... El caso paradigmático de este neo-paganismo tan reaccionario como anticuado, es la festividad del nacimiento de San Bautista que la Iglesia celebra el 24 de junio.
La grandeza humana-divina del mayor nacido de mujer, como definió el mismo Jesucristo a su precursor Juan Bautista, quien en su teoría y praxis vital rompe con todos los esquemas políticos y religiosos de su tiempo: no es un zelote revolucionario, ni un fariseo, ni un sacerdote del templo. Vive en el desierto, viste piel de camello, se alimenta con productos silvestres. Predica un bautismo de conversión y denuncia la corrupción de los poderosos, lo que le lleva a ser sacrificado y su cabeza entregada en una bandeja de plata a la hija bailarina del rey adúltero. Hoy como ayer los profetas que denuncian la corrupción de los poderosos son decapitados política e ideológicamente no con espadas sino con noticias falsas como arma de destrucción.
El gran dramaturgo asturiano Alejandro Casona plasmó la noche de San Juan en su drama La dama del alba integrando todos los elementos tradicionales y populares: plantas simbólicas, músicas, danzas (…) de los que se sirve para reflexionar profundamente sobre el sentido de la vida y de la muerte. Los nuevos vientos laicistas negativos que se quieren imponer desde las instituciones pasarán, pero San Juan Bautista permanecerá, como lo profetizó Jesucristo.
Fidel García Martínez