... Fue en Cataluña en la cueva de Manresa donde vio la luz de la conversión que cambió su vida dedicándose a lo que sería después la obra de meditación y superación personal por la gracia ivina que plasmaría en uno de los libros más famosos de auto-ayuda personal y meditación a lo divino del mundo, el libro de los Ejercicios Espirituales cuyo modelo es seguido hoy aunque desfigurado y laico por hombres de empresa y altos ejecutivos.
Después de su conversión Íñigo, viajó a Tierra Santa como un peregrino pobre. Estudió Teología-Filosofía en Alcalá de Henares. Más tarde se fue a la Sorbona de París donde se hizo famoso por su cojera y por su capacidad de liderazgo. Los jóvenes y osados estudiantes que en un principio lo miraban con recelo por su forma de vivir y pensar, fueron seducidos por la capacidad del aquel veterano estudiante, que les hablaba de un mundo sin limites para sus ambiciones en una institución revolucionaria, su Compañía de Jesús, con sus dos banderas.
Su gran proyecto educativo plasmado en la famosa Ratio Studiorum fue durante siglos el referente educativo más admirado y seguido en Occidente y Oriente donde el navarro más universal e hijo más querido de Ignacio, Francisco Javier, quemó su vida anunciando el Evagelio en la India y Japón, muriendo solo y apenado sin poder llevar el Evangelio a la misteriosa China, que como Divino Impaciente lo dramatizó el gran poeta-dramaturgo José María Pemán.
Los Hijos de San Ignacio han protagonizado en España una historia muy interesante y estimada durante generaciones. Durante años los PP. Jesuitas ha configurado la espiritualidad española rigiendo iglesias y basílicas del Sagrado Corazón y casas de Ejercicios Espirituales. Pero donde los PP. Jesuitas han dejado y dejan una huella admirable es en la Educación y en la Formación Profesional. Los hijos de San Ignacio rigieron la Universidad Laboral de Gijón desde su fundación, hasta su partida por motivos de todos conocidos, logrando que la UNI fuera uno de los centros educativos al servicio de los hijos de los trabajadores, más prestigiosos de Europa.
Hoy esa labor educativa sigue dando su frutos pese a medidas educativas restrictivas en el Colegio de la Inmaculada, en el Hogar de San José, un prestigioso centro de educación de niños y jóvenes con necesidades educativas especiales y en el Centro de formación profesional de Revillagigedo, el popular GEDO, en cuyas aulas tantos jóvenes han logrado una formación profesional muy apreciada por los empresarios del metal. En el Gijón del alma sigue latente el espíritu del vasco más universal San Ignacio de Loyola.
Fidel García Martínez