Perfil de la ‘Ciudadana’ Arrimadas

Catalana por elección –como asegura– los orígenes de Inés Arrimadas son un epítome del de los ciudadanos de Cataluña o de su añorado ‘dream team’ del Barça. La flamante líder de Ciudadanos en Cataluña tiene en sus genes esencia castellana –sus padres son de Salmoral, un pueblo de Salamanca– y en la distancia corta, cuando vence la timidez, destila el gracejo andaluz que le viene de la cuna jerezana en la que nació.

A buen seguro que Arrimadas se servirá de su facilidad en la argumentación a la hora de poner el contrapunto en el Parlamento catalán al independentismo. Un rasgo que recuerdan en su familia le viene desde pequeña: “siempre ha tenido su propio criterio. No la callábamos ni debajo del agua”, recuerdan.

Esa querencia por el debate, que fluye con naturalidad por sus venas, la puso en práctica con sus cuatro hermanos. Arrimadas es la menor, y en su casa y en sus círculos escolares y de amigos se fajó en el contraste de opiniones. “Como era la pequeña, tenía que sacar la cabeza para discutir con los hermanos”, aseguran en su familia.

Ese afán por contraponer las ideas propias a las de los demás fue decisivo al elegir carrera universitaria, porque la líder de Ciudadanos en Cataluña no tenía una predilección clara. Todo ello, a pesar de que sus tres hermanos varones estudiaron Derecho y de que su padre fuera abogado. Arrimadas ha declarado en alguna ocasión que siempre le ha gustado “el Derecho por la dialéctica y porque permite rebatir argumentos”.

Al final eligió una carrera mixta y se licenció en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla). Lo hizo en 2005, justo en pleno ‘boom’ económico, lo que le permitió encontrar un trabajo inmediatamente.

A su capacitación para la gestión empresarial, Arrimadas une una habilidad y un interés para los idiomas que le ha permitido hablar con soltura, inglés, francés y catalán. Ella misma se define como “un poco ‘friki’ de los idiomas”. Pero el interés por el catalán procede de su más tierna infancia y adolescencia. Cuando cursaba 7º y 8º de EGB, en el Colegio del Pilar, de Jerez de la Frontera, una compañera, que era de origen catalán, le ayudó a aprenderlo.

Ese atracción por el catalán tiene dos ‘culpables’: Guardiola y el pasado de su familia en Barcelona, donde sus padres residieron en la década de los 60. Arrimadas ha declarado públicamente: “de pequeña me tragaba todas las ruedas de prensa de Guardiola”, lo que explica, en parte, su excelente nivel de catalán, pese a vivir en Barcelona sólo desde 2008.

El salto a la política lo dio sólo dos años después y casi por casualidad. En 2010 asistió a un acto de Albert Rivera y “enseguida me identifiqué con él, me gustaba mucho cómo hablaba”. Un año más tardé ingresó en Ciudadanos y comenzó a fajarse en el debate político. Al principio empezó en “tertulias de radio de quinta categoría, donde invitaban a gente joven”.

En uno de esos debates Rivera la escuchó y, a partir de ese momento, despegó su carrera política. Primero como diputada en el Parlamento catalán y, más tarde, como portavoz de su grupo y candidata a la presidencia de la Generalitat.

Pero todo ese periplo profesional y en parte personal es fruto, en parte, del tesón que pone en las cosas que le interesan.

Arrimadas asegura: “siempre me han dicho que soy muy seria en el trabajo”. Y debe ser cierto, porque algunos de sus antiguos compañeros de la Universidad mantienen que “era muy de preguntar” por todo, lo que le permitía ser “muy buena al argumentar y definir” posiciones.

El análisis

Hay rostros que transmiten afabilidad, incluso dulzura, y se hacen querer. El de Inés Arrimadas es uno de ellos. La homogeneidad en las tres zonas del rostro, junto a un relativo equilibrio entre el marco y el tamaño de los receptores, imprimen armonía al conjunto. Intelecto, afectividad y dinamismo vital van de la mano.

El modelado ondulado acusado y especialmente fuerte en la zona emocional, con pómulos visibles y nariz carnosa de aletas vibrantes, desempeña un papel decisivo en la comunicación. Aunque las fosas nasales se protejan un poco de la influencia exterior, la necesidad de contacto social es determinante y eso podría repercutir en desgaste energético si se tiene en cuenta que, además, la boca y los ojos son grandes y están poco protegidos.

Si la capacidad de reacción a los estímulos es intensa por la apertura y sensorialidad de los receptores, no lo son menos el impulso y la ambición dado que el perfil –nariz, boca y barbilla– se proyecta hacia fuera, aportándole un fuerte espíritu de conquista. Así y todo, la frente recta impone cierto freno a la necesidad de intercambio continuo con el entorno además de conferirle una buena percepción de la realidad y un espíritu tan analítico como reflexivo, que se enriquece con la imaginación creativa que le aporta el ligero abombamiento de la zona superior. ¿No le restarán las grescas políticas potencia a un dinamismo tan constructivo para la ayuda social?