... Me comentaba alguien, varios álguienes de hecho, que las vacunas no tienen tanto efecto porque, según decían en la televisión, en las UVIs de los hospitales el 40% de los enfermos de COVID-19 eran gente vacunada… ¡Pues no hay tanta diferencia: 40% si estás vacunado, 60% si no lo estás! Lo de que, en la misma televisión y en el mismo minuto, decían que hay que vacunarse… esa parte no parecen haberla oído.
Ya, mi pequeño saltamontes, pero resulta que el 80% de la población española está vacunada, por lo que esos cuatro-de-cada-diez vacunados-y-en-la-UVI se reparten entre más de treinta millones de posibles víctimas, y los seis restantes, ni siquiera salen de ese 20%, el resto de la población por las buenas, pues antes hay que apartar a un lado a los niños (ni se han vacunado todavía ni suelen acabar en la UVI) y casi a los jóvenes, que pueden haber ayudado con entusiasmo a repartir virus, pero sin verse muy directamente afectados. Por lo que resulta que la mayoría de los enfermos graves provienen de unos pocos millares de personas a quienes no influye La Ciencia ni les afecta La Lógica, y que están, estadísticamente, en la franja de edad entre 35 y 55 años, las edades en las que se tiene la razón en todo, son (éramos) los autoproclamados Reyes del Mambo, mucho más listos que los respectivos padres y abuelos obsoletos, y con toda la experiencia necesaria para enmendar la plana también a los más jóvenes.
En otras palabras, treinta millones de vacunados aportan cuatro de cada diez graves, y el resto salen de entre dos o cuatro millones de valientes.
Aplicando matemáticas, no os voy a aburrir con ecuaciones, la conclusión es que estando vacunados las probabilidades de, si nos contagiamos, acabar en la UVI, es como entre un 70% y un 90% inferior a si no lo estamos.
Esos inspirados autodidactas (Autodidacta: dícese de quien tiene un ignorante por maestro) en estos días están llevando Centroeuropa a los abismos pandémicos, sin por ello verse aludidos, ni dejar por un momento de tener razón, manifestaciones violentas incluidas.
Permítaseme un chispazo politicoide: en Alemania hay en estos días, estadísticamente, menos vacunación y, consecuentemente, más mortandad… en las zonas que votan a la derecha; en EE.UU. ha pasado algo parecido en los últimos meses entre los seguidores de Trump. No pretendo decir que sea una tontería votar a la derecha, yo mismo lo he hecho en unas cuantas ocasiones, pero apoya mi tesis del artículo del 19 de diciembre del 20: la pandemia va a tener efectos darwinianos, evolucionando la humanidad a favor de quienes tomen las decisiones correctas como, por ejemplo, vacunarse.
De votar a Trump… no digo nada.
Una frase muy repetida por los médicos de mi familia: no hay enfermedades, sino enfermos. Y yo la parafraseo: no hay tonterías, sino tontos.
Félix Ballesteros Rivas
20/11/2021