LA NACIÓN ESPAÑOLA es fuerte y, a pesar de los continuos embates a los que está sometida -peores en estos tiempos por proceder de sus propias entrañas-, resiste gracias a la fortaleza en sus convicciones de la mayor parte del pueblo español.
En el horizonte no se adivina un cambio que pueda cambiar el rumbo descorazonador de los últimos tiempos por el que navega España.
Mientras tanto no olviden -como venimos diciendo durante años- que las crisis lo son en tanto que tienen principio y fin. Sobre todo fin, que en caso contrario no serían crisis sino algo mucho peor.
Disfrutemos las cosas buenas que nos ocurren cada día y que son muchas. En nuestro caso, seguir con ustedes después de OCHO años, unas veces con más y otras con menos acierto, es un privilegio del que nos seguimos sintiendo orgullosos.
Como también nos sentimos orgullosos de ser españoles y proclamarlo bien alto -más hoy, Día de la Hispanidad- sin poder ocultar la sonrisa que nos produce la desazón que esta fecha se apodera de otros de por aquí y de más allá, que para ellos siguen teniendo con lo suyo.