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Pablo Casado "El Cesante"

Pablo Casado, de paseo por esos mares de Dios. (Foto: https://www.businessinsider.es/).
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Pablo Casado, de paseo por esos mares de Dios. (Foto: https://www.businessinsider.es/).

LA CRÍTICA, 17 NOVIEMBRE 2020

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Cada vez que oigo llamar al PP “Principal Partido de la Oposición” me troncho de risa. Nada más lejos de la realidad. El PP no hace oposición en absoluto. Su expectante Presidente se comporta exactamente igual como lo harían buena parte de los cesantes del S. XIX esperando que, por aquello de la alternancia, le llegue el momento de volver a ocupar su puesto. (...)

... Se puede definir al cesante como el empleado público –generalmente en oficinas– que perdía su puesto, bien por una alternancia en el gobierno (conservadores y liberales) o por cambios ministeriales en épocas posteriores pues, a falta de un estatuto sólido que no se promulgó hasta 1918 en la época de Maura, cuando cambiaba el gobierno o los ministros, los empleados públicos eran sustituidos sin otro criterio que el amiguismo, el caciquismo o la afinidad política.

Pero el cesante no perdía del todo sus derechos, ni mucho menos sus expectativas, pues todos sabían que muy probablemente (siempre había más candidatos que puestos a cubrir) en el próximo cambio entraría en la lista. La alta probabilidad de volver a su puesto permitía al cesante subsistir a crédito si es que no le había quedado una pequeña pensión como cesante.

La literatura del S.XIX está plagada de referencias a este tipo social (Larra, Mesonero Romanos) pero es B. Pérez Galdós quien retrata a la perfección en gran parte de sus obras –en especial Los Episodios Nacionales y Miau– las actitudes ante la cesantía así como las estrategias de los cesantes para recobrar al ansiado puesto: unas veces simplemente se resignaban esperando, otras mendigaban el puesto, frecuentemente cambiaban de chaqueta, a veces luchaban activamente conspirando en la sombra para un pronunciamiento o cambio de gobierno inmediato y no en menos ocasiones se limitaban a denigrar de manera traidora a sus colegas también cesantes pues a la postre eran opositores para el recambio venidero.

Si comparamos estas actitudes con el proceder del PP ahora cesante de gobernar, vemos coincidencia total salvo en lo de la lucha activa. El PP simplemente está. A lo sumo unos discursitos de cara a la galería contra el Gobierno para luego en un alarde de disonancia cognitiva e incongruencia votar a su favor.

La reciente moción de censura, la votación para un Estado de Excepción cuasi permanente que permite al Gobierno DICTAR, con la excusa del COVID, lo que le venga en gana, y el amaño para el reparto del Consejo General del Poder Judicial, ha dejado bien claro que la única oposición parlamentaria es VOX.

Más sangrante es aún el ataque furibundo cual traidor cesante perpetrado por Pablo Casado de manera directa y personal contra Santiago Abascal con motivo de la moción de censura. Probablemente la factura que pagará por ello no será compensada por su nueva chaqueta centrista ni por mucho que se esmere en mendigar el puesto.
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