aplaudiendo al Papa Francisco, se podía sentir como el recibimiento a un vencedor, pero un vencedor espiritual que llegaba con las armas de la fraternidad que tanto predicaba Francisco.
Posiblemente a los cristianos nos han impresionados varias cosas de esta visita: el reconocimiento de Abraham como el origen de nuestra fe cristiana que compartimos con musulmanes y judíos para la salvación eterna. Su vida se remonta a los 4000 años, cuando recibió el encargo divino de ser el padre de todos los pueblos. Por eso el Papa Francisco, apóstol de la fraternidad, vivió el sueño de declarar la vuelta al origen de la fe, precisamente en Irak. País masacrado por unos y otros, y también necesitado del apoyo espiritual que le dio el Papa Francisco.