... a decir verdad, no comentaron tanto mi artículo como la fotografía de ElRubius que lo encabeza y que, relacionado con mi conversación sobre la nuevas tecnologías (TIC), les llevó a afirmar a mis comentaristas, la imposibilidad de que una máquina pudiera superar a ElRubius.
Recuerdo que contra argumenté, admitiendo que no me parecía posible que lo superaran, pero sí, que casi lo igualaran en un futuro próximo. Para ello les aporté una serie de datos que, a la hora de escribir este artículo, he concretado, contando con el crecimiento geométrico de la capacidad de cómputo de las máquinas. He aquí un resumen incompleto de mi argumentación.
Las máquinas se demostraron invencibles en 1995, en el juego de damas que se resolvió matemáticamente (con una estrategia precisa al cien por cien) porque sólo hay unas 10 elevado a 20 posiciones diferentes en el tablero. En 1997 le tocó al yang, que se juega entre dos personas, con 64 fichas, en el que no cabe el azar, sino únicamente la pericia de los jugadores que disponen de un máximo de 10 elevado a 30 de posiciones posibles. La derrota del hombre fue inapelable. Dio la vuelta al mundo la noticia que este mismo año de 1997, el ordenador de IBM, Deep Blue, venció al que se considera mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos, Kasparov, puesto que el ajedrez alcanza la astronómica cifra de 10 elevado a 120 de posibles posiciones.
La máquina ha conseguido un nuevo logro sobre los humanos, cualitativamente diferente de los anteriores. He aquí como lo contaba elperiodico.com, el 17 de Febrero de 2011: “El ordenador de IBM Watson ha salido victorioso esta madrugada de su duelo contra el cerebro humano. La máquina ha ganado el concurso de preguntas y respuestas Jeopardy!, que emite la cadena de televisión estadounidense ABC, al imponerse a los dos mejores concursantes de la historia del programa. Watson les ha vencido en la tercera ronda, contestando preguntas que le obligaban a pensar como una persona… Entre otras, una de sus mayores herramientas ha sido la capacidad de bucear, en milésimas de segundo, a través de más de 200 millones de páginas de material sacado de enciclopedias y de internet para compararlas con otras y encontrar la respuesta a cada pregunta.”
En 2016, una nueva hazaña de la máquina sobre el hombre -que se contó con detalle en este periódico-, en el apasionante torneo entre la máquina de Inteligencia Artificial Alpha Go de Google y el surcoreano Lee Se-dol, campeón mundial del llamado ajedrez oriental o go. La competición fue a cinco partidas y hubo un momento emocionante, cuando el campeón, después de perder las tres primeras partidas, consiguió vencer a Alpha Go en la cuarta, tras casi 5 horas de juego. Sin embargo, fue derrotado definitivamente en la quinta. Se da noticia de esta victoria porque, AlphaGo constituye un tipo de tecnología desconocido hasta el presente; a diferencia de Deep Blue, la máquina que venció a Kasparov -dado que el go entraña una cantidad de movimientos tan superior a los del ajedrez que, en la actualidad, no hay ordenador capaz de calcularlos-, AlphaGo debió aplicar redes de neuronas artificiales para poder analizar los ingentes volúmenes de datos y encontrar la estrategia adecuada.
Aun a riesgo de cansar al lector, reproduzco una competición hombre-máquina que nos permite plantearnos si la máquina ha aprendido a “mentir”, puesto que se trata del juego del póker, donde vale “echarse faroles.” El segundo torneo de póker, fue aún más difícil para la máquina que, no obstante, venció, de nuevo, al hombre.” Así lo relata, Ángela Bernardo, el pasado 2 de Marzo: “Los puntos de decisión en la nueva modalidad de póker de este segundo torneo, sin embargo, son mucho mayores que en el caso del Texas hold’em, al superar la cifra de 10 elevado a 160. De hecho, DeepStack ganó de forma significativa a diez de los once participantes. El undécimo jugador también fue derrotado, aunque el estudio en Science aclara que no significativamente desde una perspectiva estadística”
Y termino ya. Dos investigadores de la Oxford Martin, Carl Benedickt Frey y Michael Osborne, llevaron a cabo, en 2013, una investigación que determinó los empleos que, aproximadamente, durante la próxima década, desaparecerán, sustituidos, con ventaja, por máquinas. De hecho, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos tiene caracterizadas las 702 ocupaciones laborales del país. Pues bien, Obama, comunicó a la nación que el 47 por ciento de los empleados que cobran 20 dólares la hora serán sustituidos por máquinas.
En este sentido, escribe Antonio Orbe: “Consideremos una de las profesiones más creativas –la escritura- y el advenimiento de la generación automatizada de la narrativa. Ya, sofisticados algoritmos pueden crear narrativas en cualquier escrito apropiado para un público determinado. El contenido suena tan humano que un examen reciente realizado por The New York Times mostró que, al leer dos piezas similares, es imposible decir cuál ha sido escrita por un autor humano y cuál es producto de un robot. La tecnología está avanzando tan rápido que… dentro de dos años el 90 por ciento de las noticias podrían ser generadas por un algoritmo, sin ningún tipo de intervención humana.” Y añade: “ROSS, el ‘abogado superinteligente’, es un software de IA (Inteligencia Artificial) basado en el ya citado ordenador Watson. Según la empresa creadora, “le haces preguntas en lenguaje natural como si fuera un colega y ROSS lee la totalidad de los documentos legales y devuelve las citas encontradas y los asuntos de interés’. Además, sigue la actualidad e informa de las nuevas sentencias que afectan a tu caso.” (Antonio Orbe, UNA MIRADA AL FUTURO, Ed. Altaria, 2016, p. 127).
Pues bien, el turno les ha llegado igualmente a los youtubers e influencer. No cabe duda que la profesión de influencer va a ser –está siendo-, una de las profesiones más solicitadas del siglo XXl y sus protagonistas, ya en la actualidad, se encuentran entre los más populares y mejor pagados. De memoria recordaba y lo he comprobado en un periódico digital que, como éste, es muy conocido, dos nombres: una mujer, Kylie Jenner, que gana medio millón de dólares por cada marca de ropa que exhibe; y un robot, también con una apariencia pefecta mujer, Lil Miquela, que, como ha superado ya el millón de seguidores, puede cobrar hasta diez mil euros por cada vestido de marca que luzca; y así mismo, en el artículo aparecen otros personajes robóticos, e incluso un robot, hombre, con éxito creciente. (https://www.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/moda/los-robots-si-pueden-robar-el-trabajo-a-los-influencers-la-tendencia-que-viene/6369743).
En fin, que si la ley de Moore se sigue cumpliendo, esto es, que cada dos años, se duplica la potencia de los ordenadores (lo que hasta ahora ha ocurrido a pesar de los cambios políticos, las crisis económicas, etcétera), en el año 2045, la capacidad de cómputo –no de inteligencia- habrá superado de tal manera la del cerebro del hombre que viviremos en un mundo que hoy nos parecería de ciencia-ficción. Ahora bien, según numerosos expertos en estas cuestiones, las máquinas sustituirán a los hombres en determinados empleos, pero crearán otros muchos nuevos trabajos, más dignos de la inteligencia y dignidad humanas.
Francisco Ansón