... Después de cinco siglos tengo que decir que Guillermo de Orange, iniciador y principal difusor desde los Países Bajos de las “fake news” contra España, seguido de cerca por Inglaterra y los anglosajones en América, nos ha ganado la guerra de la desinformación. Lo que no pudieron conseguir durante siglos, ante los Tercios españoles luchando en buena lid en tierra o los navíos y galeones de nuestra Armada en la mar, lo han conseguido por la guerra cultural, la guerra de la desinformación, por la guerra cognitiva, después de quinientos años y no hemos sido capaces de quitarnos ese “San Benito”.
Los combates, las batallas, terminan, los muertos se entierran, pero las láminas, los dibujos, los grabados, los libros, los libelos, las obras de teatro etc, con “fake news” son para siempre. Sabían Vds que hasta Shakespeare escribió, por encargo, una obra de teatro donde el personaje vil, enteco, ridículo y estúpido se llamaba spagnolo, escrito en italiano, al que vilipendian hasta el esperpento. Incluso Sir William, que no conocía nada de nosotros, se atrevió a hacer burla y escarnio de la temida por ellos España. Cervantes por su parte no le devolvió la ofensa y desde luego fue un caballero, no como el inglés.
Algunos escritores y pensadores españoles se preguntaban en el pasado, y algunos otros también extranjeros se lo siguen preguntando. Como Stanley G. Payne que hace tres años, en 2017, publicó el libro “En defensa de España, desmontando mitos y leyendas”, o Gerald Brenan, quizá el historiador extranjero que mejor conoce a España. La historia de odio hacia España se mantiene después de muchos siglos, conservando su virulencia todavía. Francisco de Quevedo escribía en el siglo XVII en un ensayo “no acierto a comprender, después de leer y releer la historia de España, la razón de esos ataques tan furibundos y continuados contra España y los españoles”. José Varela Ortega publicó en 2019 un libro titulado “España, un relato de grandeza y de odio”. Es por todo ello que aquellos que repiten como papagayos eslóganes basados en la ideología y no en la historia, deberían enterarse leyéndolos para no hacer el ridículo.
No obstante, creo que puedo sugerir que el Imperio español es el más grande, extenso, duradero, integrador y cultural, en la Historia de la Humanidad. El Imperio español tuvo como característica fundamental el “mestizaje”, si el mestizaje, y no la esclavitud, la segregación racial o el apartheid. España dio la consideración de “súbditos” del Rey sujetos a la protección de la Corona a los nativos, desde la cedula real de Isabel I de Castilla, a principios del XVI, esto lo hace absolutamente diferente del resto de los imperios.
El Imperio español no trató de substituir a la población nativa, exterminándola, por la población de la metrópoli. No trasladó a parte de la nación europea a una nueva tierra, como vemos al Norte del Rio Bravo en Norteamérica y en Australia, Nueva Zelanda o Tasmania, entre otras islas. Por el contrario y por poner solo un ejemplo, en la isla de Guam, española y conocida por las batallas navales de la II GM, se hablaba el “chamorro” lengua mestiza entre el castellano y la lengua local, como así era la población, ahora no sé como andarán.
Es curioso que aquellos turistas, que mencionaba al principio, hablaran del genocidio realizado por España en Hispano América o Asia. ¿Genocidio? ¿Se refieren a las naciones independizadas de España y en las que actualmente el 80% de la población es nativa, mestiza, castiza o mulata? O quizá se refieren a Norteamérica que solo el 2% de la población es nativa y aún hoy en día siguen en reservas. O quizá se refieren a las de Australia, Nueva Zelanda o Tasmania donde la población nativa oscila entre un 10% y un 1%. Es fácil decir que esos países son muestra del éxito de la civilización anglosajona. Lo que no dicen es que es fácil cuando se substituye la población nativa por la europea casi en su totalidad. Es la misma nación trasplantada a otro continente.
¿Genocidio? Cuando los españoles crearon cientos de escuelas de formación profesional, colegios e institutos para nativos en América. Para qué crearlos si los íbamos a exterminar. ¿Genocidio? Cuando desde 1538 hasta 1729 se crearon 25 universidades en la América Española, y dos en Filipinas, cuando solo el 10% de la población era de origen español. ¿Genocidio? Cuando se imprimieron las Gramáticas de todas las lenguas nativas y su traducción al castellano para ayudar a la cultura de los indios y que aun conservamos en España. ¿Genocidio? Cuando no pudimos por las armas con los mapuches, a los que llamábamos araucanos, por vivir en la Arauca, los admirábamos por su valor y los dejamos en paz. Genocidio es el que se cometió con los mapuches y otras etnias nativas una vez alcanzada la independencia de España por parte de aquellos países y la razón principal es que los indios se mantuvieron leales a la Corona de España, no se fiaban de los criollos, y con razón. O sea, que fueron los bisabuelos de los actuales argentinos y chilenos, no los de los españoles, no los míos, los responsables de aquel genocidio.
¿Genocidio? Cuando yo he visto ejemplares de cuadros del XVII y XVIII de familias compuestas por un español, una nativa, con sus hijos mestizos vestidos con vestimentas de gran porte y mucho coste. Algunos anglosajones que conocen esos cuadros dicen que las mujeres eran esclavas, vaya, rara forma de tratar a las esclavas que aparecen vestidas como “reinas”. La miseria intelectual no tiene límite.
¿Genocidio? Cuando los esclavos que trabajaban con consideración infrahumanas en las plantaciones de las colonias inglesas en Norteamérica y que conseguían huir, sin ser asesinados en el empeño, llegaban a la Luisiana Española y eran recibidos como hombres libres y aquellos que querían, pasaban a formar parte de los Regimientos de “Morenos”, así se llamaban oficialmente, y cuyas laminas y documentos he visto personalmente. Rara forma que tienen los españoles, esos racistas y genocidas, de tratar a los esclavos negros que hasta bien entrado el siglo XX supieron lo que es la segregación racial en Norteamérica y Sudáfrica, por mencionar solo a dos países y aún la sufren en el XXI.
¿Genocidio?, ¿Racismo? he dicho…. cuando un soldado negro de nombre Eusebio Puello que se alistó al Ejercito español en Santo Domingo, subió por méritos propios y gran inteligencia en el escalafón hasta llegar al empleo de General en Cuba a mediados del siglo XIX. He tenido el placer de ver un cuadro pintado con el general Puello a caballo, pelo canoso y con una gran prestancia. El primer general negro norteamericano apareció en la década de los 60 del siglo XX, cien años después.
Creo que es bastante para desmontar la falacia del genocidio, que me temo que no deja de ser una maniobra anglosajona para ocultar el verdadero genocidio, exterminio, segregación racial, asesinatos en masa que cometieron, desviando la atención ante una “fake news” en toda regla. A pesar de todas las pruebas, propios y extraños, extranjeros y españoles repiten como aves amaestradas la falacia del genocidio español .
Otra falacia recurrente es que los españoles esquilmaron la riqueza de aquellos territorios. Los que así nos llaman desconocen el “quinto real”, es decir un quinto, el 20% de la riqueza que se obtenía en aquellos inmensos territorios sin explorar eran de la Corona y se trasladaban a la península, donde de poco servían, porque la gran mayoría seguía su camino hacia Europa a pagar los préstamos que España debía a holandeses, venecianos, suizos, y allá donde se había solicitado dinero. El 80% de la riqueza servía para el crecimiento de los Virreinatos de Nueva España, Nueva Granada y del Perú, como así se comprueba en multitud de obra civil y religiosa que aún se conserva.
Para terminar, un recurso muy utilizado en el cine es la supuesta crueldad de los españoles y la avidez por el oro. Los españoles de los Tercios derrotaron a todos los ejércitos continentales durante siglo y medio hasta que llegaron las batallas de Rocroi en Francia y Lens y Dunkerque en Bélgica. En contra de la historiografía francesa, la última batalla de los Tercios fue en las playas de Dunkerque y por eso se la conoce como la batalla de las dunas, contra un ejército y flota coaligadas de Inglaterra y Holanda.
Los soldados españoles siempre han demostrado valor, coraje, voluntad de vencer y lealtad a los jefes, desde los almogávares de la Corona de Aragón (siglo XIII) que derrotaron sucesivamente en tres batallas a los temibles turcos selyúcidas, hasta los soldados españoles que utilizando tácticas convencionales o de guerrilla y con el apoyo del ejercito luso-inglés derrotaron al temible Ejército Francés (siglo XIX). ¿Crueldad? O mejor dicho eficacia, lealtad y desprecio a la muerte.
Los soldados españoles se parecían a los samuráis japoneses por su desprecio a la propia vida en combate y la lealtad férrea a su Jefe o Señor. ¿Crueldad? o buenos y leales soldados, o guerreros si lo prefieren. El Bushido japonés, poco entendido fuera de la tradición de aquel país, se replica en la Legión española actual, cuyo credo y desprecio a la muerte se manifiesta en sus actos, canciones y ceremonias. Tampoco entendidas por la mayoría. Herederos de la tradición del Bushido, que significa “el camino del guerrero”, así como samurái significa “el que sirve a su señor” “el servidor” manifiestan una lealtad absoluta. La película “los 47 ronins”, (samuráis errantes, sin señor) muestra la “ceremonia” de suicidio, con una liturgia espectacular, “el seppuku”, llamado vulgarmente hara-kiri que literalmente es abrir el vientre. A través del sepppuke el samurái da testimonio último del significado del honor y la lealtad. Hoy en día, aun se acercan japoneses a sus tumbas en señal de respeto.
Siguiendo con la supuesta crueldad, los españoles que llegaron a las Navas de Tolosa en 1212 procedentes de los Reinos de Castilla, Navarra y Aragón mas otras huestes sumaban unos 60.000 después de que Alfonso VIII de Castilla echara con cajas destempladas a los 10.000 Cruzados Europeos, una gran pérdida, después de que cometieran sendos exterminios en la Aljama de Toledo y en los Campos de Calatrava, desobedeciendo la orden terminante del Rey de Castilla. ¿Crueles los soldados españoles? o más bien lo eran los cruzados europeos. ¿Cómo es posible que un ejército de 60.000 hombres derrotaran a los 120.000 almohades en el terreno elegido por Al Nasir y en las condiciones de ventaja para el Comendador de los Creyentes?. ¿Crueldad? o mejor dicho buenos, disciplinados y valientes soldados.
Además, difícilmente se puede ser cruel cuando a la daga que llevaban al cinto los soldados españoles le llamaban “misericordia” porque con ella evitaban el sufrimiento a los soldados gravemente heridos, propios y ajenos, y que agonizaban entre tremendos dolores en el campo de batalla. ¿Crueldad?, la que tenían otros soldados europeos que los dejaban morir entre estertores.
Tres falacias que incluso muchos ingenuos españoles se creen aun hoy en día, el supuesto genocidio, la usurpación de la riqueza a esos pueblos y la crueldad. Por último y volviendo al principio, alguno de los turistas hispanoamericanos incluso acusó a los españoles de exportar la “corrupción” a sus países. Tenemos sin duda un problema de reputación a nivel mundial.
Luis Feliu Bernárdez
Académico de Numero
Academia de las Ciencias y Artes Militares