... Pero si hay un culpable de esta situación hay también un cómplice necesario que algún día deberá pagar por ello. No es otro que los medios de comunicación, especialmente los dos emporios televisivos que no hacen otra cosa que lucir al presidente del Gobierno haya o no ocasión para ello y propagar sus mantras al tiempo que se ceban con las sospechas o investigaciones contra la oposición olvidando el ridículo internacional de nuestros gobernantes o la ciénaga que rodea tanto al Gobierno como a sus socios.
Hay una razón clara para esa falta de crítica y esa parcialidad de las televisiones. Es que quien paga manda. Cientos de millones de euros han sido regalados, de manera directa, por el Gobierno a las televisiones bordeando el delito. Además, ingentes cantidades de dinero se reparten a diario en forma de publicidad institucional de manera no lo suficientemente clara. La disculpa para esa publicidad puede ser cualquier cosa, desde una simple campaña de seguridad vial, la lucha contra algún género de violencia o vaya usted a saber.
Resulta curioso además la coincidencia de ese treinta por ciento de intención de voto, con los ciudadanos que no tienen otra manera de informarse que la televisión a la que pasan pegados horas y horas, que también es de un 30%. Entiéndase este porcentaje como posibilidad de informarse, pues la opción preferente por la televisión llega a un 69%, disparándose, según Abigail Orús, hasta un 93% en los mayores de 74 años. De los que solo ven tele, la gran mayoría son personas de la tercera edad que han llegado tarde a la digitalización y son incapaces no solo de encender un ordenador, sino un simple teléfono móvil moderno.
Son los mayores y pensionistas una presa codiciada a la que todos quieren acercarse para captar su voto. Nos llevaríamos una sorpresa si viéramos quién mueve los hilos de las numerosas plataformas y asociaciones de mayores y pensionistas que proliferan por doquier y que se dejan ver en cuanto se acercan las elecciones.
El grupo Atresmedia se despacha ahora con un nuevo capítulo de la campaña “levanta la cabeza” iniciada en 2018, capítulo ahora protagonizado por el médico jubilado Carlos San Juan quien afirma: “soy mayor, no idiota”, enfocada a digitalizar a nuestros mayores. Tenemos que creer al doctor a pesar de que el videoclip, sea por la mala factura o porque está leyendo en una pantalla, no ayuda mucho en ese sentido. Nos lo creemos porque todo el mundo sabe que la idiotez tal como la entiende la mayoría suele venir de serie y no aumenta con la edad, sino al contrario. La simple alusión a ello es insultante.
Por otra parte, no parece ser la falta de habilidades en el mundo digital el caso del protagonista de la campaña pues, por muy pronto que se jubilara, ha tenido que convivir al menos veinte años con los ordenadores, documentos, estudios, conferencias y demás eventos digitales obligados en su profesión. Pero cualquier cosa es posible.
La verdad es que esta campaña tiene un “tufillo” detrás que me inquieta. Me inquieta porque el “movimiento de Responsabilidad Corporativa de Atresmedia Televisión por una digitalización sostenible” que aparenta buenas intenciones, viene acompañada de un montón de slogans que ya nos suenan: “Que nadie se quede atrás”, “brecha digital”, “digitalización sostenible”, “Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS” etc., que parecen sacados de la mismísima agenda 20-30 y siguen la línea de sus anteriores campañas llenas de buenas intenciones: “Contra el maltrato tolerancia cero”, “Crea cultura” “Ponle freno”, “Hazte eco”, etc. No digamos nada de una parte de esta campaña participada por “Newtral” enfocada a que los jóvenes no divulguen nada “dudoso” por las redes.
En este nuevo capítulo por la digitalización de nuestros mayores, la cadena incluirá “píldoras informativas” con ese fin. Pero hay queda todo. No piensen que va a impartir clases sobre nuevas tecnologías a través de la pequeña pantalla. De momento se limita a invitar a los mayores a que entren en “levantalacabeza.info” y a que sigan la campaña en Twitter, Instagram y Facebook cosa que provoca la carcajada pues algunos, no es que no sepan encender el móvil, tristemente queda alguno que no sabe leer.
¿Será que alguien está interesado en captar la atención de los mayores, cosa que siempre ocurre cuando se acercan elecciones?