Poco a poco el Estado de derecho se va imponiendo a la situación creada por las instituciones de autogobierno catalanas.
El ingreso en prisión de parte del cesado gobierno catalán excita el ímpetu de los independentistas al tiempo que refuerza la posición antisistema de la retroizquierda española.
El auto de prisión pone de manifiesto que la acción del gobierno de Cataluña "fue meditada y perfectamente preparada y organizada" y que durante más de dos años ha venido incumpliendo de forma sistemática las resoluciones del Tribunal Constitucional "en pro de la independencia".