… con esmero, básicamente para la sagrada vocación sacerdotal, y a otros para profesiones civiles como la enseñanza, la medicina o el periodismo; celebran hoy como muchas instituciones civiles la fiesta de Santo Tomás de Aquino, conocido como Doctor Angélico, por la altura y profundidad de su Ciencia Teológica. Tomás de Aquino ha sido durante siglos el referente más importante de la Teología Católica, por eso los Papas siempre han recomendado con persistencia que las ciencias teológicas se expliquen y enseñen siguiendo la metodología tomista, adaptándola a los nuevos tiempos en lo esencial del Dogma Católico.
El Papa León XIII, conocido como el Papa de Santo Tomás, su más entusiasta admirador, lo declaró Patrón de todas las escuelas Católicas en 1880. Todos los grandes papas como San Pío X, Pío XI, Pío XII, San Juan Pablo II han recomendado la Filosofía de Santo Tomás como la preparación para los estudios teológicos y bíblicos. El Concilio Vaticano II dispone positivamente que en los estudios teológicos se tenga muy en cuenta el magisterio de Santo Tomás de Aquino. Su doctrina es fuente inagotable de sabiduría en todo género de ciencias teológicas, la más alabada y recomendada por la Iglesia y la más útil para la formación integral del clero. La Teología de Santo Tomás pretende ser sustituida en vano por la llamada teología liberal-progresista. Esta tendencia se debe en parte a algunos tomistas que se apartan de Santo Tomás por prejuicios postmodernos.
Los teólogos siempre han tenido mucha importancia en la Iglesia para la formación de los fieles. Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia, como Santo Tomás, sentía gran admiración por los letrados, como llamaba a los teólogos, pues ellos son los defensores de la Iglesia en tiempos recios de herejes y alumbrados. Como decía ella con su gracejo habitual, el gran letrado nunca me engañó, por eso huía de los mediocres y mal preparados que nunca la engañaron. La Suma Teológica de Santo Tomás, es aún el referente obligado de la Teología por su amplitud y profundidad; sintetiza las maravillas de las grandes catedrales góticas europeas como las de Colonia, Milán, Burgos y la armonía del Canto Gregoriano.
Fidel García Martinez
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