Por fin ha tenido lugar la fantástica “mesa de diálogo” entre el Gobierno de España y las FIC (fuerzas independentistas catalanas), en Madrid, con sus dos jefes de fila a la cabeza.
Tras muchos años de enfrentamiento, incluso violento, que ha alejado a Cataluña del corazón de los españoles y viceversa, una de las partes, el Gobierno de España, después de ponerse en manos de las FIC para con sus votos poder serlo, contraviniendo así sus propios principios vendidos a los ciudadanos españoles sin recato, se sientan unos enfrente de otros con oscuras intenciones ambos, a lo que parece.
¿Por qué oscuras?
El Gobierno de España no puede –y tambien parece ser que no quiere–, dar satisfacción a las demandas de las FIC –amnistía, autodeterminación e independencia, básicamente–, y estas a su vez no pueden renunciar a ellas. ¿Entonces? La respuesta la han dado ya ambas partes: consideran un éxito la existencia misma de la “mesa de diálogo”. ¿Y qué dicen los observadores? Esta es otra cuestión para mí inexplicable. Han pasado de la algarabía informativa previa a la citada “mesa” al silencio y letra pequeña después de la reunión. Supongo que desconcertados, aunque no estoy seguro.
Es inevitable por tanto preguntarse qué hay detrás de ese teatrillo, que ha representado toda esta gente que, ni por asomo, representan a los pueblos español y catalán y que –no lo olvidemos– viven de los presupuestos estén estos aprobados o no. Lo que haya detrás, por definición, necesariamente tiene que ser oscuro. Porque si no lo fuera ya lo sabríamos todos. Y no sabemos nada.
Al carecer de información, al estar por tanto habilitados para opinar sobre estos hechos en base a lo que conocemos, no queda más remedio que denunciar la falta de pudor de ambas partes, especialmente la del Gobierno de España, y decir en voz alta que parece mentira que no se les caiga la cara de vergüenza al someternos a todos –partidarios o no de sus políticas–, a esta humillación.
Y para los lectores de más allá de nuestras fronteras –que los hay– recordar que las FIC durante muchos años no se han limitado a reivindicar lo suyo, a lo que tienen derecho, sino que han insultado, menospreciado y perseguido a todo lo español, sin pararse en mientes ni siquiera su jefe de filas, que por escrito y en multitud de ocasiones se ha referido a este pueblo, al español, de forma humillante y despectiva. Y lo que es más grave, a la mayoría de la ciudadanía de Cataluña, que son españoles y catalanes que no comulgan con el credo independentista.