Oír de su boca la palabra “obrero” o “metalúrgico” hace a uno reírse de todo título nobiliario y otras grandezas de esta España tan venida a menos para tantos y tantos y a más, ¡cuanto más!, para tan pocos. En verdad, hasta cuesta trabajo escribirlas con minúscula cuando a él se refieren, cuando de él más de una vez se han escuchado. Este hombre de una pieza, además de por su trabajo, yo creo que tiene la espalda destrozada de acarrear y sembrar libertad y belleza con su decir y escribir poético y memorioso, con su “poesía para un mundo injusto” allá donde va.
Hoy, para rememorar aquella mi primera asistencia al Ágora de la Poesía en que hubo de protegerme de la lluvia y sujetarme el papel que mi temblor me impedía leer, mantenemos esta charla paseando bajo un paraguas de amistad y un aguacero de complicidades. Una suerte este Hombre, este Obrero, este Poeta, este único Toño Morala.
¿Animador, agitador, si no creador de muchos actos culturales, literarios, en León, cómo ves e interpretas la efervescencia literaria, poética, que actualmente se da?
-Uno, ni siquiera se da cuenta de la necesidad de hacer cultura en la calle, simplemente sale así; igual por esa carencia ancestral que todo humano necesita para expresarse… además, los que nos criamos en la calle por múltiples motivos en aquellos años… la calle nos enseñó que la observación y la amistad, es la sobrevivencia; el resto no sirve absolutamente para nada, lo tragas como hipocresía y punto. Y en referencia a la segunda parte de la pregunta… hay más ruido que nueces. Falta llegar a los jóvenes de una manera directa y sincera, darles la oportunidad de participar y compartir actos literarios sin nada a cambio… la literatura y la poesía como parte de la misma, vive un momento, aparentemente dulce, pero demasiado vacía en contenidos y continentes.
Una curiosidad, ¿cuándo, cómo y por qué comenzaste a escribir poesía?
-Soy de los que piensa que uno nace con una cierta predisposición a la sensibilidad, el paso del tiempo y la vida vivida te llevan por derroteros de expresar esa sensibilidad a través de un montón de formatos; en aquellos años, lo más fácil y barato, era coger un lapicero y utilizar las hojas muertas de papeles inservibles y escribir aquellas sensaciones y vivencias, sin darte cuenta que era poesía, o prosa… la ignorancia es el peor enemigo de la humanidad, y en aquellos años, con llenar el hambre física era más que suficiente.
¿Cuál fue tu primera obra, cómo la sientes hoy?
-Fue una colaboración en una revista musical y cultural en el año 1980, se llamaba CASCOS y escribí sobre un club de Jazz. Hoy la retomo como algo muy bonito y lleno de nostalgia.
Repasas todo lo por ti escrito, sus porqués, ¿qué sientes?
-Sí, absolutamente todo, no publico nada sin repasar y sin corregir varias veces, soy un poco maniático con estas cosinas, pero es así, y así lo digo. Y siento que cuanto más corrijo, más limpio queda el texto, pero también, menos autenticidad muestra; también depende de lo que escribas y para qué.
¿Tiene nombre el paraíso?, ¿y el infierno?
-Amistad… decepción.
¿La escritura, la poesía, es gozo, dolor o resistencia?
-Tú sabes que tiene una parte de gozo, otra de dolor, pero la de resistencia es la más llamativa y, la que más me gusta, resistir a los envites de la vida, como está hoy en día la literatura, es vencer los miedos y las frustraciones, perderse en ese tiempo, es sobrevivir a las palabras por escribir.
Pero, en verdad, ¿por qué y para qué escribir poesía?
-No tengo ni idea, la poesía te abraza o no, pero nunca te deja indiferente. Hay que ser muy constante en poesía para no llegar a ningún sitio, quizás sea esa la única realidad en poesía.
¿Una recomendación a los escritores noveles?
-Uno no está para recomendaciones, al que llame a su puerta la literatura, que se ponga manos a las palabras y que disfrute, que deje al corazón que escriba, y luego ya se verá.
¿Para escribir, mejor leer o ir a un taller de escritura?
-Para escribir lo mejor es hacerlo como uno quiera… hay un montón de literatos que leyeron muy poco y son grandes genios, y hay otros que lo han leído todo, y no son capaces de escribir un verso con alma y corazón. Pero si escribes con el corazón y luego lees con el alma, algo más sabrás, sobre todo para no perderte en la nada.
¿A quién, quiénes, regalas hoy en día “abrazos de canela y miel”?
-Por suerte, tengo a grandes amigas y amigos, a la familia, pero sobre todo, me abrazo a la necesidad de una mirada limpia, y a la sinceridad de la amistad, para todos ellos abrazos de canela y miel, y una gran sonrisa.
Por último, ¿nos regalas algo para “La Vida”?
-Sí, un abrazo y un beso lleno de humildad… y ese silencio libre que siempre tiene la razón.
Llegada era la hora de despedirse y la noche seguía lluviosa pero, para mí, Toño la había sembrado de luces titilantes con sus palabras, gestos y hasta con sus elocuentes “silencios libres”, esos que dice que “siempre tienen la razón”