Muchos muros de localidades del Bierzo aún proclaman "GIRÓN VIVE", han pasado varias generaciones y sigue estando presente.
Manuel Girón Bazan ,"El Girón de los Barrios", bandolero para unos, defensor de los pobres para otros. Mucho está escrito sobre sus encuentros con la Guardia Civil, sus tiroteos y atracos; a lo sumo se añade alguna historia de amor confundida y sus siete vidas de gato, gato montés en la Cabrera diría yo.
Sus pasos con el resto de su partida aún son recordados en las tabernas y bodegas del Bierzo por viejos que rememoran los tiempos de la guerra. “El Pitaciega” “el Santeiro” “El Mataburras” son algunos de sus compañeros de andanzas, unos quemaron cuarteles de la Benemérita, ¡que se lo digan a Fabero! Otros asaltaban a los ganaderos que volvían de la feria de la Espina con las ganancias del ganado o las pérdidas de una mala partida de cartas, ¡Qué tiempos! Muchos fusilados en la limpia del régimen del Generalísimo, limpia de papel, borrón y cuenta nueva. Pero nada se sabe del Girón intelectual, de esos intelectuales de la vida no de las letras, de esos que cuando escuchaban una razón humana atendían a ella. Tantas veces equivocado, tantas veces traicionado por hombres y la vida, pero en esencia un hombre.
Del otro lado del océano un hombre de guerra, de diplomacia y poder, presidente de la nación decisiva en la Segunda guerra triste, donde las vergüenzas humanas se hicieron más patentes, como hoy más si cabe. ¡Cuántas guerras olvidadas quedan aún por surcar la piel de la humanidad dejando cicatrices que duelan a los ojos y al alma!
Las palabras se las lleva el viento, pero en este caso cruzaron el gran océano para arribar en la Comarca del Bierzo. El discurso del presidente americano contra los nazis encontró en Girón un extraño aliado. El bandolero hizo suyo el mensaje y no dudó en jugarse el tipo en ello.
Sí, Girón fue transmisor del aviso de Rosselvelt contra los pérfidos Nazis. A veces la vida deja al descubierto acciones que cambian el curso de las cosas, como en el vuelo de una Volvoreta sin destino definido, dirían los gallegos. El aspecto intelectual de Girón quedó plasmado en una acción humana, en un pueblo insignificante en un nuevo orden Mundial. Bouzas fue elegido para que el Bandolero repartiese un panfleto hoy descolorido por el paso del tiempo de color nicotina y con esencia liberal entre sus agotados vecinos, pero aún así sus defensores.
¿Un rojo repartiendo un discurso Americano, del elegido para ser forjador del nuevo mundo, Roosevelt? El citado documento histórico consta de catorce razones de peso que dejan muy claro y someramente el regalo envenenado del caballo de Troya que los nazis querían introducir en España. En ese 1942, después de nuestra cruenta Guerra Civil, ¿cuál no lo es? Girón Bazán avivó las mentes de sus paisanos y encendió a los pequeños caciques que campaban a sus anchas después de la victoria nacional; haciendo suya una proclama liberal que nada tiene que ver con lo rojo o lo morado, más tiene que ver con lo humano y la verdad.
El panfleto subversivo para el régimen Franquista versaba así:
"Importante Discurso del Presidente Roosevelt"
Comenzaba con el Incidente del "Greer": los torpedos disparados por el submarino nazi es una ofensa a la libertad de los americanos, algo inasumible para el ego yanqui. Hemos de decir que no sin razón, eso de hundir buques en plena crisis de ideas es como pedir pan con un buen chuletón en la mesa. Continúa con catorce puntos candentes y reales. Sus títulos nos hacen viajar en el tiempo y ponernos en la piel de quienes veían entre sombras lo que estaba devorando a la vetusta Europa. “Debemos ver la fría verdad” o “la columna nazi de avanzada” son parte de estos catorce puntos del panfleto que en un perdido pueblo del Bierzo, el bandolero Girón repartía con prisas en contra de la alargada sombra del régimen franquista.
Pero dejemos un poco para otro momento…
Pedro José Villanueva